Cumbio: “En la escuela me encerraban en el aula para que diga con quién estaba de novia” – GENTE Online
 

Cumbio: “En la escuela me encerraban en el aula para que diga con quién estaba de novia”

Agustina Vivero (Cumbio) tiene 30 años y es un ícono: la cara del movimiento flogger en Argentina y latinoamérica. Como protagonista del primer episodio de +GENTE recuerda la metodología del Fotolog, la época de fama desmesurada en el Abasto, el bullying y el día que se animó a contar que tenía novia.

“Es re loco que vinieran del New York Times para entrevistarme. Me acuerdo que el periodista me contaba que todavía no había muchos argentinos entrevistados en ese medio. Y yo, que tenía 16 años, decía: ¡Wow, ¿es para tanto? Y sí, era”. 

La persona que relata la anécdota es Agustina Vivero, que se hizo del nombre Cumbio durante el estallido flogger de la primera década del 2000. Ese nombre, el alias que usaba en Fotolog, le dio una segunda identidad: se convirtió en una influencer cuando ni ese término ni nada de lo que hoy lo rodea existían. Puso de moda el corte de pelo en capas, el flequillo grueso y hacia el costado, los piercings, la ropa flúor. Inmortalizó a la generación que bailó electroflogger en los escalones percutidos del Abasto, sobre la calle Anchorena. Como dicen en el cantito de cancha, es una marca que no se borrará nunca del cemento de la escalera del shopping. 

Celeste Montanari y Agustina en el estudio de +GENTE. Se trata del primer episodio del formato.

Cumbio es la primera protagonista de +GENTE, un ciclo de entrevistas conducido por Celeste Montanari. Es parte de la esencia, del deber y de la responsabilidad de Gente como medio de comunicación acompañar los cambios sociales, los debates que interpelan a las minorías y tienen cada vez más lugar en la calle y en la política. A las conquistas del colectivo LGTBIQ+ de los últimos años se le suma la certeza de reconocer las carencias y lo que todavía falta en un país donde la expectativa de vida de una persona trans es de 40 años.

La entrevista de +GENTE abre con el recuerdo de Agustina sobre la crónica publicada en The New York Times: una adolescente de clase media, nacida en Corrientes y criada en Buenos Aires, inicia una cuenta de Fotolog, sube una foto, crea una red de contactos y de repente está siendo entrevistada para uno de los principales medios estadounidenses. El periodista que escribió la nota se llama Alexei Barrionuevo y puso el cuerpo para llegar hasta el barrio de Once, un punto neurálgico de la Ciudad de Buenos Aires, y ver el fenómeno Cumbio en vivo.  

Durante el auge de los floggers Cumbio llegó a la mesa de Mirtha Legrand.

Durante los primeros tres párrafos de la nota, Alexei describe con detalles lo que muchos, aún en Argentina, no veían. Los fans de Cumbio exasperados por tener una foto con Agustina: no era Susana Gimenez, no era Mirtha Legrand, tampoco Mick Jagger. Vivero apretó enter en el teclado de su computadora y su contenido empezó a circular: llegó a tener 250 mil seguidores (en un momento donde las plataformas sociales eran inexistentes) y recibió más de 39 millones de visitas en su sitio. 

Con el reconocimiento público llegó también la discusión acerca de su sexualidad. En la mayoría de los programas a los que era invitada se desplazaba la temática flogger para poner como tema central la vida privada de Cumbio. “¿Vos sos varón?”, indagó Chiche Gelblung con su estilo más puro mientras la entrevistaba en uno de los programas que conducía en Canal 13. 

Gente: ¿Tu familia te apoyó desde el primer momento cuando les contaste tu orientación sexual? 

Cumbio: Sí, me re apoyaron y todo. Mis viejos son de Corrientes, me trajeron a los dos meses a Buenos Aires. Un montón de cosas ellos no las entendían por un montón de cuestiones. Una vez yo estaba llorando por una chica que me gustaba mucho y mi mamá me decía “no entiendo porque llorás tanto por esta chica”. Y mi papá le dijo “vos no tenés que preguntar ni te tiene que explicar nada. La tenés que querer así, por lo que haga”. Al tiempo tuve mi primera novia y me acuerdo de ir a mi casa sin tener que contar nada sobre mi orientación sexual. 

Daniela, la co-founder de RUIDO, estuvo presente durante la producción de +GENTE.

“En Argentina, una cámara y un blog hacen una estrella”: ese es el título de la nota del NYT. Allí, el periodista escribió sobre Cumbio: “Su improbable popularidad también está redefiniendo los estereotipos de la celebridad juvenil en Argentina. Vivero, que es abiertamente gay, se describe a sí misma y a otros como "andróginos" por su ropa unisex. Se siente cómoda con no ser delgada como una modelo, evitando las dietas y alardeando de su amor por la comida chatarra, un mensaje diferente en un país donde las mujeres tienen altas tasas de trastornos alimentarios”. 

