El bitcoin fue lanzado oficialmente en enero de 2009 como dinero electrónico. En un primer momento, esta monea generó desconfianza en los usuarios porque no tiene respaldo bancario. Sin embargo, poco a poco su sistema de seguridad inquebrantable y su estabilidad se convirtieron en una gran inversión y apuesta.
En los últimos meses, el valor del bitcoin sufrió muchos altibajos y después de haber alcanzado los 50 mil dólares en mayo, bajó hasta llegar a los 42 mil dólares. Pero este lunes, la moneda volvió a subir y alcanzó su máximo.
La suba, que comenzó a última hora del domingo, coincidió con el lanzamiento de los productos de criptodivisas de PayPal en el Reino Unido. PayPal dijo el lunes que empezaría a permitir a los clientes del Reino Unido comprar, mantener y vender criptodivisas como el Bitcoin y Ether a partir de esta semana. Desde el pasado mes de octubre ofrece este servicio a sus clientes estadounidenses.
¿De qué se trata esta forma de invertir?
Es dinero digital, por lo que el inversor nunca tendrá en su poder nada que pueda tocar con las manos, como los billetes o el oro. A través de Internet, el interesado abre una cuenta, una especie de monedero, en una entidad online (no cuenta con un edificio, como podría ser un banco), y allí empieza a operar.
Teniendo en cuenta su valor, inalcanzable para el inversor medio, existe la posibilidad de comprar un porcentaje del bitcoin. Una vez ingresado en la cuenta, dependiendo de quienes lo acepten, se pueden hacer operaciones inmobiliarias y demás transacciones.
Para tener en cuenta, las criptomonedas no están respaldadas por los gobiernos ni por los bancos. Ante esto, los especialistas advierten que ante un ataque cibernético difícilmente se pueda conseguir respaldo jurídico para recuperar lo perdido. Por eso se debe confiar en los demás inversores. Entre todos forman una gran sociedad que le pone el precio al producto a través de los movimientos financieros que se van suscitando.
Como en cualquier otra inversión, nadie puede garantizar los beneficios, pero la rapidez con la que está subiendo genera una expectativa de ganancias aseguradas en un corto plazo.
Retirarse del mercado es tan sencillo como en las operaciones tradicionales. Basta con poner en venta las criptomonedas y depositar el dinero obtenido en una cuenta bancaria tradicional.