El pasado 9 de abril, Felipe de Edimburgo, el marido de la reina Isabel II, murió a los 99 años. El duque tenía una fortuna importante acumulada que será repartida de acuerdo a lo que estipula la ley inglesa.
Según informaron, al momento de su muerte, Felipe dejó una herencia económica 12 millones de euros, mucho menos de lo que se pensaba además de una importante colección de obras de arte.
Sucede que cuando Felipe llegó a la Familia Real no traía consigo una fortuna familiar y lo poco que pudo rescatar de Grecia durante el exilio, como algunas joyas de valor, fueron usadas para el regalo de compromiso con Isabel. Resulta que será la monarca quien recibirá los 12 millones de euros y será la encargada de repartirlo en caso de que lo considere.
Además, tanto la reina Isabel II como el hijo mayor de ambos, el príncipe Carlos, se ven beneficiados por la ley impositiva del Reino Unido que permite recibir las herencias económicas sin tener que pagar impuestos y tasas.
Felipe pudo invertir y ahorrar del sueldo que recibía por parte de la corona por 359.000 libras esterlinas al año, el duque de Edimburgo recibió muchos regalos y obras de artes que fue coleccionando en el tiempo y que también pasarán a estar bajo la tutela de su esposa.