Afganistán vive una de las crisis política y religiosa desde que se fueron las tropas de Estados Unidos. Los talibanes, milicia fundamentalista afgana, tomó prácticamente el control total del país de Medio Oriente que es un caos por la presencia de los militares talibanes en las calles y puntos neurálgicos de la ciudad alzando la bandera de la victoria.
Los fundamentalistas religiosos lograron tomar el poder en tan solo tres meses y el Ejército afgano no pudo detener la avanzada hacia la capital, Kabul, y es oficial que el presidente Ashraf Ghani Ahmadzai abandonó el país y dieron la orden de que los policías abandonen las sedes de Comisarías y las calles.
Un conflicto de años que recrudeció en el último lustro
Trece años después del atentado de las Torres Gemelas y la invasión de Estados Unidos a Afganistan, Barack Obama decidió retirar las tropas principales de combate del país de Medio Oriente y cedió las responsabilidades en seguridad a las fuerzas afganas.
Tras la administración de Donald Trump, quién decidió mantener centro de operaciones de Estados Unidos en Afganistán, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que hace tres meses que retiraría sus tropas en un repliegue que se inició un mes después del anuncio y que esperaban finalizarlas el 11 de septiembre, al cumplirse dos décadas del atentado por parte de las fuerzas lideradas por Osama Bin Laden.
Pero los talibanes, ante la partida de las tropas del Ejército de USA, se rearmaron para invadir Afganistán con una ofensiva poderosa en la zona sur del país, en el norte y por supuesto con la franja occidental del país.
Los movimientos comenzaron de manera paulatina por parte de los talibanes, con una táctica de desgaste en las ciudades capitales de las 34 provincias que dividen el país hacia las grandes ciudades, como Herat, Kandahar o Kunduz, para terminar, hoy, tomando el control en Kabul, el principal objetivo del régimen religioso.
Los talibanes se iniciaron en la década de los '90, luego de que los muyahidines, afganos y extranjeros derrotaron en 1989 a las tropas de la Unión Soviética en Afganistán tras una década de guerra.
La milicia de los talibanes, nacidos en los seminarios religiosos fundamentalistas, prometieron orden y seguridad en su ofensiva para gobernar el país. Hoy intentan recuperar el poder perdido tras la invasión de Estados Unidos.