Un año le llevó al reconocido diseñador Manuel Rapoport montar la estructura de su vivienda, que se convirtió en una pieza modelo para el mundo sustentable. Aquellos que quieran pueden acercarse a conocerla.
“Compramos cientos de latas a la Asociación de Recicladores de Bariloche, que reúne a quienes trabajan clasificando materiales en el vertedero municipal. Contratamos a un empleado que se ocupó de lavarlas, abrirlas, desplegarlas y plegarlas con la máquina”, y así es como empezó su aventura.
Amigable con el medio ambiente y el diseño ecológico moderno, la casa ubicada en Bariloche cuenta con una gran particularidad: todo el exterior está realizado con latas de salsa de tomate.
La casa tiene 15 años y tres plantas. Como aislante se usó cartón corrugado, “que ofrece las mismas prestaciones que la lana de vidrio”, explica el diseñador, que antes había pensado utilizar latas de leche en polvo. Se decidió por las de tomate porque “rinden más porque son más grandes”.
“Tengo una concepción optimista del diseño argentino, de su valor estético y social como medio de afirmación de nuestra cultura”, explicó Manuel, quien también mostró su arte en Amsterdam, Holanda.
Allí participó en una muestra de diseño experimental de juegos urbanos, donde presentó una hamaca para dos personas “con objetos que emiten sonidos mientras se columpian, llamada El Monstrumento”.