Se conocieron en la década de los 90 en Los Ángeles, compartieron viajes por el mundo, y la misma Sophia le cocinaba y le llevaba la comida en un tapper. Hoy la diva italiana, icono de la belleza mediterránea y símbolo erótico del cine italiano cumple 85 años. Dani Mañas recuerda cómo fue su relación con la estrella del cine italiano.
"En los años ´90, yo vivía en Los Ángeles. Y Susana Giménez me llamó para decirme que quería tener a Sofía Loren en su programa, entonces un amigo mío me presenta a Vivi, su jefa de prensa, y planeamos un encuentro. A los tres días terminé tomando un té con Sophia Loren en el Hotel Beverly Hills de Los Ángeles", cuenta Dani Mañas, el productor, escritor, autor y adaptador teatral.
Después del encuentro Sofía Loren aceptó la propuesta de venir a la Argentina porque quería conocer a la gran comunidad italiana que había en el país, pero ella no quería solo hacer una entrevista televisiva, quería que su visita este enmarcada en un evento cultural. Entonces Dani Mañas logro que la nombraran huésped ilustre de la ciudad en la Legislatura Porteña, y la carrera de cine la declaró Doctora en Honor y Causa. "La pasó tan bien en Buenos Aires, que me planteó de empezar hacer estos actos de presencia en diferentes lugares del mundo, y viajamos juntos a: Budapest, Chile, España y muchos lados más.", cuenta Dani, y agrega: "La anécdota más divertida que recuerdo era cuando Sophia Loren venía a Los Ángeles con su chofer y nos traía en un tapper Minestrone, una especialidad de la cocina italiana similar a una sopa de verduras, y nos contaba anécdotas de su infancia, porque ella creció en un ambiente pobre, en los suburbios de Nápoles en los tiempos de la II Guerra Mundial, hasta que a los 17 años fue descubierta por el productor Carlo Ponti, 22 años mayor, con quien se casó en México en 1957 y tuvo a sus hijos Carlo y Eduardo".
Este año, y tras una década alejada de la pantalla grande, Sofía Loren actúa en el film La vita davanti a sé que dirige su hijo Eduardo Ponti. La película cuenta la historia de Madame Rosa (Loren) una sobreviviente del Holocausto que establece un vínculo de amistad y mutuo entendimiento con Momo, un niño de doce años inmigrante de Senegal en la Italia actual.
"Actualmente ella vive en Ginebra, y ya no quiere viajar mucho, pero todas las Navidades intercambiamos postales con hermosos saludos, y hoy mi amiga cumple 85 años, y estoy feliz porque aún sigue haciendo lo que más le gusta: hacer cine", concluyó Dani Mañas.