Casi simultáneamente a que el Gobierno nacional informara –por medio de la conferencia de prensa que brindó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero– la aplicación del toque de queda sanitario de 23 a 6 en todo el país desde el viernes 8 (falta que salga en el Boletín Oficial), una provincia se rebeló e informó lo contrario. Se trata de Córdoba, que a través de su gobernador, Juan Schiaretti, comunicó que tal ley no se aplicará en su jurisdicción.
Según el comunicado, la provincia continuará aplicando los horarios como estaban establecidos hasta ahora. De esta manera, todo lo que tiene que ver con la actividad productiva industrial seguirá durante las 24 horas, los comercios continuarán funcionando hasta las 23 y los bares y restaurantes hasta la 1.
Ante las consultas pertinentes, Schiaretti comentó que las 221 mil personas que llegaron de los distintos puntos del país para vacacionar, sobre todo en Carlos Paz, se bajaron la aplicación “Verano” y que además, la Provincia trabaja en comunidad con los municipios para realizar 15 mil testeos diarios.
Por otro lado, ante la inminente llegada de la segunda ola, sobre todo en los centros turísticos, sostuvo que se sumarán 495 camas críticas COVID-19 y que en febrero van a llegar a 2.893. “Vamos a invertir 450 millones”, informó.
Por otra parte, las autoridades se reunieron esta mañana en Carlos Paz para tratar la problemática de la temporada de verano. Con varios espectáculos que ya levantaron los telones, el miedo de los que apostaron y llevaron una obra está latente. Asimismo, los turistas que todavía no viajaron pero ya adelantaron el pago de un alojamiento se vieron en la incertidumbre de lo que va a pasar.
Ante esto habló la secretaria de Promoción Turística del Ministerio de Turismo de la Nación, Yanina Martínez, para llevar tranquilidad. “Existe la firme decisión del gobernador de sostener abierta la temporada de verano”, comentó.
Por otra parte, en las últimas horas las autoridades comentaron que se harán controles más rigurosos y se dispondrá de la mayor cantidad de personal posible para alertar y, sobre todo, desbaratar las fiestas clandestinas.