Es común escuchar a las estrellas internacionales brindar sus conciertos en Argentina y decir que el público local es sinónimo de fervor, pasión y fidelidad. Y parece que esto se extiende a varias esferas. En tierras en donde el fanatismo por el fútbol reina, el fenómeno Franco Colapinto generó un verdadero impacto en la Fórmula 1. Desde su primera carrera en Monza, hasta la última en San Pablo a la que se acercaron miles de compatriotas, a horas de competir en Las Vegas, el fandom se volvió a hacer presente y es prueba intacta de que la banca sigue fuerte.
Nadie iba a imaginar que ese primer fin de semana el joven debutante en la máxima categoría iba a tener una amplia hinchada en el corazón de Europa. Con Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann como los grandes referentes argentinos en la materia, ningún otro había logrado tanto apoyo y atención.
Mucho menos que las cuentas oficiales de la F1, teniendo actualmente a tres hispanoparlantes como Fernando Alonso, Carlos Sainz y Checo Pérez, iba a comenzar a colocar posteos en español. Hasta videos de Colapinto en su lengua nativa, sin subtitulado. Los emojis con la albiceleste inundan los comentarios.
¿Será que fue el primer argentino en 42 años en volver a clasificar entre los primeros diez en un gran premio dentro de la mayor categoría del automovilismo? ¿Será por su simpatía y espontaneidad, típicas de un joven de su edad? ¿O hablamos de su carisma, moneda corriente en él, el Papa Francisco, Máxima Zorreguieta, Diego Armando Maradona, Lionel Messi y algunos otros compatriotas que traspasaron las barreras de nuestra nación?
"El carisma es el verdadero talento natural de Franco y no se entrena pues viene de fábrica. La psicología positiva lo considera como la capacidad de aportar conocimiento para hacer crecer a los demás", opina en diálogo con Revista GENTE el psicólogo Jeremías Aisenberg al analizar qué siente la gente al ser interpelada por el piloto.
Colapinto, pasión de multitudes
Adrián Puente, con su programa Telemétrico en Fox Sports y las transmisiones de las carreras en la misma pantalla, se transformó en una de las voces autorizadas para analizar qué es lo que significa la figura del corredor de Williams Racing.
“Socialmente Colapinto fue un boom, un boom compatible a lo que demostró en pista desde la primera carrera en esta categoría. Pero hay algo a tener en cuenta: ya el año pasado, todavía siendo piloto de Fórmula 2 y a través de redes sociales, se había generado todo un movimiento por él para que llegara a la Fórmula 1, que se manifestó en el ACA con un montón de gente que lo fue a apoyar en el momento que se iba a reunir con las autoridades. Ahí tuvimos la primera sorpresa del arrastre que generaba este chico de 21 años con sus pares”, afirma.
También se la juega y dice que “a escala argentina y comparado con deportistas argentinos no me ruborizo en decir que Colapinto en poco tiempo ha alcanzado una popularidad cercana a la de Messi, porque las redes sociales mismas en sus menciones así lo demuestran. Por supuesto que a partir de ahora hay que ver cómo se hace esta popularidad compatible con el rendimiento en la pista”.
En la misma línea, Diego Durruty, columnista de automovilismo de GENTE, sostiene que uno de los puntos de conexión con el público lo generó “su historia tiene un elemento muy humano y auténtico” y que “si bien después de Lole (Reutemann) varios argentinos llegaron a la F1, Colapinto se benefició de correr en esta época, donde las redes sociales son una poderosa arma de comunicación”.
“Sí, las redes sociales fueron clave para que Bizarrap lo conociera y decidiera ayudarlo en el momento justo, cuando su continuidad en Europa estaba comprometida. Si bien Franco siempre tuvo una masa de seguidores muy grande y activa, la llegada del músico al proyecto le dio mayor notoriedad en otros ámbitos. Y eso también posibilitó el arribo de otras empresas de primer nivel que hasta ese momento jamás habían pensado en invertir en el automovilismo”, amplía.
Y suma: “Su gran ventaja sobre el resto fue tener representantes europeos, una gran diferencia con otros chicos que trataban de generar sus contactos desde la Argentina. Su forma de hablar, la cercanía que tiene con los fanáticos, y su capacidad de reírse de sí mismo en momentos complicados lo hacen ver como alguien genuino. En una categoría que a veces puede parecer demasiado fría o calculadora como la Fórmula 1, Colapinto aporta frescura y humanidad”.
-¿Qué se dice en otras escuderías sobre todo el fandom que se generó con él?
Adrián Puente: ¡Qué no se dice! El tema es que los modos de Franco y sobre todo, y es lo más importante, lo que hace en la pista ha sorprendido, ha roto paradigmas, ha cambiado reglas. Por suerte cayó muy bien, porque eso en otros casos podría ser muy muy agresivo. La Fórmula 1 tiene origen en Inglaterra, es una estructura básicamente europea, un poco más encorsetada, así que Franco saltó una valla muy alta y se conecta de igual a igual con los fanáticos manejando, además, de una manera más sanguínea, no tan esquematizada en el simulador. Entonces todo esto cayó bien. Más de un director de equipo lamenta haberse decidido antes por sus pilotos para el año que viene y no haber esperado a Colapinto. Creo que hoy más de la mitad de las escuderías querrían a Franco y por cuestiones de contrato y por comerciales lamentablemente se ven impedidos de tenerlo.
