Hace 34 años un asesinato conmovía al país y desmantelaba a "los hijos del poder". En Catamarca, era drogada, violada, asesinada y desfigurada María Soledad Morales, en lo que más tarde se definiría como el primer caso reconocido como femicidio de la Argentina. Tenía 17 años y había, según se reconstruye en la investigación, salido de una fiesta con quien supuestamente era su novio de ese entonces, Luis Tula, uno de los dos acusados que recibieron condena por el crimen.
A propósito del estreno de María Soledad Morales: el fin del silencio (Netflix), te contamos quiénes son los principales protagonistas de esta historia que, para muchos, fue un espejo de la corrupción de los 90. Un caso que impactó a la sociedad, tanto por el ensañamiento con la víctima como por las irregularidades en la investigación, la impunidad y el encubrimiento del poder político y judicial.
Los padres de María Soledad Morales
A poco de que trascendiera la noticia de la muerte de la joven de 17 años que fue arrojada en la ruta, luego de ser violada por varios hombres, sus padres comenzaron una campaña para que se hiciera justicia. Ante las irregularidades del caso, tanto Elías como Ada Morales encabezaron marchas y nunca bajaron los brazos.
Mientras que el padre, quien tuvo que reconocer a su hija desfigurada (y lo hizo gracias a una pequeña cicatriz en una de sus muñecas), murió en agosto de 2016 en Catamarca, a raíz de un ACV a sus 71 años, la madre aún vive.
Hoy a los 76, Ada asegura que los asesinos no tuvieron “ni una cuarta parte de justicia".
"Condenaron a Tula y a Luque y fue como que nos dijeron: ‘Confórmense con eso’. Pero si acá hubo 33 falsos testimonios. Nunca investigaron el sanatorio donde la tuvieron a mi hija, no investigaron a los bomberos que lavaron el cuerpo de mi hija, tampoco a los policías que estuvieron en el amanecer cuando el chofer de colectivo los vio dejando el cuerpo de mi hija. Entonces toda esa gente salió totalmente impune. Y hace años que Luque y Tula están caminando por la calle como si nada”, dijo años atrás en una nota con Clarín.
Martha Pelloni, la monja que auxilió a los Morales en su búsqueda de justicia, recordó tiempo atrás a Elías como "un hombre que luchó incansablemente", en declaraciones radiales luego de su funeral. "Era de poco hablar, pero reclamó y luchó mucho".
Luis Tula, el "novio"
Según contaron las compañeras del colegio del Carmen y San José en el documental dirigido por Lorena Muñoz, María Soledad se fue de la discoteca Le Feu Rouge, donde se celebró una fiesta para recaudar fondos para el viaje de egresados, con ‘El flaco’ Tula en un Fiat 147. Juntos fueron a la discoteca Clivus, donde él la presentó a hijos de funcionarios políticos y policiales de la provincia.
Tula, quien negó ser culpable, fue condenado a nueve años de prisión como “partícipe secundario”. Fue liberado el 22 de abril de 2003, tras cumplir menos de la mitad de su condena.
Hoy, a sus 63 años, tiene un estudio jurídico en Catamarca y tiene dos hijos.
Guillermo Luque, el otro condenado
Tras dos juicios plagados de irregularidades, testigos falsos y complicidad, en 1998 fueron condenados Guillermo Luque, el hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque, y Tula.
El primero recibió la pena de 21 años en prisión como coautor del delito de “violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes”. Sin embargo, a los 14 años le dieron libertad condicional por buen comportamiento.
Hoy vive en el centro de Catamarca, se mantiene con las rentas de las propiedades que heredó y tiene un hijo.
Martha Pelloni, la monja que sigue pidiendo justicia
Martha Pelloni era la rectora del colegio del Carmen y San José, donde estudiaba María Soledad cuando la mataron. La hermana tenía 49 años, había superado un cáncer de mama y venía de Corrientes.
Ella fue la propulsora de las “marchas del silencio”. Más tarde, la religiosa fundó, en 2008, la Red Infancia Robada con el objetivo de articular acciones, sensibilizar, capacitar y asistir a víctimas de tráfico y trata de personas, abuso infantil, explotación sexual infantil y adicciones.
Hoy, con 83 años es una de las protagonistas del documental que busca justicia.
El jefe de policía: Miguel Ángel Ferreyra
Si bien el cuerpo de María Soledad Morales fue encontrado el 10 de septiembre de 1990 por unos operarios de Vialidad Nacional, en el medio hubo muchas irregularidades.
Según se dice, el jefe de la policía catamarqueña de ese entonces, Miguel Ángel Ferreyra, ordenó que lavaran el cadáver. Algo totalmente contraproducente para la investigación, ya que se eliminaron pruebas clave.
Entre los datos que surgieron más tarde, se supo que Ferreyra era padre de uno de los presuntos asesinos: Miguel Ángel Ferreyra.
Luis Patti, el enviado especial
En 1991, y ante la resonancia del caso, el presidente de ese entonces, Carlos Menem, ordenó la intervención de los tres poderes de la provincia y destituyó al gobernador Ramón Saadi. También envió a Luis Patti, represor durante la última dictadura militar, para investigar el caso.
Si bien su llegada fue vista con optimismo por los padres de María Soledad Morales, lo que hizo no fue más que entorpecer la investigación por su complicidad con el aparato catamarqueño.
Hoy el ex subcomisario de la policía bonaerense y ex intendente de Escobar tiene cuatro condenas a prisión perpetua por secuestros y asesinatos entre 1976 y 1983. La última fue por el homicidio del ex diputado peronista Diego Muniz Barreto y por el intento de homicidio de su secretario, Juan José Fernández, que sobrevivió para contarlo.
Los Saadi: el gobernador de Catamarca y su primo
Allá por el año 1991 las miradas estaban puestas en un actor principal: Ramón Saadi, el gobernador de Catamarca. El mandatario fue destituido por la intervención federal del presidente Carlos Menem. La convulsionada realidad que vivía la provincia tras el asesinato fue el motivo por el cual fue tomada esa decisión.
Tanto las marchas del silencio como el vínculo de Saadi con algunos de los acusados terminaron con la dinastía, al menos por unos años.
Además de Tula, Luque y Miguel Ángel Ferreyra, entre los señalados como autores del femicidio de María Soledad se encontraba Arnoldo “Arnoldito” Saadi (primo del gobernador), quién también era dueño del vehículo al que se subió a la víctima.
En 2023, a los 74 años, Ramón Saadi murió en Catamarca.
Pablo y Diego Jalil, los sobrinos del intendente
Los Jalil también fueron parte de los conocidos "hijos del poder". Dos de los acusados de haber drogado, violado y matado a María Soledad estaban estrechamente vinculados con el intendente José Jalil.
Pablo y Diego Jalil completaban la lista de los acusados por el fatal crimen. Ellos, como Ferreyra y Saadi no recibieron condena alguna. Incluso hoy, familiares directos del clan son parte del poder de la provincia de Catamarca.
Más precisamente Raúl, el hijo del entonces intendente, es el actual gobernador.
Carlos Menem, el presidente del país
Por ese entonces otro de los políticos que quedó implicado con el caso fue el presidente Carlos Menem, quien tenía cercanía con el gobernador de Catamarca. Y, para muchos, por su vínculo con "los hijos del poder" ayudó encubrir el caso. Lo hizo hasta que se dio cuenta de que lo que sucedía en la provincia podía complicar su gobierno y fue ahí cuando ordenó la intervención federal.
Fotos: Archivo Revista GENTE.