La selección argentina trajo una nueva alegría al país, al ganarle 1 a 0 a Brasil a los 18 minutos del segundo tiempo, con gol de Nicolás Otamendi. Sin lugar a dudas, esta victoria fue un alivio para los jugadores y millones de hinchas, después de haber sufrido la represión de la policía brasileña y las constantes provocaciones.
El clásico sudamericano entre Argentina y Brasil, válido por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026, comenzó con 30 minutos de retraso debido a incidentes en el estadio Maracaná.
Mientras sonaba el himno argentino, los hinchas brasileños comenzaron a silbar a los jugadores de la Albiceleste, lo que desató una pelea a golpes entre los fanáticos de ambas selecciones. La policía brasileña, con un accionar violento, intentó disuadir el conflicto golpeando a los hinchas argentinos..
La situación se descontroló rápidamente y los propios futbolistas de Argentina y Brasil se vieron obligados a intervenir para tratar de controlar la represión policial.
Lionel Messí ordenó que la Selección se retire del campo
Lionel Messi, capitán de la Selección Argentina, fue uno de los que más se involucró en la situación. El jugador del Inter de Miami se acercó a las tribunas para pedir calma a los hinchas y también se dirigió a los efectivos policiales para que dejaran de reprimir a los fanáticos.
"Nos vamos. Así no se puede jugar al fútbol", le dijo 'La Pulga' al árbitro Piero Maza, sin dudarlo y retirándose con todos los jugadores de la Selección Argentina detrás de él. El capitán una vez más, mostró toda su jerarquía en la cancha.
La situación se calmó finalmente y el árbitro del partido, decidió dar inicio al encuentro con 30 minutos de retraso. Un encuentro que promete y mucho y que tardó más de lo que esperaba para poder llevarse a cabo.