Tras un 2019 “duro, de observación y limpieza profunda”, dice regresar a la exposición “con madurez inédita”. Desde el 20 de enero coprotagonizará Separadas (lo nuevo de Polka para eltrece) en la piel de la controversial Martina Rivero, una DJ que encuentra fuga de rebeldía en la “irreverente libertad sexual”, involucrándose con hombres y mujeres “para no comprometerse con ninguno”.
La cita es en su nuevo “hábitat”, también llamado camarín. Hace minutos Celeste Cid finalizó la producción fotográfica en instalaciones de Estudios Baires, porque logramos abrir cuatro horas de las doce que ocupa en las grabaciones de Separadas, de Polka para el trece. Al tanto que subraya que, en la trama, la separación no tiene que ver con términos de vinculación amorosa sino con apartarse de “tantos cuentitos propios, prejuicios y mandatos”, hablamos de Martina Rivero, su rol en esta tira. En tren de paralelismos personales, nos detendremos en la primera de las descripciones, base y disparador de la psicología del personaje: la “total e irreverente” libertad. Soltera constante y cazadora de relaciones intermitentes tal vez para huir de cierta intimidad, Martina hace uso de ese “ser libre” para fagocitarse la vida y escupir las consecuencias.
–¿Qué las diferencia en ese sentido? ¿En qué curva está tu historia?
–Al contrario de mi rol, hoy estoy experimentando cierta madurez. Finalmente siento que mi vida comienza a asentarse. Por ejemplo, ésta es la segunda ficción diaria que encaro con dos hijos (la anterior fue ‘Las Estrellas’, eltrece) y hasta me asombro de mi propia organización. De cómo me preparé. Del poder de mis decisiones en pos de la comodidad de mi familia. Porque si hay algo que tengo muy en claro es la importancia de no perder espacios ni momentos con mis hijos André (15) y Antón (3)–. Hago un gran ejercicio cotidiano para que el ritmo feroz no nos lleve puestos.
–¿Hubo diálogos de precaución al respecto?
–Por supuesto, con mis hijos y con sus papás (el cantante Emmanuel Horvilleur y el actor Michel Noher). Los dos tuvieron un 2019 de viajes al exterior. Entonces fui clara con ellos: “Este año se proyecta de este modo. ¿Lo bancamos juntos?”. Somos una familia ensamblada y elacuerdo claro es vital.
Separarse de los “cuentitos” significa rebelarse. Y Celeste sabe de qué se trata. Hace diez años dice haber atravesado un camino de filosos cuestionamientos personales. “Un andar más que valioso”, asegura. “Porque siempre está muy bien despertar”. A capítulo cerrado –y tantas veces ya charlado–, volvemos a Martina. “Ella se rebela tal vez por demás. Pero no es sólo una rebelde, encontró una fuga: la libertad sexual. Puede estar con una mujer, con un hombre o con los dos. Vivirá con temor latente a la intimidad. Se involucra un poco con cada uno, pero en realidad con ninguno”.
–Vos, Celeste, ¿qué tan libre sos en ese aspecto?
–(Piensa) ¡Uy, responder a esas cuestiones me da tanto pudor...!
–Reformulo entonces: ¿vivís sin etiquetas?
–(Se ríe) Todos tenemos etiquetas, porque también nos constituyen, y muchas veces nos ayudan (busca un ejemplo y aparece en su cartera). A mí me sirve hacerme cargo de que soy “ordenada”. Cada capítulo que me entregan lo encuaderno. Si pierdo una página, me muero... ¡Son 180, señora! “Relajate, Capricornio” (se dice a sí misma). Sin algunas etiquetas, ¿qué sería entonces de la libertad?.
Fotos: Christian Beliera.