Cuál es el porcentaje de padres que no cumple con la cuota alimentaria y el cambio de paradigma – GENTE Online
 

Cuál es el porcentaje de padres que no cumple con la cuota alimentaria y el cambio de paradigma

Si bien los padres cada día están más presentes en el día a día de sus hijos y van quedando atrás los modelos antiguos aún quedan resabios de viejas creencias a desandar.
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El tercer fin de semana de junio se festeja en Argentina el Día del padre, una fecha en que el foco está puesto en celebrar la labor de quienes ejercen la paternidad.

A lo largo de los años la figura del padre viene cambiando vertiginosamente. Si bien a principios de siglo se trataba de un rol simbólico que estaba asociado al dador, en los últimos años el hombre ejerce una paternidad real que está asociada no sólo a dar bienes materiales sino a involucrarse en todos los aspectos relacionados a sus hijos. Algo que antes se vinculaba a las madres.

Con las conquistas femeninas y el avance de las mujeres en los ámbitos laborales, el lugar del hombre en la crianza está cambiando. Ya no es raro que un padre cambie un pañal, lleve a los hijos a la escuela, esté sentado en una guardia esperando al médico y esté comprometido en las decisiones diarias.

El modelo viejo está quedando atrás y las emociones y las tareas del hogar también están dentro de este nuevo repensar. Según el psicólogo Luciano Lutereau, hoy la paternidad se corrió del lugar simbólico para ocupar el rol real.

Del padre simbólico al real

"El gran cambio es el de la figura del proveedor que era el rol simbólico parental típico y esperable del varón. Cuando digo proveedor me refiero a un tipo de padre al que dar lo exime de estar. Ya sea porque da su dinero o sus bienes en términos generales... También esto está asociado a una época en la que el padre era más un retrato. Pensemos en las guerras mundiales, donde los hombres morían y los hijos lo único que veían de sus padres era una foto, una foto con uniforme, esa es una versión posible del padre, muy eficaz simbólicamente también. Haber sido hijo de un gran héroe de guerra, de un hombre que perdió la vida joven. Creo que en ese sentido podía estar ausente dada su condición de dador", explica Lutereau.

"Esto es lo que cambió en los últimos años, de la década del 80 a hasta esta parte", suma y enumera series y películas donde los hombres empiezan a mostrarse en tareas que antes se asociaban solamente a mujeres. Grande Pa!, La niñera, Blanco y Negro y hasta el antecedente de Mary Poppins ayudan a ver cómo fue evolucionando el rol.

"Empiezan a aparecer progresivamente producciones donde se destaca el rol de padre, no la presencia simbólica sino la presencia real del hombre como padre. Tiene que ver con este rol que el hombre puede ocupar en la crianza y en el acompañamiento de los hijos ya no meramente a título figurativo, no solo ver que su hijo haga las cosas bien, sino que se involucra emocionalmente en la toma de decisiones. Creo que sin dudas es un modelo de paternidad completamente distinto", sostiene Lutereau.

Aunque encuentra dentro de este nuevo paradigma algunos desafíos. "Si bien son padres mucho más cercanos, más empáticos con las madres y más comprometidos, pueden absorber muchos miedos que tienen que ver con el ámbito doméstico, miedos que encarnaban principalmente las mujeres... A que al niño le pase algo, a que se enferme. Antes el padre era el que moría. Pero como es real se contagia de esos temores", describe el especialista.

La distribución de las tareas domésticas

Aún hoy es común encontrar en ciertas familias brechas generacionales donde los padres más grandes miran con cierto recelo a los más jóvenes. Incluso en mujeres machistas que creen que hay tareas que siguen siendo de las "mujeres". Mientras que cada día está más sobre la mesa la necesidad de compartir 50 a 50 las tareas, hay muestras de que ese camino está recién iniciando.

La licencia de paternidad, por ejemplo, acá en Argentina es solo de 2 días para el padre y hay proyectos para que sea de 45, pero aún sigue sin modificarse la ley. Otro de los puntos en que no hay coincidencias es en la famosa carga mental. La mujer, además de ser gestante y alimento, se suma a su tarea diaria la agenda de todos los pendientes: vacunas, visitas al médico, controles por edad, reuniones pedagógicas, visitas al jardín y la lista sigue y sigue. El hombre continúa descansando en estas tareas en su mujer, algo que erosiona las relaciones y le vuelve muy tedioso el día a día.

Según el informe de la Dirección Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia, la desigualdad en la cantidad de horas destinada al trabajo de cuidado no remunerado es un factor que profundiza la inequidad entre mujeres y varones en general, y en particular en lo referido a la crianza y educación de niños, niñas y adolescentes.

Cómo debería ser un padre según UNICEF

En su Guía de paternidad activa para padres, UNICEF enumera qué debería hacer un padre hoy y que tareas debería realizar:

Tener una relación afectuosa e incondicional con él o ella.

Mantener una relación que vaya más allá de proveerle económicamente.

Ser partícipe y actor del cuidado diario y la crianza de su hijo/a con acciones como: cuidarlo, alimentarlo, hacerlo dormir, vestirlo, pasearlo, enseñarlo, etc.

Promover un vínculo cariñoso, de apego mutuo, de cercanía afectiva con el hijo/a.

Compartir con la madre las tareas de cuidado del hijo/a y las tareas domésticas.

Estar involucrado en todos los momentos del desarrollo del hijo o hija: embarazo, nacimiento, infancia temprana, niñez y adolescencia.

Brindar una crianza respetuosa: cuidar, criar y educar con buen trato y mantener un clima de diálogo y respeto con la madre y la familia.

Estimular el desarrollo del hijo/a: leyéndole cuentos, contándole historias, cantándole y/oponiéndole música, apoyándole en sus tareas escolares, jugando con él o ella.

El artículo 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece: "ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño”.

El 68% de los padres no convivientes no cumple con la cuota alimentaria

Según el informe del Sistema Informático de los Centros de Acceso a la Justicia (SICAJ): "La elusión de las obligaciones parentales una vez finalizadas las relaciones de pareja es un problema muy extendido en nuestro país".

La Encuesta Nacional sobre la Estructura Social (ENES), señala que cuando los padres no residen en la misma vivienda que sus hijas e hijos, solamente el 32% de los hogares monomarentales reciben la obligación alimentaria. En otras palabras: el 68% de los progenitores no convivientes elude su responsabilidad.

En tanto el Informe 2022 “Incumplimiento de la Obligación Alimentaria en PBA. Un problema estructural que profundiza las desigualdades de género” del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, releva que más de la mitad de las 6.442 mujeres encuestadas (51,2%) indica no percibir ningún tipo de aporte por parte del progenitor de sus hijas y/o hijos.

Según Lutereau estos son los padres ausentes. "El padre simbólicamente ausente es el que no aporta, el que desconoce su rol simbólico, que no da la cuota alimentaria, que se desentiende de que la paternidad era en principio un rol simbólico", describe.

El incumplimiento de la obligación alimentaria supone derechos vulnerados y un desafío de primer
orden en las políticas públicas para el acceso a la justicia, sostiene el informe.

El mismo, dice el texto, constituye una grave vulneración a los Derechos de niños, adolescentes y jóvenes de toda la Argentina y también implica una forma de violencia económica y simbólica directa ejercida contra las madres, que son quienes, por abrumadora mayoría, se hacen cargo de las tareas de cuidado con mucha mayor carga horaria y de responsabilidades.

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