Ailén Lascano Micaz, una nadadora oriunda de Río Negro, completó un extenso recorrido de 48 kilómetros sobre los ríos East, Harlem y Hudson en las aguas de Nueva York.
“Me recorrería el mundo nadando”, se manifestó Ailén el año pasado. La nadadora argentina acaba de finalizar el exigente desafío de los “20 puentes de la Isla de Manhattan” en Nueva York. Fueron 48 kilómetros de nado sin pausa que los completó en aproximadamente 8 horas y 30 minutos.
A pocos metros suyo, en un bote de seguridad, la acompañaba su padre, Juan Lascano, y algunos miembros de la organización. Al mismo tiempo, su madre Nelly la seguía de manera virtual desde su Viedma natal.
Con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, la viedmense de 30 años hizo un breve repaso de esta inolvidable experiencia: “La prueba me encantó, fue muy hermoso. Comenzamos en el puente que está frente a la Estatua de la Libertad, un escenario increíble. Arrancamos con la corriente a favor, pero después tocó a veces en contra, a veces corriente neutral", afirmó.
Y agregó: "En el Hudson, mucho oleaje en algunas partes. Todo el tiempo las condiciones cambiaban, así que tenía que cambiar la forma de nadar. Estoy maravillada con este nado y tengo ganas de volver a hacerlo algún día”.
Ailen comenzó a nadar desde muy pequeña gracias a la influencia de sus padres, quienes le inculcaron, al igual que a sus dos hermanos, la importancia de saber manejarse en el agua. A los 9 años cruzó por primera vez el Río Negro y años más tarde participó en diferentes competencias nacionales. De todos modos, no parecía, por aquellos tiempos, tomar a la natación más que como un simple hobbie.
Cuando finalizó la escuela secundaria se mudó a Bahía Blanca, donde estudió la Licenciatura en Administración de Empresas, y dejó el deporte de lado por una cuestión de horarios. De todos modos, en uno de los viajes de regreso a su ciudad vio, en pleno invierno, a un grupo de personas nadando en el río y se volvió a enamorar.
Luego, llevó la pasión al extremo y se interesó por las competencias de aguas heladas, que se realizan sin protección térmica y en lagos congelados cuyas temperaturas rondan entre los 0 y los 5 grados. Este tipo de pruebas, que son de corta distancia debido a lo extremas que pueden resultar para el físico de los nadadores, la posicionaron en la élite a nivel mundial.
En diciembre de 2019, en la Copa del Mundo, desarrollada en Tyumen, Siberia, ganó tres medallas de oro y seis de plata. Repitió esa gran actuación al año siguiente en el Mundial que se llevó a cabo en Skelleftea, Suecia donde ganó las cinco pruebas que disputó. Estos y otros grandes resultados que fue acumulando le valieron para ubicarse en el primer lugar del ranking de la IWSA (Asociación Internacional de Natación de Invierno) durante dos temporadas consecutivas.
Las aguas heladas eran su predilección, pero la pandemia la obligó a buscar nuevos horizontes: “Debido a la situación del Covid se suspendieron todas las competencias, así que tuve que buscar otros objetivos. Ahí aparecieron nados como el de la Isla de Manhattan. Era hacer algo totalmente distinto. Venía preparándome para carreras muy cortas, de 25 metros a 1 kilómetro, y tuve que cambiar el entrenamiento, la nutrición, todo. Me costó tomar la decisión, pero estoy agradecida de haberlo hecho”.
¿Su próximo desafío? Completar la triple corona. Este es un reconocimiento que la Asociación Mundial de Aguas Abiertas hace a los nadadores que completen el desafío de los 20 puentes de Manhattan, la maratón del Canal de la Catalina (recorrido de 33 km) y la del Canal de la Mancha (34 km). Ailen va por ello.
Reportaje periodístico realizado por Ronen Suarc.