La posibilidad de que Argentina vuelva a ser parte del calendario de la Fórmula 1 ha encendido la pasión de los fanáticos del automovilismo en el país. Con la reciente confirmación del vocero presidencial, Manuel Adorni de que el Gobierno está en conversaciones para traer nuevamente la máxima categoría del automovilismo a Buenos Aires, se comienza a visualizar un proyecto que podría concretarse en los próximos años.
Sin embargo, para que el Autódromo Oscar y Juan Gálvez esté en condiciones de albergar un Gran Premio se necesitan reformas profundas, una inversión millonaria y el cumplimiento de estrictas normativas internacionales.
El pasado 1 de noviembre, Daniel Scioli, secretario de Turismo y Deportes de la Nación, y César Carman, presidente del Automóvil Club Argentino, se reunieron con Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, y con Torben Olsen, jefe de desarrollo de carreras de la categoría, en el Autódromo de Interlagos, en Brasil, para discutir la posibilidad de que Argentina vuelva a recibir una fecha de la Fórmula 1.
En diálogo con GENTE; Scioli calificó la reunión como “muy positiva” y señaló que desde la F.1 han mostrado una buena predisposición para avanzar en el análisis de los requisitos necesarios para llevar a cabo un evento de esta magnitud en Argentina.
“Hay una muy buena predisposición para avanzar en los detalles de un evento tan sofisticado y exigente como la Fórmula 1, porque hay que complementar un montón de requisitos”, declaró Scioli tras el encuentro.
Uno de los puntos centrales de esta negociación ha sido la infraestructura del Autódromo de Buenos Aires, que necesitaría una profunda renovación para cumplir con los estándares de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y obtener la homologación Grado 1, imprescindible para recibir una carrera de Fórmula 1.
El Autódromo Oscar y Juan Gálvez fue visitado por la máxima categoría en varias épocas. Entre 1953 y 1998 el circuito porteño albergó 21 Grandes Premios, con victorias icónicas de figuras como Juan Manuel Fangio, quien ganó en cuatro ocasiones, y de pilotos como Michael Schumacher, que se impuso en la última carrera disputada en 1998. Sin embargo, los requisitos de la FIA han evolucionado drásticamente desde entonces, y hoy el circuito debe cumplir con nuevos estándares de seguridad y diseño si desea ser parte del calendario.
Para obtener la homologación Grado 1, que permite albergar una competencia de Fórmula 1, se requieren reformas sustanciales tanto en la pista como en las áreas de apoyo. Recientemente, el veedor de la FIA, Carlos Beltrán, visitó el autódromo y delineó algunas de las mejoras necesarias para que el autódromo porteño alcance la certificación.
Estas incluyen la ampliación de la zona de boxes con al menos ocho nuevos garajes, el techado de la terraza de boxes, la construcción de un nuevo nivel en el edificio de boxes y la demolición de la antigua torre de cronometraje, así como los garages actuales para extender la zona del paddock.
En cuanto al trazado, se analiza utilizar el circuito perimetral con más de 5,5 kilómetros, pero con modificaciones significativas. Entre ellas, se plantea la creación de una nueva primera curva y de una curva adicional que reduzca la velocidad en la entrada al famoso curvón Salotto, así como el ensanchamiento de algunas secciones de la pista. Este trazado modificado tendría que cumplir con las normativas de seguridad de la FIA, que establecen parámetros estrictos para la protección de pilotos, equipos y espectadores.
Las reformas necesarias para que el Autódromo Gálvez alcance el Grado 1 de la FIA tienen un costo estimado de más de 70 millones de dólares, a lo cual se suma una inversión anual de aproximadamente 40 millones de dólares para asegurar un lugar en el calendario de la Fórmula 1. Este gasto, indispensable para organizar un Gran Premio, representa un desafío financiero importante para Argentina en su actual contexto económico.
En este sentido, Adorni destacó que el aporte de empresas y patrocinadores privados será fundamental para financiar este ambicioso proyecto. Este respaldo privado también podría incluir a compañías multinacionales y patrocinadores locales que vean en la Fórmula 1 una plataforma de alto impacto para su visibilidad en el mercado global. El modelo de financiamiento público-privado ha sido clave en el éxito de muchos de los Grandes Premios de Fórmula 1 actuales y podría ser la solución para Argentina.
Uno de los elementos que ha impulsado las conversaciones entre Argentina y la Fórmula 1 ha sido el creciente entusiasmo en torno a Franco Colapinto, una de las promesas más jóvenes del automovilismo argentino.
Colapinto, actualmente piloto de Williams en la máxima categoría, no sólo ha captado la atención de los fanáticos locales, sino también de los directivos del Mundial. Durante la reunión en Interlagos, Scioli mencionó el “carisma” y la “personalidad” de Colapinto, quien ha revivido el orgullo argentino por la Fórmula 1 y se ha convertido en una pieza importante para la negociación.
Según Scioli, la referencia a Colapinto por parte de Domenicali durante la reunión fue un momento especial que demuestra el interés que la F.1 tiene en capturar nuevos mercados y expandir su presencia en América Latina.
Si bien las negociaciones y los requisitos de infraestructura son complejos, el entusiasmo por el regreso de la Fórmula 1 a Argentina está más vivo que nunca. La confirmación de las conversaciones por parte de Adorni, sumada a la reunión en Interlagos con Domenicali, representa un paso concreto en el camino hacia un posible acuerdo para que el país vuelva a ser sede de un Gran Premio.
El Gobierno argentino y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en colaboración con el sector privado, está dispuesto a asumir el desafío y a invertir en las reformas necesarias para que el “Gálvez” recupere el brillo y la competitividad de sus mejores tiempos. Si se logra cumplir con los estándares de la FIA y asegurar el financiamiento necesario, Argentina podría recibir nuevamente a los pilotos más veloces del mundo en su pista.
La fecha de un posible regreso todavía es incierta, pero los esfuerzos están encaminados para que el país sea parte del calendario de la Fórmula 1 en 2027. Con el respaldo de un ídolo emergente como Colapinto y la rica tradición del automovilismo argentino, el sueño de ver nuevamente un Gran Premio en Buenos Aires se siente cada vez más cerca.