Este lunes, 14 de noviembre, Carlos III de Inglaterra cumple 74 años, su primer cumpleaños como rey tras su larguísima espera como heredero desde los 3 años. Y aunque todos creían que el apodado "príncipe activista", por sus luchas en favor de la ecología, la conservación del patrimonio, la medicina alternativa, la comunidad LGTBI y hasta la protección de la merluza negra, se tranquilizaría en su reinado, sus detractores aseguran empezar a notar en él rasgos de su vieja "rebeldía".
Al respecto, la prensa local se ha hecho eco de la compleja y difícil personalidad del hijo de la difunta reina Isabel II. Según describen, el monarca es un ser "maniático y un tanto aventado", que se irrita fácil y carece de autocontrol. No obstante, este rey "altruista" combate su mala prensa con gestos hacia sus empleados, acción que pone sobre la mesa el hecho de que las arcas de la monarquía tomen responsabilidades económicas sobre algunas cuestiones de Inglaterra.
Respecto a los caprichos del nuevo rey de Inglaterra, se ha dicho que cuando el monarca se aloja fuera de casa, un camión le trasporta su cama ortopédica, su asiento del inodoro, rollos de papel higiénico marca Velvet (terciopelo) y hasta el osito de peluche de su infancia, entre otros objetos.
Otros datos filtrados sobre los hábitos de Carlos III señalan que se cambia de ropa cinco veces al día y obliga a su mayordomo a plancharle los cordones de los zapatos. Asimismo, aseguran que es irritable y carece de autocontrol, tanto que arroja objetos a la radio cuando escucha críticas. Su mal genio fue visto a poco de su proclamación, cuando ordenó que retiraran el tintero del atril, y enojarse al mancharse con la tinta de la pluma.
Sin embargo muchos de los que lo han tratado lo califican de amable, cercano, cariñoso, con gran sentido del humor, inteligente, muy culto y comprometido. Le reconocen una personalidad peculiar, seguramente producto de su difícil niñez, pues fue un niño hipersensible y solitario, que evadía sus males tocando el violoncello.
Qué es el Bono rey Carlos III
Ante la crisis económica y la subida de la inflación, el rey Carlos III de Inglaterra quiso tener un gesto con sus empleados en el marco de su cumpleaños número 74, en el que, en lugar de recibir regalos, prefirió darlos.
El monarca británico entregará, al personal con los salarios más bajos, una bonificación de su propio bolsillo que asciende hasta 600 libras (unos 685 euros) y que recibirá este mes de noviembre junto a su paga habitual, según comunicaron medios británicos.
La ayuda económica beneficiará a limpiadores, lacayos y sirvientes, es decir, a 491 empleados a tiempo completo en los palacios reales ocupados que incluyen el de Buckingham, Balmoral y el castillo de Windsor.
El bono también se entregará a las 101 personas que trabajan en Clarence House, que se ha establecido como residencia oficial de los reyes, tal y como anunció Carlos, que ha rechazado vivir en Buckingham, palacio que calificó de “no apto” ni adecuado “para el propósito del mundo moderno” y que su mantenimiento no es “sostenible”.