El bullying fue parte de la vida de Agustina Vivero mientras conocía la fama y atravesaba los últimos años de la secundaria. Dice que tenía que pedirle a su mamá que la retirara antes del colegio para evitar episodios de acoso escolar en el horario de salida. 

“Lo que me pasó en la escuela es que no solo me discriminaban y hacían bullying. Realmente se volvió una secuencia muy violenta. Me encerraban en el aula y no me dejaban salir si no contestaba quién era el hombre con quien estaba en una relación, o quien era mi novia. Me levantaban la pollera del uniforme, me sacaban fotos (...) La escuela no me acompañó, me dijeron que como yo estaba muy expuesta mediáticamente ellos no lo sabían manejar y era algo que yo tenía que solucionar”, explica. 

Fue el hambre de progresar el impulso para seguir estudiando a pesar del contexto. Terminó el último año de secundaria estudiando a distancia, aprobó todas las materias y continuó con los estudios universitarios. Años más tarde formó RUIDO, una compañía de marketing digital y social media. 

Cumbio tiene 30 años: es CEO de @ruidosocialmedia, una agencia de marketing digital.

En junio del 2021, en el marco del Día del Orgullo, Cumbio subió un posteo a su cuenta de Instagram en el que rememora cómo se hablaba y debatía acerca de su sexualidad en la televisión. El episodio más frontal es el que tiene lugar en el piso de Gelblung: “Después de eso él me pidió disculpas. De hecho con Chiche trabajo ahora, lo veo siempre y es lo más”.

Con respecto a los medios de comunicación y el tipo de preguntas que se solían realizar en TV y en vivo a personas LGTBIQ+, Agustina sostiene: “Los periodistas son gente culta, ¿por qué no se ponen un poco en el lugar del otro? Está bien, hay un montón de preguntas que tienen que hacer, que son picantes, que las entiendo, pero ya lastimar o ir tan al golpe bajo no hace falta”. 

Mientras las computadoras pasaban a formar parte de los hogares y el Internet se masificaba, Fotolog daba cátedra sobre el funcionamiento de las redes sociales: era como Instagram, pero en modalidad de blog. La idea se basaba en publicar fotos, esperar los comentarios e ir aumentando la red de contactos en la plataforma. 

Yo, Cumbio: el libro de Agustina Vivero 

“Cuando las cosas empezaron a tomar la forma que tienen hoy, yo me hice los re amigos: me saludaba con todos los chicos que iban al Abasto los miércoles. Creo que estamos en una edad en la que llegás del colegio y te preguntás: “¿Qué puedo hacer esta tarde?”, y si no te dan ganas de salir, entonces te metés en Internet y, por ejemplo, posteas una foto a ver quién te firma. Y así va creciendo el fotolog. Cada vez que firmás o te firman, empezás a relacionarte con una nueva persona; esta buenisimo. . . Conocí, por ejemplo, a muchos chicos que antes me cruzaba todo el tiempo por el barrio y no me daba cuenta.. . y ahora vienen a casa a tomar la chocolatada todos los días. Si, eso es algo que me pone contenta”. 

El libro, editado por Planeta en 2008, repasa aquellos años de vida flogger, los encuentros en el Abasto y analiza al Fotolog como manifestación social, mucho más allá de su carácter de plataforma de Internet. Es también una mirada sobre el país y la fama. 

El libro tuvo participación en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde Cumbio firmó ejemplares.

De aquel entonces hasta la producción de +GENTE pasaron más de diez años. “Effeo”, la palabra que los floggers utilizaban para hacer referencia a que una persona los había agregado a su perfil de Fotolog, ya no existe entre los centennials criados entre el ardor de Snapchat, YouTube y Twitch. Los logros colectivos en materia de género también se intensificaron: desde el matrimonio igualitario hasta la sanción de la interrupción voluntaria del embarazo y la ley de cupo laboral trans. 

“En el cupo laboral trans, por ejemplo, faltan personas delante de cámara. La ley obliga a las empresas a tener cupo laboral trans, a tener mujeres en la política, mujeres en todos lados. Yo tengo una amiga trans que está trabajando para Trenes Argentinos y me llena de orgullo que tenga su espacio. Pero es re loco que tenga que haber una ley para que eso pase. A las chicas trans no les daban espacio en las empresas, como si no tuvieran la misma capacidad que cualquier otra chica o cualquier otro chico”. 

En 2018 ganó un premio Martín Fierro digital como primera influencer argentina.

Ahora Agustina mutó de Fotolog a otras plataformas. Trabaja con el mundo audiovisual y tiene más de 100 mil followers. Según dice en su perfil, se considera la primera influencer de Argentina: “Tengo una frase que la uso todo el tiempo y es: ya llegué hasta acá, pero no llegué para quedarme en esto. Estoy para más, siempre para adelante”. 

La producción de la cápsula de +GENTE se llevó a cabo con participación del equipo de Absolut, una marca que desde hace 40 años trabaja sobre la diversidad con la intención de construir un mundo libre de etiquetas y prejuicios.

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