Faltan pocos días para que el Emanuel Moriatis Competición deje el taller de Morón y emprenda viaje hacia el circuito de Concepción del Uruguay, el escenario de la sexta fecha del calendario del Turismo Carretera.
Todos los esfuerzos del equipo se centran en terminar de armar el Ford Mustang que conducirá José Manuel Urcera (32), nada más y nada menos que el líder del campeonato. “Los autos de nueva generación están andando muy bien. No queda otra que ponerlo en la pista lo antes posible”, le explica el piloto a GENTE después de estar 40 minutos dentro del habitáculo del vehículo a medio armar que reemplazó a su Ford Falcon.
Pero por estos días, Urcera no sólo piensa en conseguir su segundo título en el Turismo Carretera después del que ganó en 2022 con Torino. También tiene la mente puesta en algo que le cambiará la vida en solo unas semanas: la llegada de Cruz, fruto del amor con Nicole Neumann.
Manu, como le dicen sus amigos, nació el 9 de julio de 1991 en San Antonio Oeste, una pequeña localidad en la provincia de Río Negro. Su familia es bien conocida en la región gracias a su patriarca, Claudio Urcera, un empresario exitoso en el sector del transporte y la construcción. Desde temprana edad, el joven estuvo inmerso en un entorno de trabajo duro y dedicación, valores que sus padres le inculcaron y se reflejan en cada aspecto de su vida.
De Claudio también heredó la pasión por el automovilismo, un deporte que comenzó a practicar de muy chiquito y con autitos de juguete. “Mi primer recuerdo de un coche de carreras es el Falcon o la Chevy violeta de Juan María Traverso. Cuando era niño, asociaba mucho a Traverso con la victoria en las carreras. Jugaba con los autitos y siempre elegía el auto de Traverso, que por supuesto era el que ganaba”.
Urcera se crió rodeado del amor de sus padres y de Lila, la abuela paterna que para él fue su segunda madre. Tanto amor le tuvo que su foto de perfil de WhatsApp -y la primera que subió a su cuenta de Instagram en 2013- es juntamente junto a su abuela.
-¿Cómo eran tus padres con vos cuando eras chico?
-Eran muy pegados, aunque me daban mucha libertad, más de lo que yo creo que me animaría a darle a mi hijo. Pero yo nací en una situación diferente, viví en San Antonio Oeste hasta los nueve años y después me mudé a Cipoletti. Hoy en Buenos Aires, que es donde resido actualmente, no podés tener las mismas libertades por la situación que es muy diferente. Igual, intentaré tomar todos los aspectos positivos. Han sido grandes papás y siguen siendo muy presentes.
-¿Qué podés decir de tu papá?
-Me acompaña a todas las carreras y cuando no puede estar por trabajo o algún compromiso se lamenta, pero intenta asistir a todas. Me apoyó en mi pasión y su mensaje siempre fue: "Yo te apoyo en lo que a vos te guste. Si querés ser abogado, te apoyo. Si querés correr en auto, te apoyo. Si querés jugar al fútbol, te apoyo; lo único que sí te digo es que lo que hagas, lo tenés que hacer bien". Ese fue el mensaje, pero no como una presión hacia mí, sino como una enseñanza de que lo que hagas tiene que ser algo que te apasione, y si te apasiona lo vas a hacer bien. Le vas a dedicar las horas que sean necesarias y no te va a pesar. Si uno está todo el tiempo haciendo algo que no le gusta, al final del día te pesa, y en el tiempo no es fácil de mantenerlo.
-La primera foto que subiste a Instagram es la misma foto que tenés en tu perfil de WhatsApp...
-Sí, con mi abuela Lila, la mamá de mi papá. Es de una de las primeras veces que anduve en moto. Tenía un casco de policía que me había traído de un viaje un amigo de mi papá. Cuando yo nací mi abuela tenía 43 años, era joven. Estaban mucho tiempo con ella, fue como mi segunda mamá. Falleció el 10 de marzo de 2018... Pero la disfruté un montón, como también he disfrutado al resto de mis abuelos. Es triste que ella ya no se encuentre conmigo, pero trato de recordarla de buena manera. A veces cuando no sé si algo está bien o no, pienso en qué me aconsejaría ella o qué haría mi abuela y generalmente ahí no me equivoco...
-¿Qué diría tu abuela ahora de vos?
-Y no sé qué diría, no sé la verdad. Pero estaría contenta, ella siempre me decía que tenía que ser un chico de bien, un chico bueno.
Los primeros pasos de Manu Urcera en el deporte
Cuando los autitos de juguete dejaron ser suficientes, las motos se convirtieron en el pasatiempo preferido del hijo de Claudio y María Cecilia Roza. Tanto que la única manera de tener contento al inquieto muchachito era prometiéndole que si se portaba bien o hacía caso iba a poder ir a andar en moto o en karting.
