Según las estadísticas del Departamento de Salud de los estados de Utah y Minnesota, Estados Unidos, señala que la comunidad latina ha presentado más casos de contagios por COVID-19 y con una cierta predominancia en cuadros graves.
Sobre esa línea, según datos oficiales, en Utah los latinos tienen entre un 35 % y un 50 % más posibilidades de contraer el virus de coronavirus que los blancos. Por su parte, en Minnesota indican que el 22% de los hispanos que estaban infectados de COVID-19 recibiendo un tratamiento médico en el hospital, murieron, respecto del 17% de personas “blancas”.
En ese marco, autoridades de Utah y de Minnesota usan el factor de ser latino para determinar la hospitalización y tratamiento de pacientes con COVID-19, algo que ha generado controversia y hasta amenazas de acciones judiciales por supuesta discriminación contra pacientes blancos.
Prevención o discriminación
Es que, tanto en Utah como en Minnesota, los departamentos de salud pública establecieron nuevas reglas por las que, al considerar si un paciente puede recibir una terapia con anticuerpos monoclonales contra el coronavirus, los médicos deben tener en cuenta factores como: la edad, el historial médico y también si es hispano/latino. En caso de ser latino, ese paciente recibe dos puntos adicionales en la llamada "tabla de factores de riesgo". Si es blanco, no se suman puntos.
Ante estos hechos, y en medio de una fuerte ola de contagios en el país americano por la nueva cepa de ómicron, la organización conservadora American First Legal (AFL, fundada por Stephen Miller, exasesor de Donald Trump) afirmó que ese enfoque "infringiría leyes federales" al basar el acceso a tratamientos de salud en "discriminación racial", por lo que podría demandar judicialmente a ambos estados.
A través de un comunicado, AFL calificó la decisión de Utah y de Minnesota de "discriminación explícita", sosteniendo que "es horroroso que se use el color de piel y la etnicidad del paciente, y no la específica y única situación médica del paciente, como la base para decidir si alguien recibirá tratamiento que le salve la vida".
Por su parte, el Departamento de Salud de Utah (UDH) indicó que la medida se tomó en respuesta al desproporcionadamente alto impacto del COVID-19 en la comunidad latina de ese estado y que los hispanos corren un mayor riesgo que los blancos de contraer la enfermedad.
En tanto, el UDH enfatizó el factor latino es solamente uno de los 14 que los médicos examinan antes de tratar a los pacientes.
A su vez. el Departamento de Salud Pública de Minnesota (MDH) especificó que la nueva medida se basa "en recomendaciones del Gobierno federal" para aquellos casos en los que, como sucede en la actual pandemia, los miembros de un cierto grupo étnico "corren un alto riesgo" de contagiarse o de padecer casos severos de una enfermedad.
En ese sentido, el MDH presentó estudios estudios médicos en el que señalan que durante 2021, casi el 22 % de los hispanos con coronavirus en Minnesota fallecieron durante tratamientos en hospitales, comparado con el 17 % entre pacientes no hispanos.
Sin embargo, incluso con esa disparidad, "nadie califica automáticamente para un cierto tratamiento sólo por su raza", enfatizó el MDH. No obstante, a pesar de esas aclaraciones, AFL insistió en que demandará a Utah y a Minnesota para que "inmediatamente se cancelen" lo que calificaron de "abominables políticas racistas".