A lo largo de los años, la identidad del helado ha ido cambiando. Los gustos frecuentes, los más conocidos, como el chocolate o dulce de leche, por ejemplo, ya no son los preponderantes ante la imaginación de quienes se encargan de crear las cremas heladas. Una clara muestra se da con Pachi Helados, una legendaria heladería de la zona Sur del Gran Buenos Aires.
Fue fundada en 1978 en pleno centro de Berazategui. En aquellos años, se caracterizaron por tener gustos propios. Esa iniciativa hoy hace que sea una de las más reconocidas gracias al boca en boca y a la particular variedad de sabores que va desde el mate al Fernet con Coca, entre los más insólitos.
En parte de sus sabores, los dueños apuestan a combinar uno de los postres más solicitados del verano con las bebidas más frescas para esta época. Allí, además de la bebida cordobesa mencionada, también se puede pedir helado de Campari o Cerveza Stout.
“Somos creadores de recetas únicas y propias. Nos especializamos en hacer recetas que sean exactamente como las golosinas que más gustan”, advierten a Clarín desde el local en el que también se puede pedir uno con justo a alfajor Capitán del espacio, Rhodesia, chicle Bazooka y tantos otros. “El helado de Palito de la selva, que es original de Pachi, es de los más vendidos”.
El de sabor mate tuvo una gran repercusión. Mucha gente lo aceptó, pero otros no tanto. Sin embargo, desde el local respondieron con humor a la polémica. “Es verdad que estamos acostumbrados a tomar mate con bombilla. Pero ya que no se puede en este momento nos pareció copado intentar esto”.
En el caso de Pachi, los clientes suelen pedir este tipo de gustos novedosos y el mayor porcentaje de la clientela va por ellos. Sin embargo, nunca falta el que no se aleja de los sabores tradicionales. “Esos también los mantenemos, porque tenemos clientes de muchos años que buscan esos que son los que más les gustan”.