Inevitablemente, Manu comenzó su trayectoria en el deporte motor a una edad asombrosamente temprana. Con apenas seis años, ya estaba sobre una motocicleta surcando los caminos de tierra de su pueblo natal. Tenía un talento innegable detrás del manillar y pronto empezó a destacarse en eventos locales. De adolescente se le animó al prestigioso Enduro del Verano, que ganó varias veces.
El salto del motociclismo al automovilismo fue un paso natural para Urcera, un poco alentado por la mayor seguridad que le daba andar a toda velocidad sobre cuatro ruedas en lugar de dos. A los 20 años inició su campaña deportiva en categorías zonales, pero siempre con la mirada puesta en el Turismo Carretera, la más prestigiosa del automovilismo argentino. “Me había prometido ser campeón del TC”, confesó. Y lo consiguió...
La historia de amor de Manu Urcera con Nicole Neumann
Esa misma convicción que lo ha destacado siempre dentro de la pista y le ha sumado también para lograr dos títulos en el Turismo Nacional (2019 y 2020) le sirvió para conquistar el corazón de Nicole. Por intermedio de un conocido de ambos comenzó un ida y vuelta por WhatsApp en la época de la pandemia, se conocieron, se gustaron y comenzaron a salir a mediados de 2021.
Aunque la diferencia de edad -ella es once años mayor que él- y la atención mediática generaron dudas iniciales, su relación floreció. A fines del año pasado Niki y Manu se casaron y aprovecharon el acontecimiento para confirmar que estaban esperando un niño.
Con Cruz, Manu se estrena en el mundo de la paternidad; mientras que para Nicole será su primer hijo varón y el pequeño hermano de Indiana (16), Allegra (13) y Sienna (9), las chicas que tuvo con Fabián Cubero.
Más allá de ser papá primerizo, Manu tiene cierta experiencia con los niños gracias a Salvador, el pequeño hijo de su hermana Paula. Con Salvi, que además es su ahijado, suele ir a las carreras, siempre en compañía de su papá Claudio.
De más está decir que en la vida de Urcera el automovilismo ocupa buena parte de su tiempo. Cuando no está corriendo, está entrenando. De hecho, a principio de cada temporada suele viajar a Europa para someterse a extensas jornadas de trabajo físico y también acumula kilómetros en la pista sobre monopostos, que son vehículos aún más exigentes a los que suele conducir en la Argentina.
-¿Cómo es un día en la vida de Manu Urcera?
-Me levanto temprano. Siempre entreno entre las 8 y las 9 y media. Vuelvo a mi casa y dependiendo de la situación del día, a veces entreno en el simulador antes de encarar la parte física. Si no lo hago después de la parte física o de alguna reunión o compromiso. Pero al simulador intento dedicarle dos horas por día. Puede ser eso o ir a andar en karting. La idea es hacer algo que si ser ciento por ciento físico me lleve a una condición parecida a la del auto de carreras.
-¿Luego?
-Como recreación hago paddle o tenis. Lo hago para divertirme, pero creo que me suma para mi deporte. Y en el invierno voy a esquiar, que es otra cosa que me gusta mucho. Además, estoy estudiando Administración de Empresas. Me quedan dos materias. Si todo va bien me recibo a mitad de año. Con lo cual también le dedico tiempo a estudiar y preparar los trabajos que me piden. Con todo esto el día y la semana se pasan bastante rápido.
Urcera es tan detallista que después de cada competencia elabora informes que resumen el fin de semana de carrera y que le entrega a su equipo con el objetivo de mejorar en la próxima. Es que si quiere seguir acumulando títulos no debe pasar ningún detalle por alto.
En un autódromo, Urcera se mueve como pez en el agua. De hecho, cuando Nicole lo acompaña a alguna carrera, ella se convierte en “la novia de Urcera”. Claro que eso cambia cuando ambos pisan en la vía pública...
-Si bien sos alguien muy conocido dentro del automovilismo, ahora que estás casado con Nicole te hiciste más público. ¿Como te sentís con esa situación?
-No me molesta, pero no me considero una persona mediática. De hecho, no doy notas a los medios, salvo que sean referidas a mi deporte o a mi persona como deportista. No doy notas como alguien mediático. Ésa es la realidad. Estoy casado con una persona que es muy pública, lo que te lleva obviamente a una situación de exposición mayor, pero nada más que eso...
-¿Qué diferencias hay entre la exposición actual y la anterior?
-Los periodistas del automovilismo ya son amigos, ya me conocen y los conozco también. Saben cuándo uno está caliente y cuándo se puede hacer una nota; es más fluido todo. A periodismo del espectáculo no lo conozco, pero entiendo que también ellos están trabajando, es su trabajo y los tengo que respetar. Me parece que el respeto tiene que ser mutuo. Intento responderles de manera amable la mayoría de las veces, siempre que sean respetuosos. Pero si me preguntás si me gustan esas situaciones, no... No me siento cómodo en medios que sólo buscan hablar de temas que generen clicks.
Mas allá de ser mediático o no, la llegada de su primer hijo ha añadido una nueva dimensión a la ordenada vida de Urcera, quien ahora deberá combinar la intensidad de las carreras con la responsabilidad y el amor de la paternidad.
