El 1 de mayo de 1994 marcó un día oscuro en la historia de la Fórmula 1, cuando el legendario piloto brasileño Ayrton Senna perdió la vida en pleno Gran Premio de San Marino tras perder el control de su Williams-Renault y estrellarse contra el muro de la curva Tamburello del circuito de Imola.
El funeral de Senna, que se realizó el 4 de mayo en San Pablo, contó con presencia de Xuxa, quien estuvo vinculada sentimentalmente al tricampeón a fines de los ‘80. Aunque en ese momento no era novios, la animadora recibió un trato preferencial por parte de la familia del corredor. Eso dejó en un segundo plano a la modelo Adriane Galisteu, quien en ese momento era la pareja de Ayrton y que no contaba con la aprobación del clan Senna...
La historia de amor de Xuxa y Ayrton Senna
La historia de amor entre Xuxa y Senna comenzó en 1988, el mismo año en que el piloto logró el primero de sus tres títulos de la F.1 (los otros dos fueron en 1990 y 1991). Aunque ambos estaban muy enamorados, los compromisos profesionales de ambos y la distancia los llevaron a altibajos, hasta que finalmente se separaron después de estar dos años de novios.
En algún momento Senna llegó a confesar en entrevista en la radio CBN su deseo de casarse y formar una familia con Xuxa, soñando con una vida lejos del bullicio de la Fórmula 1. “Sueño con una carrera en la que no esté presente todo el circo de la Fórmula 1. No hay público y yo subo al auto que tiene lugar para dos, y doy vueltas y más vueltas cada vez a mayor velocidad junto a mi gran amor”, dijo.
La última llamada de Senna a su pareja, Adriane Galisteu
La relación entre Ayrton y Adriane Galisteu comenzó a principios de 1993. Ambos se conocieron en una fiesta que se realizó luego del Gran Premio de Brasil de aquel año. Adriane, que en ese momento era una veinteañera, fue una de las pocas personas con las que Senna habló poco antes de su trágico accidente.
“Estoy muy angustiado, lo que ví acá en los dos últimos días con el tema de la seguridad en la pista me causó mucha impresión, y para peor, no me siento el de siempre. No tengo otro remedio que correr, pero me parece que esta temporada será la última”, le dijo por teléfono 20 minutos antes de salir a la pista. Adriane estaba en la mansión que Senna tenía en Quinta do Lago (Portugal) donde ambos habían quedado en encontrarse después de la competencia.
El fin de semana trágico en Imola
Senna tenía motivos de sobra para sentirse conmovido en ese Gran Premio de San Marino. El viernes su amigo y compatriota Rubens Barrichello había sobrevivido de milagro a un tremendo accidente; mientras que el sábado se había matado el austríaco Roland Raztenberger poniendo fin a una etapa de 12 años sin muertes en la F.1.
Aunque no se sentía con las mismas ganas de siempre, Senna decidió correr. Largó primero y mantuvo la posición hasta que en la quinta vuelta perdió el control de su auto y se estrelló contra el muro de la curva de Tamburello a más de 300 km/h. En el impacto, una parrilla de suspensión le perforó el casco y le causó lesiones cerebrales graves.
Fue atendido en el circuito y trasladado a un hospital Hospital Maggiore de Bologna, donde falleció pocas horas después. En el interior de su vehículo se encontró una bandera de Austria, que tenía pensado ondear a modo de homenaje a Ratzenberger después de la competencia...
La muerte de Senna conmocionó a todo el mundo. Adriane se enteró por su madre, a quien había llamado pocos minutos después de la charla con Senna para contarle las extrañas sensaciones negativas de su novio. Mientras que Xuxa recibió la trágica noticia de su manager, Marlene Mattos, al despertar después de un intenso día grabación de uno de sus discos. Tanto una, como otra, viajaron a San Pablo para estar presente en el último adiós al astro brasileño.
UN FUNERAL MULTITUDINARIO
El funeral de Senna fue un evento masivo con más de un millón de personas acompañando la procesión. Xuxa llegó vestida de negro y se unió a la familia en su despedida final. Su presencia sorprendió a todos y conmovió a los presentes. Así Adriane quedó en un rol secundario durante el funeral, aunque todos los pilotos de F.1 le rindieron sus respetos por ser la última pareja de su rival.
El desprecio de la familia de Senna hacia Galisteu fue total. Tal es así que mientras Xuxa viajó hasta el cementerio de Morumbí junto a la familia, ella lo tuvo que hacer junto a un grupo de amigas.
En este tiempo nunca ha quedado claro el real motivo de semejante actitud, aunque todo apunta al gran amor que sentía Senna por Xuxa resumido en aquel sentimiento que el propio piloto hizo público en una entrevista radial: "No hay público y yo subo al auto que tiene lugar para dos, y doy vueltas y más vueltas cada vez a mayor velocidad junto a mi gran amor".
