Los rebusques de la clase media en tiempos de crisis son de los más variados. Pero una tendencia que creció en el último tiempo es el acopio de mercadería. Tener la alacena llena no es una misión simple, pero en el último tiempo se incrementó la cantidad de gente que decide “invertir” en diferentes productos de la canasta básica para contar con cantidad y ganarle a la escalada de precios. Productos de limpieza, alimentos no perecederos (entre los que se destacan aceite, azúcar, yerba y enlatados) y artículos de limpieza, con el papel higiénico como máximo referente, son los más elegidos.
Consultado por Revista GENTE, el economista Mariano Gorodisch recomienda “la técnica de los presupuestos”, simulando ser un contratista y “pidiendo al menos tres presupuestos de todo”. Pero, claro, el trabajo por el ahorro no es fácil y requiere de tiempo.
“¿Necesitás un kilo de tomate? Buscá tres presupuestos, ¿necesitas un kilo de yerba? Buscá tres presupuestos. Vas a ver cómo terminás comprando el doble de las cosas que necesitás, por la mitad de precio”, asegura el reconocido Economan que usa su Instagram (@mariano.gorodisch) para aconsejar a la gente en épocas de vacas flacas.
Los números son claros: un reciente estudio de la consultora Scentia muestra que el consumo masivo cayó un 3,9 por ciento en el primer bimestre de 20024. De la misma forma, según información del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), las ventas en los supermercados se desplomaron un 13,8 por ciento en enero, consolidando el piso más bajo desde el mismo mes de 2017.
Esto obligó a las principales cadenas a salir a la caza de sus clientes. La tarea de reconquista vino de la mano de promociones, ofertas con tarjetas de crédito y más.
“Sigue habiendo mucha dispersión entre los precios de un supermercado y otro. Una cosa es el precio góndola, pero en la caja te cobran más caro. Compré en el supermercado que dicen que en los últimos días bajó los precios un dulce de leche que tenía marcado un costo de 2.000 pesos, pero en la caja me lo cobraron 2.200. Si te das cuenta, te devuelven la diferencia. Pero la clave es ir con alguna promoción que tengas, y chequear bien los topes de reintegro de las mismas. Por ahí tenés una promoción con alguna app de los bancos, que puede rondar el 40 por ciento, y el tope de reintegro es de 4.000 pesos. Entonces debés hacer la cuenta y ver cuánto podés gastar para que te rinda”, explica Mariano Gorodisch.
Más allá de los descuentos concretos, lo que más ahínco pone en recomendar es un cambio de hábito al apostar por marcas que no son las que pueden llegar a integrar la compra habitual: “Hay una técnica para las segundas marcas para los que nunca compraron o si sos muy marquista en el supermercado y siempre prefieren primera marca”.
“¿Necesitás jabón? Lo que podés hacer es comprar todo de primera marca y sólo uno de segunda o tercera marca. Entonces, cuando se te acaba por ahí decidís probar a ver cómo es: por ahí te resulta que no es tan malo y después lo compras siempre”, ejemplifica para un plano más cotidiano.
Mitos y verdades de los descuentos en supermercados
- No hay que comprar todo en el supermercado. “Por ejemplo, productos como los quesos. Mejor es ir a una quesería, o en las ferias de los barrios en donde podés comprar el queso por horma, y es mucho más barato. Lo rallás vos y es queso de verdad y no puro químico como el de paquete. En cuanto a los productos de verdulería, ir a una. No sólo comprarlas en el supermercado: ir a la verdulería y comprarlos de estación”.
- No frecuentar siempre el mismo comercio. “Hay que ser infiel al supermercado y meterle los cuernos con otro. Ser infiel al verdulero y meterle los cuernos con otro. Ser infiel a la quesería y meterle los cuernos con otra. Comprar los tomates en un lugar, las cebollas en otro. Comprar cebollín en lugar de cebolla, que es más barata. Ahora está de oferta 300 pesos el kilo. Comprar sólo las ofertas del supermercado, y nada más".
- Prestar atención a los envases. “En los supermercados de hoy existe la reduflación, término económico que se refiere al achicamiento de los envases. Quizás el precio es menor o el mismo, pero se reduce la cantidad en gramos o en centímetros cúbicos. Otro caso es lo que te hacen con el papel higiénico: ahora hay casos en los que son más angosto; la cantidad de metros es la misma, pero es más angosto. En realidad lo deberían medir por metro cuadrado y por espesor”.
- Prestar atención a la ubicación de productos en góndola. “Ellos te ponen algo de oferta para que compres otra cosa que no está de oferta y es mucho más cara”. Nunca comprar lo que está a la altura de los ojos: lo que se encuentra ahí o en la puntera de góndolas suele ser mucho más caro porque son empresas que le pagan por estar ahí. En cambio, lo de abajo de la góndola son productos de empresas. Entonces son más baratas".
- Reclamar promociones en los servicios. “Ésta es una yapa... Hay que estar muy atento a los aumentos de precios que vienen los abonos de celular, internet y cable, ya que las facturas vienen llegando con un promedio del 20 por ciento de suba. Si vos llamás y pedís una promoción, te la dan. El tema es nunca aceptar la primera promoción que te dan, reclamar un poco más y decir que no llegás para tener un mejor descuento”.