En el marco del Día Internacional de la Alergia, que se conmemora cada 8 de julio, desde la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica dieron consejos para evitar enfermedades y tips para detectar cuando nos afectan.
Según indicaron los presidentes de la entidad, Maximiliano Gómez y Pablo Moreno, el 38% de las personas con rinitis alérgica presenta también asma, mientras que el 85% de las personas con asma presenta también síntomas nasales. Se observa entonces que el asma y las alergias de vías aéreas son coincidentes y simultáneas.
La reacción alérgica en las vías aéreas superiores se presenta como rinitis alérgica y rinosinusitis. Puede causar estornudos, goteo nasal, picazón nasal, obstrucción nasal y tos. La reacción alérgica en las vías aéreas inferiores se presenta como asma. Puede causar dificultad en la respiración, sibilancias, tos, flema y otros síntomas respiratorios.
La sibilancia ocurre cuando la vía aérea se reduce por la inflamación y la secreción mucosa, lo cual afecta el flujo de aire. Por otra parte, el reflejo de toser se sensibiliza por la inflamación alérgica.
Alregias y Asma
Asimismo, los médicos señalaron que la presencia de alergias en la vía aérea superior como también otro tipo de alergias, puede empeorar el asma si no se da un tratamiento adecuado. El tratamiento de síntomas, tanto en vías aéreas superiores como inferiores, ayuda a controlar el asma y las alergias.
Ejemplos de alérgenos (sustancias que provocan alergia) comunes, y de otros disparadores de síntomas que están presentes en el ambiente: Ácaros del polvo doméstico, Pólenes, Hongos, Caspa de animales, Humo de tabaco, Infecciones virales, Polución ambiental, Aire frío, Estrés.
Respecto a estas afecciones, tanto el asma como la rinitis alérgica afectan la calidad de vida: sueño saludable, capacidad de concentración, vida social, deportes y desempeño escolar o laboral.
Sin embargo, según Gómez y Moreno existen otras condiciones de salud en las que interviene el alergólogo, porque se confunden o superponen con el asma: tos crónica, bronquitis eosinofílica, micosis broncopulmonar alérgica, neumonitis por hipersensibilidad.