Operador internacional. Hotel de Miami. Habitación 1713. Atiende una de sus amigas, Paz Cornú (la diseñadora de moda que la eligió como su nueva cara publicitaria), con quien viajó para una sesión de fotos de su marca. Es, además, su compañera de té chai en Starbucks, porque “no tomamos tragos... Nosotras purificamos el alma”. Después se va a generar una insólita conversación, porque Karina Jelinek (31) no va a atender inmediatamente, sino que responderá usando a su roommate como interlocutora (¿se estaba probando ropa, quizás?). Tras cinco minutos, sí, ella misma tomará el teléfono. Cosas de Karina, quien siempre tiene una carta para sorprender...
–¿Por qué decidió viajar a Miami sin su marido?
Karina, a través de su amiga Paz: Porque él estaba ocupado con cosas de su trabajo y yo soy libre de ir y venir a todas partes. Soy independiente. No quiero convertirme en el bastón de nadie. No somos hermanos siameses, cada uno tiene sus actividades y yo no dependo de ningún hombre. Tampoco soy una persona sedentaria. Además, al hombre le encanta la mujer independiente. Tengo mi profesión desde los 16 años y dispongo de mi plata para hacer lo que se me antoje. Creo que me fue muy bien, porque tuve muchos logros. Leo me ayuda, me mima, pero él sabe muy bien que para poder dar amor, uno tiene que quererse antes.
–Pero... ¿tu cumpleaños lo vas a pasar sin él?
De nuevo, a través de su interlocutora: Yo no estoy sola a Miami. Estoy con amigas. Leo tiene que trabajar y respeto su decisión de quedarse en Buenos Aires. Me dijo que va a venir para mi cumpleaños y pienso celebrarlo con él con una gran fiesta.
–Perdón, Paz, pero... ¿no podrá atender Karina personalmente?
Paz: ¡Tenés razón! Karina, atendé.
Karina: ¿Hola? ¿Quién habla...?
(Me presento. Ahí empieza su largo trabajo expeditivo para relacionar mi nombre con alguna de sus notas en GENTE, desde sus inicios, cuando fue tapa en el 2001 junto a Sofía Zámolo en la clásica apuesta: ¿Rubias o morochas? Todo, hasta que siente la confianza suficiente para confesarse tranquila).
–¿Te adaptaste a ser noticia por tus supuestas separaciones o lo aceptaste como parte del juego?
–¡Ay! No sé... siempre me separan. Inventan que nos peleamos, que dormimos en camas distintas... Me deben querer ver sola. El que está esperando eso, que deseo que nunca pase, que se quede tranquilo que lo voy a contar. Pero estoy muy bien, feliz... Nos amamos mucho y somos muy jóvenes como matrimonio.
–¿Casada generás más morbo en los hombres que cuando estabas soltera?
–Me siguen diciendo barbaridades por igual. Si ves mi twitter, te morís. No paran. Igual, creo que la mujer casada genera un morbo especial por ser prohibida.
–¿Los elogios son sólo de hombres o también generás empatía en las mujeres?
–Una vez, Moria (Casán) me dijo que las mujeres me querían mucho porque no me veían como una competencia. A mí me interesa más tener el amor y el respeto de las mujeres que ser su rival. Cuando voy por la calle, son más las chicas que se acercan por una foto o un autógrafo que los hombres.
–¿Las mujeres somos un público difícil de conquistar?
–Las mujeres somos especiales y únicas. Juntas nos potenciamos.
De repente, deja de hablar al teléfono y se dirige a Paz. “Nena, esta es otra frase que podemos usar en nuestras remeras, ¿no es genial?”. Es que ambas están preparando una colección de tops y remeras con las frases más desopilantes que dijo la modelo a lo largo de su carrera.
–¿Cómo te definirías?
–Soy una mujer muy atrevida. En este medio hay que serlo. Siempre hay que ponerse objetivos y no tener miedo a transitar un largo camino para cumplirlos. Me gusta generar proyectos, porque eso me da vitalidad.
–La seducción es una herramienta que juega a tu favor. ¿Cuándo te diste cuenta de ese poder?
–Nació conmigo. No aprendí de nadie a ser seductora. Hay gente que se esfuerza, pero todo lo mío es natural.
–Después de tantos días de estar separada de tu marido, ¿cómo es el reencuentro?
–Nos contamos todo y pasamos horas hablando, hablando...
–¿Y en el momento de intimidad?
–Ahí somos explosivos. Nos matamos a besos y después... lo dejo a tu criterio.
–Hay una frase popular que dice: “No es bueno dejar solo al hombre”
–La habrá inventado una persona muy insegura.¿Vos qué pensás?
–Coincido con la frase. A tu “criterio”, soy insegura.
–Bueno, yo mantengo la llama enviándole fotos en tanga. Ojo, no me filmo, pero sí hago que me desee. La confianza es lo primero. En cierta forma aún nos estamos conociendo... Ninguna relación es perfecta y nos fuimos dando cuenta de que el amor crece con el tiempo y no es sólo una calentura. Nuestro amor está en etapa de maduración, ya pasamos el enamoramiento y el flash, nos gustamos y nos aceptamos tal como somos. Mis padres están casados desde hace 48 años. ¿Nos imaginás a Leo y a mí?
–¿Pensás que dejaste relegado tu deseo de ser madre por crecer en tu carrera?
–Nooo... La verdad es que no me siento preparada. Si fuera por Leo hubiéramos tenido un hijo ayer. Bah... tres hijos. Me parece que tenemos que conocernos más. Todos los días descubrimos cosas nuevas uno del otro. Es un lindo sueño el de formar nuestra propia familia, pero por ahora es sólo un anhelo.
–¿Cómo se llevan en el cotidiano vivir?
–Es fácil convivir conmigo. No soy exigente y me considero una geisha. Soy ordenada, tranquila... Creo que mi especialidad es cocinar. Preguntale a Marina Coccifi (N. del R: compañera de redacción). Este verano, cuando hicimos una nota juntas, le preparé una limonada y galletitas.
Es la nueva cara publicitaria de la colección que presenta su mejor amiga, la diseñadora Paz Cornú. Juntas, lanzarán una línea de remeras con las mejores frases de Karina.
“Nuestro amor está en etapa de maduración, ya pasamos el enamoramiento y el flash, nos gustamos y nos aceptamos tal como somos”, confiesa Karina respecto a la relación que mantiene con Leo, su marido.
“Soy una mujer muy atrevida. En este medio hay que serlo. Siempre hay que ponerse objetivos y no tener miedo a transitar un largo camino para cumplirlos”