En el último lustro el deporte motor se ha adaptado a estos nuevos tiempos en sintonía con el cambio de la industria automotriz. En el automovilismo términos como sustentabilidad, medioambiente y cero emisiones son más comunes de lo que la gente piensa. Ya existen categorías como la Fórmula E, que es completamente eléctrica; o la mismísima Fórmula 1, que es híbrida. Todo con el fin de colaborar con la reducción de las emisiones. Y el rally Dakar, la carrera más extrema del mundo, no es la excepción.
“Es verdad que actualmente practicar un deporte de motor no parece estar a tono con esta época, pero esto permite también desarrollar los vehículos del mañana. El Dakar tiene que servir para algo, es un laboratorio a cielo abierto para preparar lo que serán los coches del futuro. Vamos hacia nuevos vehículos que contaminan menos (...)”, afirma David Castera, director de la carrera.
“Tenemos muchos pequeños proyectos que empiezan a ver la luz (eléctricos, hidrógeno, biocarburantes, etc), pero tenemos dificultades. Tenemos coches que están listos, pero no podemos hacerles circular porque las estaciones (de recarga) de hidrógeno no se realizan tan rápido como el desarrollo de la tecnología. Hay que hacer coincidir los desafíos logísticos, los suministros, con el avance de la tecnología. Ya lanzamios un plan para que todos los vehículos que participen tengan bajas emisiones en 2026. Cero no existe, pero podemos reducirlas”, agrega el ex motociclista.
Ya hace unos años un auto totalmente eléctrico se le animó al Dakar. Se trató de un buggy desarrollado por el argentino Ariel Jatón y que contó con el apoyo de Acciona, una empresa española de promoción y gestión de infraestructuras (agua, concesiones, construcciones y servicios) y energías renovables. El Acciona 100% EcoPowered corrió dos ediciones del Dakar: en 2016 no llegó al final, pero tuvo su revancha en 2017. De esta manera se convirtió en el primer vehículo cero emisiones en terminar la exigente prueba.
Audi recogió el guante, aunque con la premisa de desarrollar aún más esta tecnología para llevarla a los autos de calle. Así nació el Audi RS Q e-tron, un vehículo novedoso que cuenta con un motor a combustión que genera la energía que luego emplean los motores que mueven las ruedas. Si bien para muchos se trata de un híbrido, en la marca alemana afirman que es eléctrico ya que el movimiento se genera con sus impulsores eléctricos.
“El Audi es una joya de la ingeniería, es un coche tremendamente complejo y muy audaz. El trabajo realizado por los ingenieros de Audi en este vehículo eléctrico es una maravilla”, le dijo a Gente el español Carlos Sainz, uno de los pilotos de la casa de Ingolstadt.
“Es un coche que prácticamente no usa pastillas de frenos porque frenan los motores, que lleva un diferencial central virtual ya que no hay una conexión entre la parte delantera y la trasera con un eje de transmisión, donde no se pasan los cambios y con cosas que hasta ahora nunca trabajaba. Eso es el Audi. Es lo ultimo en tecnología”, agrega el veterano corredor de 60 años que ha ganado el Dakar tres veces, además de ser bicampeón mundial de rally.
Como dijo el Castera hay varios equipos que han comenzado a desarrollar vehículos con el hidrógeno como fuente de energía, aunque se estima que esos vehículos podrían comenzar a rodar en uno o dos años más. Paralelamente, otros apuestan por los biocombustibles.
El equipo BRX, que tiene al argentino Orly Terranova como uno de sus pilotos, desarrolló su propia fórmula que usa desde el año pasado; mientras que Repsol desarrolló uno biocombustible avanzado compuesto en un 75% por materias de origen renovable específicamente para el Dakar.
Todo esto demuestra que el rally Dakar es una aventura, pero al mismo tiempo un banco de pruebas de nuevas tecnologías. Y, en este caso, con la premisa de ayudar al medioambiente.