Las y los trabajadores argentinos viven su día entre la incertidumbre que genera un año electoral de bajas expectativas y una crisis económica que recuerda el final de un gobierno que se fue en helicóptero para evitar que todo empeore. Según un informe de la organización no gubernamental Oxfam Intermón, el salario mínimo en Argentina cayó el 2,7 % en términos reales en 2022, lo que equivale a 3,1 días de trabajo, en un marco donde la pobreza subió a 39,2 %.
En 2022 el salario mínimo aumentó el 81 %, de 32.000 (unos 145 dólares al tipo de cambio oficial actual) a 57.900 pesos (unos 263 dólares), quedando muy por debajo de la inflación de 94,8 % correspondiente al año pasado. Un verdadero descalabro.
Sin embargo, el estudio realizado por la ONG arroja un dato que tintinea, no como una suerte de destellos de luz al otro lado del túnel, sino como un símbolo de alerta frente a un posible diluvio: en Argentina los salarios tuvieron una pérdida real menor a la del resto del mundo, de 3,2 %.
El dato, que parece extraído de otra realidad, resalta si se tiene en cuenta que Argentina comparte con Venezuela el podio de las naciones con tasas de inflación más altas. Oxfam Intermón utilizó información de la Organización Internacional del Trabajo y diversos organismos estatales de estadística como base de su análisis.
Pongamos de ejemplo el caso de Brasil, la mayor potencia económica de Latinoamérica y principal socio de Argentina. El salario real de los trabajadores brasileños disminuyó un 6,9 % en 2022, año que terminó con una inflación del 5,79 %, frente al 10,06 % de 2021.
Para el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el nivel general de salarios tuvo una pérdida real de 2,2 % en 2022, un promedio que esconde una contracción del 15,1 % en los salarios no registrados, una caída menor de 0,5 % en el sector privado registrado y una recuperación de 2,4 % real en el sector público.
Las últimas estadísticas del Indec señalan que durante el primer bimestre de 2023, los ingresos de los trabajadores privados aumentaron 11,8 %, los de los públicos 7,9 %, y los no registrados el 14,3 %, lo que dejó al índice en el 11 % frente a una inflación del 13,1 %.
Inflación y la nueva revolución laboral
Según Oxfam, unos 1.000 millones de trabajadores de 50 países han sufrido “un recorte salarial medio de 685 dólares en 2022”, lo que representa una pérdida conjunta de 746.000 millones de dólares en términos reales, en comparación con lo que habrían ganado si los salarios hubieran crecido al mismo ritmo que la inflación.
La crisis mundial lleva a que la mayoría de las personas trabaje más tiempo por menos dinero y, pese a ello, no pueden hacer frente al aumento del costo de la vida, Oxfam Intermón denuncia que los dividendos de los accionistas a nivel global alcanzaron un récord de 1,56 billones de dólares en 2022, un aumento real del 10 % en comparación con 2021, beneficiando a los más ricos de la sociedad y ampliando la desigualdad.
En su reporte, Oxfam Intermón pide aumentar de manera permanente la presión fiscal sobre los que más ganan y que se asegure la recuperación del poder adquisitivo de los salarios.
Hoy el Foro Económico Mundial publicó un informe centrado en el futuro del mundo del trabajo, cuya conclusión empuja al pronóstico de diluvio: habrá una revolución en materia laboral que implicará la creación de 69 millones empleos y la desaparición de 83 millones.
Lo que significa que habrá, al menos, 14 millones de nuevos desempleados. El análisis fue elaborado en base a las respuestas de más de 800 empresas de primer nivel.
Esta suerte de nueva revolución es impulsada por la llamada transición ecológica, los estándares medioambientales, sociales y de gobernanza, además de la localización de las cadenas de suministro, la adopción de tecnología avanzada y la digitalización.
