“Abi se murió en paz, durmiendo, no sufrió ese momento”, contó Carmen, la mamá de Abigail Jiménez al informar que su hija había muerto. Ella fue quien contó que a pesar de su "estado delicado", su hija había mantenido el buen ánimo hasta el último momento.
El país entero se conmovió en noviembre cuando un mediodía de calor extremo su padre debió cargarla en brazos porque en el puesto de control de la provincia aseguraban que necesitaban una autorización más para dejarlos entrar con el auto a Santiago del Estero. No estaban paseando sino regresando a su hogar luego de una consulta médica de Abigail que lleva años luchando contra el cáncer.
El papá de Abigail, Diego Jiménez -cuya imagen, cargando en brazos a su hija de 12 años, se convirtió en símbolo de la injusticia social y el cercenamiento de derechos y libertades- contó cómo fueron los últimos días de Abigail. "Nos pidió que fuéramos a dar una vuelta; anduvimos por algunos lugares y después nos pidió volver a casa", contó acerca de lo que hicieorn el último domingo, justo antes de la muerte de Abigail.
Los últimos meses fueron particularmente duros para la familia santiagueña. Luego de que el caso de Abigail tomara estado público, la niña viajó a Buenos Aires y fue atendida en el Hospital Austral a donde los médicos revisaron su estado de salud en busca de tratamientos alternativos. Los médicos explicaron que había poco por hacer por la pequeña que había sido diagnosticada con un Sarcoma de Ewing.
Ante de las fiestas Abigail debió ser internada en el Centro Provincial de Salud Infantil de Santiago del Estero por una fuerte descompensación en su estado de salud. Estabilizada, pidió volver a su casa. Los médicos, que ya habían decretado que nada podía revertir su estado de salud, acataron su decisión.
"Estuvo feliz y siempre se mostró fuerte", revelaron miembros de su familia felices por haber celebrado la Navidad con Abigail, en familia y con sus vecinos del barrio San Martín. Aunque los profesionales habían hablado con la familia de la irreversibilidad del diagnóstico, ellos mantuvieron la esperanza.
A una leve mejoría en su salud, se sumó la visita de familiares que viajaron desde Mar del Plata para compartir unos días con ella. Abigail disfrutó de los paseos con sus primos.
Su mamá contó que la pequeña quiso salir a pasear. "Abi nos pidió dar una vuelta en auto porque estaba lindo, fresquito, nublado y fuimos a pasear por la ciudad, por la costanera, yo la tenía y ella sacaba la cabeza por la ventana y le daba el viento. Sonreía, mija, cerraba los ojos y el viento le hacía el pelito para atrás. Cuando la vi así sentí algo raro en el pecho, una mezcla de alegría, tristeza, y ella me miró y me agarró bien fuerte la mano", contó Carmen.
El domingo, después de recorrer los lugares predilectos de su localidad con sus padres, Abigail murió. Cuando regresó a su casa se acostó a descansar y cerca de las 20 hs. tuvo un paro cardiorrespiratorio. "Dios ya la quería llevar", señaló su papá, Diego, quebrado por el dolor de la muerte de su hija.
El velorio de Abigail es en su casa. Los padres organizaron todo para que quienes deseen puedan despedirla respetando protocolos de seguridad acordes a la pandemia de coronavirus. Esta tarde, a las 17 horas se su cuerpo será trasladado al cementerio de la localidad, donde se realizará una ceremonia religiosa.