Diego Durruty: En el paddock muchos ven con admiración y sorpresa cómo ha captado la atención del público en tan poco tiempo. No es común que un piloto joven genere un fandom tan apasionado, especialmente en un deporte donde las marcas y los equipos suelen acaparar los reflectores. Algunas escuderías ven esto como una oportunidad comercial, ya que un piloto con una base de fanáticos sólida es un activo muy valioso. Sin embargo, también hay quienes advierten sobre los riesgos de un exceso de exposición mediática, especialmente si el rendimiento no acompaña. Pero en general su popularidad es vista como un fenómeno positivo que puede aumentar el interés en la categoría.
-¿Qué lo diferencia a Colapinto de los otros corredores de F.1 que hay actualmente compitiendo?
Puente: En principio, más allá de lo que hace en la pista, rompe los protocolos. Tiene una manera muy fresca de declarar, manifiesta emociones todo el tiempo, muestra los -como nosotros llamamos- "cuelgues típicos" de un chico muy joven que se dispersa hablando de una cosa y mirando para otro lado. Algo poco común en una Fórmula 1 de pilotos más protocolizados, más en la órbita de hacer lo que las multinacionales del deporte obligan a hacer. Eso es lo que le hace quebrar un montón de fronteras. Y después tiene un nivel de agresividad interesante a la hora de manejar, con el que no todos cuentan. Cuando digo agresividad lo digo en el mejor sentido: hablo de un piloto valiente que va a buscar, que no espera a que las cosas sucedan.
Durruty: Para los corredores de F1 cada carrera puede ser la última, por eso la aprovechan al máximo y ponen todo de sí para demostrar su talento. Este aspecto uno lo ve multiplicado en Colapinto, y puede ser una de sus diferencias con el resto de los competidores, que tal vez la tienen más fácil presupuestariamente hablando y con un asiento casi seguro en la categoría para 2025. También tiene una madurez emocional que contrasta con otros pilotos jóvenes, logrando balancear el espectáculo mediático y el enfoque en lo deportivo. Finalmente, su cercanía con los fanáticos y la conexión directa que ha construido lo posicionan como un piloto que representa a su país y a su generación, algo que no todos logran.
-Si vos tenés que compararlo con algún histórico, ¿con cuál lo harías y por qué?
Puente: En la comparación con sus pares tiene algo muy típico de estos tiempos que es en particular incomparable con otros: una gran asimilación de datos en el simulador que después lleva muy bien a la pista de verdad. Y eso no es fácil para todos. Diría que son muy poquitos los que pueden llevar lo virtual a lo real con tanta facilidad. Sus características de manejo, su valentía, su agresividad se pueden llevar a la que en su momento representó Michael Schumacher sin que todavía fuera Michael Schumacher, pero falta muchísimo para eso. Sí, es de esos pilotos que van siempre para el frente, que siempre van a buscar más. Lo que no significa llevarse la carrera, pero sí intentar hasta el cansancio adelantarse una posición, ganar estratégicamente en otras áreas de la misma.
Durruty: Lo compararía con Rubens Barrichello en sus primeros años. Ambos llegaron a la Fórmula 1 desde países con alta presión mediática y grandes expectativas. Barrichello tenía esa frescura, empatía y carisma que lo hacían destacar no sólo por su talento, sino además por su conexión con la gente. Su desenfado también me recuerda al James Hunt, alguien muy famoso por tomarse la F1 de una manera distinta a la de sus rivales. Pero son apenas semejanzas. Creo que Colapinto es único. Y el mejor ejemplo es que la propia F1, por todo lo que Franco genera, está ayudando a conseguirle un lugar en 2025.
-Hay muchos que lo comparan con Ayrton Senna, ¿por qué?
Puente: Para mí esa comparación es desmedida. Hay cosas en común, como todo el fanatismo brasileño que él tenía, la impronta, el condimento latinoamericano… Ayrton Senna supone ser el techo de la Fórmula 1, es lo más alto, arriba de él no hay nada, y creo que eso es establecerle un parámetro innecesario que más que ayudarlo lo puede condicionar.
Durruty: Sí, escuché eso ¡y hasta que es la reencarnación del brasileño! A mi modo de ver la semejanza pasa por el aspecto físico. Tiene un aire al Senna de los Ochenta. Conductivamente, son incomparables. La F1 de Senna es muy diferente a la F1 de Colapinto: tiene distintos autos, distinta cantidad de carreras y por ende distintas exigencias. Incluso la relación entre los pilotos y los patrocinadores y sus fans es distinta. Senna es uno de los tres mejores pilotos de todos los tiempos junto a Fangio y Jim Clark; mientras que Colapinto es un joven piloto que puede llegar a lograr grandes cosas.
-¿Creen que en un futuro Franco va a poder mantener esa frescura que tiene hoy?
Puente: Veremos si eso va exclusivamente de la mano de su carácter o de su edad. Si es de su edad, uno entiende que a medida que vaya creciendo esa frescura un poco se va a ir tapando porque uno a veces necesita de declaraciones un poco más políticas, ya que hoy todo se escucha, todo se lee, todo se sabe. Incluso hasta hay que tener mucho más cuidado que antes. Entiendo que eso lo va a empezar a condicionar en algún momento. Sin embargo hay algo inherente a su carácter, que sí creo trae de la cuna y lo va a seguir haciendo diferente a los demás.
Durruty: Dependerá mucho de cómo maneje la presión y el crecimiento mediático. La exigencia extrema de la Fórmula 1, tanto de adentro como de afuera, tiende a cambiar a las personas. No obstante, si sigue rodeado de un buen equipo y continúa trabajando con herramientas como la psicología deportiva, hay razones para creer que podrá conservar esa frescura. Lo importante es que no pierda de vista quién es y qué lo llevó hasta aquí: su autenticidad, trabajo duro y conexión con los fanáticos.
Fotos: Diego García, Ramiro Palais, Fórmula 1, Williams Racing y redes sociales