El argentino promedio es cabulero: no intercambia asientos durante el partido por nada del mundo, puede tener una prenda de la suerte –y jamás ve un encuentro sin ella– y confía en que un gesto, una bendición frente a la pantalla de la televisión o una fuerte promesa harán que el resultado del encuentro cambie.
Pero, ¿qué piensan los que salen a la cancha?, los que en verdad transpiran la camiseta y se enfrentan cara a cara con un rival que persigue sus mismos sueños. Hoy averiguamos cuáles son las cábalas de la querida Scaloneta.
Los caramelos de la previa
Rodrigo de Paul y Leandro Paredes tienen una costumbre que ya cumplió más de cuatro años: cada vez que el plantel llega a una nueva cancha –mucho antes de que inicie el partido–, ellos caminan hasta el círculo central con la remera de entrada en calor, se toman fotos con sus celulares, ubican a sus familiares con las miradas y, mientras charlan, comen unos caramelos masticables Sugus que trasladan en los bolsillos de sus shorts y que no aceptan que sean de otra marca. Es por eso que en cada viaje al exterior se aseguran de llevar varios paquetes junto a la yerba y el dulce de leche que traslada el equipo. Así lo hicieron en su viaje a Qatar –a donde llevaron 270 bolsas de caramelos– ¡y digamos que les fue muy bien!
Un muñeco... ¿maldito?
Junto al plantel, en la Copa América 2024, hay un integrante que muchos no conocen, pero que para los jugadores es vital.
Sucede que desde la previa de la Copa América de Brasil 2021, en el equipaje viaja un muñeco de Chucky, el inolvidable personaje de la conocida saga de películas de terror.
Fue Juan Cruz, uno de los utileros, quien lo llevó la primera vez aduciendo que les iba a traer suerte porque a su hijo le dicen así... ¡y así fue!, es por eso que siete de los integrantes del plantel tienen tatuado un Chucky en sus cuerpos.
Nada es casualidad
En cada convocatoria, el equipo Campeón del Mundo se asegura de tomarse una foto muy similar en el vestuario de la Selección. Bah, más de uno diría que la foto es casi idéntica, ya que los jugadores pasan un buen rato chequeando estar en el mismo lugar y en exactamente las mismas posiciones.
La primera foto la tomaron después de la conquista de la Copa América, y la segunda tras conseguir la Copa del Mundo. Eso sí, hay uno de los integrantes cambió: tras la salida obligada del Papu Gómez por lesión, Paulo Dybala ocupó su lugar y le sumó un plus de alegría con su sonrisa.
"Yo tengo 300 cábalas"
Esta afirmación la dijo Dibu Martínez antes de empezar a reconocer cuáles son algunas de ellas.
En primer lugar, las fotos. Son infaltables las imágenes que lleva en sus canilleras. “Siempre me pongo las de mis nenes en la derecha, y la de mi familia de Mar del Plata en la izquierda. ¡Eso no puede cambiar!”, aseguró.
Además, sale a la cancha tres minutos antes que el equipo –y siempre con el pie derecho–, hace la misma elongación y el mismo calentamiento, y repite una misma frase: “Nunca pido ganar, sino que yo y mis compañeros terminemos bien el partido y que sea lo que dios quiera”.
La verdad detrás de la polémica del humo
En una entrevista, Rodrigo de Paul declaró que había un humo tremendo en los pasillos debido a la cábala del Cuti Romero, Lisandro Martínez y Nahuel Molina, pero no detalló de qué era ese humo y las redes estallaron con las suposiciones.
Fue en una charla con TyC Sports que el defensor de la Selección Argentina dio detalles. Dijo: "Con Licha compartimos la pieza y el Moli siempre estaba con nosotros. Y como Licha es muy creyente –yo le digo 'el santo'– un día, después de perder contra Arabia Saudita, trajo un millón de palos santos para 'cambiar la energía' y empezó a prenderlos por todos lados. Y sí, había humo por todos lados, ¡por eso quedó esa anécdota!".
Con el mate no se juega
Hace un mes, durante una entrevista por streaming con Rumis, Leandro Paredes contó que una de las nuevas cábalas que surgió entre los jugadores tiene que ver con "quién ceba el mate los días del partido y de entrenamiento... Siempre es el mismo el que ceba".
Una 'carga de energía' que surgió de Messi
En charla con Llave a la eternidad (TV Pública), el lateral izquierdo Nicolás Tagliafico reveló que el himno no es un momento más.
“Hace un tiempo empezamos a hacer algo que no hacíamos antes, que es abrazarnos. A Leo (Messi) se le ocurrió. E influye mucho el hecho de sentirte conectado con el compañero porque vos sentís que él está vibrando y vos quieras o no empezás a vibrar también y cuando sentís el grito desde adentro te cargas de energía, y eso antes de un partido es fundamental”.
"Es como que sin decir nada lo decimos todo. Es como decir: ‘lo voy a dar todo por vos, eh’. Es un ‘acá estoy yo y quiero gritar más fuerte que vos el himno para demostrarte que lo voy a dar todo’. Algo así es”, cerró Tagliafico.
Arte de portada: Gustavo Ramírez
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