Camina por el gimnasio del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo de Núñez como si caminara por su casa sanjuanina del Barrio Hualilán, cruzándose con sus hermanos Germán y Mauro y sus padres, Mariela y Sergio… o como si nunca hubiese ganado una medalla ni fuera goleador de un Juego Olímpico. Sí, con esa simpleza que hace más grandes a los grandes: “Soy Bruno Lima, jugador de la Selección argentina de vóley”, se presenta sin estridencias apenas enciende la cámara de Revista GENTE para entrevistarlo.
–¿Y qué es el vóley para usted?
–Mi vida, el deporte que elegí a los seis años. Vengo de una familia que me apoyó en todo en todo momento para poder llegar a donde me encuentro hoy, y la verdad es que le estoy muy agradecido a este deporte: me dio todo, incluyendo amigos.
“Tenía tantas ganas de expresar mis emociones… que me bloqueé”
“Los Juegos Olímpicos siempre fueron mi gran sueño deportivo, porque es lo máximo a lo que un deportista puede aspirar. Después de haber intervenido en dos (Río 2016 -quinto puesto- y Tokio 2020 -tercero-), y comenzando otro, te puedo asegurar que es una satisfacción increíble, y mucho más tras haber conseguido una medalla que el vóley no obtenía desde hacía tanto tiempo (Seúl 1988)”, arranca el Nene (28, 1,98 metros) ya enfocando en París 2024.
-¡Además, siendo goleador del torneo!
–Sí, bueno, un plus: uno siempre trata de brindar lo mejor para el equipo y bueno, en Japón además se dio la oportunidad de ser el máximo anotador, algo que me puso muy contento.
–¿Qué recuerda del momento en que ganaron la medalla de la mano del entrenador Marcelo Méndez y del capitán Luciano De Cecco?
–Fue un shock. Varios de nosotros no lo podíamos creer. Como te dije antes, es el sueño de todo deportista, luchamos cada día para conseguirlo ¡y lo logramos! No me salía ni siquiera llorar, así que imagínate.
–¿Y al corroborar que era el goleador?
–Tenía tantas ganas de expresar mis emociones… que me bloqueé. Sin duda fue lo máximo que pude conseguir siendo jugador de vóley. Una experiencia increíble. En todos los deportes, menos, creo, en el fútbol, la Olimpiada es lo máximo. Así que es un orgullo representar al país: lo máximo que se puede jugar.
-¿Cuánto se sienten los colores en territorio olímpico?
-Un montón. De ahí que siempre hay que intentar andar tranquilos, porque la ansiedad te hace consumir demasiada energía. Entrar a la villa, la expectativa, escuchar el Himno es lo más movilizante para mí. Porque además se arma un lindo grupo con todos los argentinos. Compartimos edificio, ves cómo se vive del otro lado. Somos todos uno, vamos por lo mismo, y está muy bueno eso.
“Ni yo sé dónde mi mamá tiene guardada la medalla de bronce”
Menciona a la villa olímpica y Bruno Lima no puede olvidar que en la de Tokio se cruzó “nada menos que con Yao Ming. Ya retirado, no estaba compitiendo, era parte de la delegación de China. De muy chico lo veía en la NBA y cruzármelo frente a frente fue algo increíble”, admite aún movilizado por aquel recuerdo. “Y claro -reconoce-, cuando nos topamos con un deportista que nos inspiró o inspira, te dan ganas de pedir un autógrafo, una foto”.
–Al margen de Yao Ming, ¿qué deportista olímpico lo ha impactado?
–Muchos, muchos, pero me quedaría con Manu Ginóbili, que desde mi niñez era una motivación. Querías ser como él. Fue uno de los referentes, no sólo del básquet, sino de todo el deporte argentino. De hoy te mencionaría a Leo Messi, que ganó un Juego Olímpico y para mí también es un ídolo.
–La última etapa de Argentina en vóley resultó bastante auspiciosa. ¿Cómo estamos para París 2024? (Nota de la Redacción: a la fecha, el Seleccionado jugó uno de sus tres primeros encuentros, perdiendo 3-0 con Estados Unidos: Bruno Lima convirtió siete tantos).
–Se vio un crecimiento increíble del grupo en la reciente VNL (Liga de Naciones de Voleibol): pudimos jugar el juego que estábamos buscando. En lo personal, me siento muy bien, también físicamente. Y con muchas ganas.
–¿Con qué resultado o puesto volvería feliz de Francia?
–Obviamente nosotros siempre buscamos subirnos al podio. Ojalá podamos conseguirlo nuevamente y, por qué no, cambiarle el color a la medalla y obtener algo mejor.
-¿Dónde tiene atesorada la que se colgó en Tokio, un hito histórico?
-Mi mamá se encarga de guardar medallas, camisetas y todo. Viene armando el museo para el momento en que me retire. Y tiene tan bien guardada la medalla de bronce, que ni yo sé dónde está (risas).
Fotos: Chris Beliera
Filmaciones y edición de videos: Candela Petech
Arte y diseño de tapa e imágenes: Darío Alvarellos
Agradecemos a FeVA (Federación del Voleibol Argentino), Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), Eliseo Ramos, Martín De Rose, Facundo Rizzone, Oscar Cantero y muy especialmente a Gaby Giugliano