2020 será un año inolvidable para el Camilo Echeverry. No sólo porque su carrera promete abrirse a nuevos horizontes sino también porque -a 18 meses de haber anunciado su compromiso- finalmente contraerá matrimonio con Evaluna Montaner, su pareja desde 2015.
El músico -que ama Buenos Aires y cree que tiene todo para producir sus videos- declara tener una excelente relación con su familia política y cree que el éxito de una relación es que tenga bases sólidas. Ni bien conoció a Evaluna, Camilo se convirtió en uno más de la familia Montaner.
“Soy un amante de la disposición estética de todo en Argentina”, sentencia el autor de Tutu, una de las canciones más escuchadas de 2019, especialmente después de que Shakira -ni más ni menos- compartiera en Instagram un video suyo cantándola.
El colombiano Camilo Echeverry (25) eligió locaciones de Buenos Aires para grabar el video de esa canción y el clip de No te vayas, otro de sus últimos hits, y alabó la movida cultural de la ciudad. “El alma de Tutu son los personajes: son tan únicos que sabíamos que no íbamos a encontrarlos sino haciendo casting en Buenos Aires”, cuenta el músico que desde antes de empezar ya tenía una idea muy definida de los que quería.
-Dijiste que ese video era una celebración de la persona que sos. ¿Quién sos?
-¡Qué difícil pregunta! Hago de todo menos definirme, procuro no hacerlo. Celebro lo que dicen de mí otras personas, pero prefiero que mi música, mi obra, mi historia hablen de mí. Creo que definir es marcar un límite y no quiero hacer eso conmigo porque siempre espero cambiar.
-Pero seguro hay algo que te identifica…
-No soy quién para decir que la calidad y la excelencia, porque eso no lo sé. Pero sí puedo nombrar la honestidad: canto lo que siento y lo que necesito decir. Otra cualidad es valerme del amor como vehículo y valorar lo simple. A veces me estorba mi ego que quiere cosas diferentes a las que desea mi corazón. Y entonces, lo tengo que mantener a raya.
-¿Cómo es esa pelea entre ego y corazón?
-Tengo la certeza de que con mi carrera están pasando cosas más allá de lo profesional. Me hago todo el tiempo la pregunta de si el mundo está quedando mejor o peor con cada cosa que hago. Más allá de que sea yo quién está dando la cara, más allá de que suene mi canción, hay algo mucho más grande. No soy tan importante como lo que estoy compartiendo, como el mensaje que estoy transmitiendo, como lo que quiero sembrar en el mundo. Y mi ego responde: “No, no no. tu eres más importante que eso y es importante que se sepa que eres tu quién está llevando ese mensaje”, pero mi ego no es el que maneja.
-¿Qué te interesa sembrar?
-Con mi música (y con mi vida), siempre busco sembrar la idea de que el amor es la más grande de todas las revoluciones, la más simple y a la vez la más compleja. Aparte, tengo la claridad de que Dios a mí me está usando para equis o ye cosa. Y siempre le pido y le digo: “Dios, que lo que sea que la gente vea de luz interesante en mi vida, que la gente sepa que no es mío sino tuyo. Que lo que hay de tí en mí sea lo que brille”. Entonces ahí es un poco como que me descargo la responsabilidad y mi ego se aplasta.
-Esa idea de Dios es algo que comparten con Evaluna. ¿Cuándo supiste que era la mujer de tu vida?
-Más que sentir que ella era la mujer de mi vida, lo que descubrí es que ella era la persona a la que yo me quería entregar para siempre. Descubrí que es a quien quiero servir para siempre. Quiero serle útil y hacerle la vida más bonita para siempre. Empecé a pensar en ella más que en mí. Eso sólo me pasó con Evaluna. Y ahí fue que decidí.
-¿Cómo planifican su casamiento?
-Evaluna tiene unas ideas muy claras de qué es lo que quiere. Entonces estamos tratando de que cada cosa que planificamos esté a la altura de esos sueños que ella tiene.
-Algo nos podés contar…
-Bueno, son muchos detalles,. Me gustaría poder contarlos, pero realmente los desconozco porque la que sabe todo es ella… y su mamá. Hay tanto que no sé de la boda. Lo que sí sé es que va a ser el día más bonito de nuestras vidas.
-¿Por qué?
-Porque estamos dando el paso más sagrado, el punto cero del resto de nuestras vida.
-¿Cómo te imaginás a tu familia?
-Feliz y plenita. Agarrada a lo que es esencial. Eso es lo que sueño. Me encantaría tener hijos… los que Dios tenga dispuestos para nosotros.
-¿A dónde les gustaría vivir?
-Somos portátiles. Eso es fantástico en nuestra vida. No tenemos un ideal cerrado de dónde queremos vivir. Nos gusta la idea de pensar que podemos cargarnos el núcleo para donde sea.