-¿Cómo te ves como papá?
-Bien... Con todos los que hablé, incluso con mis padres, no hay un manual para ser padre, porque todos los chicos son diferentes. Intentaré ser el mejor padre que pueda. Seguramente en algo me equivocaré, pero trataré de darle tiempo y afecto. Me parece que son las dos cosas que no pueden faltar. Después es un aprender constante. Seguramente voy a ser muy pegado con mi hijo. ¡Sólo espero que no llore cuando lo tenga en brazos!
-Los pilotos suelen hacer ejercicios de visualización antes de subirse a sus autos. ¿Vos hacés eso con la llegada de tu bebé? ¿Cómo imaginás el momento en que te digan que ya sos papá?
-Pienso que me dirían, “¡felicitaciones, papá!..”. Pero no es fácil de visualizar porque uno hace esos ejercicios de visualización sobre algo por lo que ya pasó o sobre algo que viste en una cámara on board. Como yo no pasé por ese momento entonces no lo puedo visualizar, pero sí dicen que el momento en que tenés a tu hijo en brazo sentís un amor que antes no sentiste. Seguramente ocurrirá eso, aunque por ahora no puedo decir qué va a pasar o qué voy a sentir...
-¿Estás preparado para el cambio de vida? Porque con un hijo se modifican muchas cosas...
-No estoy tan perseguido con eso... Obviamente, trataré de tener los cuidados necesarios. A veces también sobreproteger no sé hasta dónde está bueno. Pero sé que a la vez pueden ocurrir cosas que suceden siendo súper precavido o no. Me parece que los extremos no son buenos. Hay que intentar estar en el medio. Ni una cosa ni la otra, en todos los aspectos.
-¿Y Nicole cómo viene pasando esta etapa?
-Muy feliz. Es su primer hijo varón y lo estamos esperando con mucha ansiedad, te diría que ya contando los días, las semanas. Al principio todo se pasa rápido, pero ahora es como que va más lento, como que sucede a cuenta gotas. Igual, ya tenemos todo preparado y estamos contentos. Queremos que todo salga bien y, sobre todo, que el día de mañana nuestro hijo sea feliz.
-¿Ya tienen la fecha exacta del nacimiento de Cruz?
-Todavía no, pero será a mediados de junio.
-¿Pensás presenciar su nacimiento?
-Sí, ¡claro! Mi papá me dijo que es un momento muy lindo. Todas las personas con las que hablé dicen que lo es. Obviamente que te genera un poquito de impresión porque no es lo que uno se imagina cuando ves las fotos que sale el bebé todo perfecto... Pero sí quiero estar porque es un momento único.
Aunque Manu insiste en que apoyará a Cruz en lo que elija para su vida, resulta inevitable preguntarle qué pasará si su hijo decide seguir sus pasos y dedicarse al automovilismo.
“Obvio que lo voy a apoyar, pero también le voy a decir que hay deportes en los que va a renegar menos. Porque la realidad es que lo único que no me gusta del automovilismo es el hecho de tener que depender tanto de la herramienta. Si lo llevas a la Fórmula 1, tenés a Lewis Hamilton que fue dominador durante varios años y ahora le cuesta llegar entre los cinco primeros. Obviamente, Hamilton sigue manejando igual que cuando ganaba todo, pero el Mercedes no es el mismo", sostiene.
Y agrega: "Ese aspecto es el que no me gusta del automovilismo. Si me das a elegir un deporte 100 por ciento puro, ése sería el tenis porque depende de una sola persona. Siempre practiqué deportes individuales y quizás me hubiese gustado hacer algún deporte grupal... El deporte individual tiene la presión o la carga del resultado sobre uno mismo, pero también abre la posibilidad de que vos decidas de qué manera querés resolver la situación. Esa resolución depende sólo de vos. Por eso el tenis es un deporte que me gusta. En ciertos aspectos lo asocio con el automovilismo o el motociclismo".
-¿Pero te gustaría que fuera piloto?
-Me gustaría que haga lo que a él le guste. Lo voy a apoyar en lo que sea, ésa es la realidad. Si elige ser piloto va a tener la facilidad de contar con mi experiencia. Entonces, se va a ahorrar un montón de pasos que yo debí dar. Y si elige otra cosa, lo voy a acompañar, pero no voy a tener tanta idea...
-Hay un dicho en el automovilismo que dice que con cada hijo que tiene el piloto pierde tres décimas. ¿Vos cómo te ves ahora que vas a ser papá?
-No creo que sea tan así... Eso es un poco un mito. Fijate Juan María Traverso, el piloto más ganador del automovilismo argentino: El Flaco ganó la mayoría de sus títulos teniendo ya hijos... Aunque, bueno, quizá también significa que Traverso tenía varias décimas en la manga a su favor (risas).
Fotos: Diego García
Videos: Candela Petech y Rocío Bustos
Edición y retoque: Darío Alvarellos