Cuatro estruendos, gritos y pánico. Una túnica blanca que se tiñe de rojo y la imagen del Papa Juan Pablo II derrumbado sobre los brazos su secretario polaco, Stanisław Jan Dziwisz.
40 años se cumplen hoy de aquel 13 de mayo de 1981, cuando el polaco Karol Wojtyla, uno de los papas más populares de la historia de la Iglesia Católica, sufrió el primer atentado en su contra.
A las 17.19 de aquel fatídico día, cuando el automóvil descapotable del Sumo Pontífice ingresaba a la plaza San Pedro, Juan Pablo II recibió cuatro disparos del extremista turco Mehmet Alí Agca, ex miembro del grupo de extrema derecha "Lobos grises".
Durante la jornada, el miedo y el llanto de miles de fieles se apoderaron de la Plaza San Pedro, que quedaría sumida luego en el silencio y los rezos de la gente. Desde su cama del hospital donde estuvo internado, el Papa grabó un mensaje: "Les doy las gracias con emoción por sus oraciones y les bendigo a todos. Rezo por el hermano que me atacó, al que he perdonado sinceramente".
Fue el primero de los dos atentados que sufriría Wojtyla durante su papado, entre 1978 y hasta su muerte en 2005, cuando fue canonizado en 2014 por el papa Francisco.
Fue a fines de diciembre de 1983, cuando Juan Pablo II visitó a su atacante en la cárcel. En aquel encuentro, le regaló un rosario de nácar y, conmovido por el arrepentimiento del extremista turco, le renovó su perdón.
En 2010, Agca fue liberado de una prisión de Ankara, después de pasar casi treinta años en cárceles de Italia y Turquía. En 2014, el hombre visitó la tumba de Wojtyla en una de las capillas cercanas al altar central de la basílica de San Pedro, y depositó dos ramos de rosas blancas ante los restos del hombre que intentó matar y que lo perdonó.
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