“Esta enfocado en lo que viene”. Con esa frase Majo Favarón define cómo es el presente de Aníbal Lotocki en la cárcel. El médico se encuentra detenido desde el 18 de octubre pasado por orden de la Sala IV de la Cámara Criminal y Correccional en el marco de la causa que lo investiga por el homicidio simple de su paciente Cristian Zárate, un empresario de Campana que falleció tras una cirugía que le practicó en una clínica de Caballito en 2021.
“Ninguna de las denunciantes presentó material probatorio que diga que tienen en su cuerpo un material prohibido. Al contrario. Lo que dice el Cuerpo Médico Forense es que está aprobado. En televisión se dijeron un montón de cosas: pero las pruebas marcan otra situación”, apunta.
Son días en los que los aniversarios de la muerte de Mariano Caprarola, producida el 17 de agosto del año pasado, y el de Silvina Luna, que perdió la vida el 31 de agosto, vuelven a poner en el tapete su figura. A esto se le suma que, el fin de semana, Cristian Pérez Latorre quedó detenido en Los Ángeles por la práctica ilegal de la medicina. Se trata de otro profesional ampliamente cuestionado en el país, y que tuvo un rol clave en los casos de varias expacientes de Lotocki.
“La gente que conoce a Aníbal sabe quién es, hay muchas que están esperando para operarse con él. Es un profesional como cualquiera que vino desde el interior, y todo le costó un montón. Siempre dio la cara estando presente. Su trayectoria empezó hace 25 años e hizo 9 mil procedimientos. Esto habla de un buen actuar profesional. Lo que hacía está a la vista. Hay pacientes que se operaron más de una vez. Él no es un monstruo. Los medios son formadores de opinión. Pasa en todos los casos: lo tenés ahora con el expresidente. A la gente le quiero decir que él no es el monstruo que les quisieron hacer creer. De a poco la verdad va a dar a la luz”, afirma Favarón en una extensa charla con este medio.
“Aníbal bajó bastante de peso. No es porque no coma porque yo le llevo comida. Está flaco. Un médico lo vio y se dio cuenta que estaba muy delgado y que iban a pedir asistencia a un nutricionista por si necesitaba unas vitaminas. Es difícil estar ahí adentro. Hace un tiempo estuvo enfermo y tuvimos que hacer un pedido al juzgado para que le den un antibiótico para bajar la fiebre porque estuvo tres días con temperatura alta y nadie le dio bola. Es la ley de la selva. Sus compañeros de módulo le terminaron dando una tableta de Amoxidal”, cuenta.
En la entrevista se suma Claudio Lifschitz, uno de los integrantes de su defensa, que detalla: “Es todo lo contrario a ser un preso VIP. A veces lo mediático te termina perjudicando. El verano pasado no nos dejaban pasar ni un ventilador cuando los demás presos sí tienen. Pusieron como excusa que saltaban los tapones del penal. Estudia Sociología y no se le puede dar una notebook. A nosotros no nos permiten tampoco entrar con una como para ver la causa de Silvina Luna que tiene 17 mil folios. Todo lo que pedimos es a través del Tribunal Oral. Estuvo meses sin atenderse con el odontólogo hasta que no daba mas y recién ahora le dieron cita. Es todo lo contrario a lo que se cree. Pensamos que es adrede para que parezca que no tiene ningún beneficio, y se van para el otro lado”.
Favarón recalca que “dicen que tiene privilegios y es mentira” y agradece que otros detenidos le hayan dado medicación para uno de sus cuadros de fiebre porque “ahí adentro te podés morir” esperando una autorización. "Esto de presos VIP no existe, al menos en ese módulo. Él no tiene celular ni computadora. Para una medicación casi le tuvimos que escribir al Papa. Las condiciones son esas, las que hay”, remata.
Los días de Aníbal Lotocki en la cárcel
El reconocido “cirujano de los famosos” pasa sus días en el Pabellón B del Módulo 1 del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza en donde sigue de cerca cada uno de los pasos de sus letrados.
“Él quiere que se haga justicia. Dice que no operó para causa daño a nadie. Quiere que se sepa la verdad. Se considera injustamente detenido”, manifiesta el letrado.
“Pasó mucho tiempo desde que quedó detenido. Casi 300 días. Yo cuento los días, no los meses. Hago cruces en las paredes. Es durísimo… no se lo deseo a nadie. Tengo mucha fe de que pronto las cosas se van a resolver para bien. En el mientras tanto, trato de mantenerme ocupada porque en los espacios libres la cabeza piensa mucho. Por eso estudio, tengo un emprendimiento y retomé proyectos que dejé de lado”, afirma Majo.
-Además de los detalles de su salud que comentabas, ¿cómo se encuentra Lotocki?
-Está bien. Pero decirte que está bien ahí adentro es una cosa media rara. Se mantiene fuerte y tranquilo. Ahora se encuentra más enfocado que antes, estudiando y escribiendo cosas. Es una manera de hacer un autoanálisis. Dentro de todo lo malo, ocupa mucho tiempo en leer y revisar cosas que fueron sucediendo.
-¿Qué le preocupa hoy?
-No podría decirte yo qué le preocupa. Quiere que su entorno y yo estemos bien. También tener cierta claridad mental que antes no tenía. Respecto a las cuestiones judiciales está tranquilo y confiado en las cosas que se están haciendo y están por venir.
-Por los aniversarios que se dan en agosto vos no querías hablar, pero finalmente accediste a la nota. ¿Hacés algún mea culpa de las intervenciones mediáticas que tuviste en un pasado, te replanteaste algo?
-Mi discurso siempre fue el mismo. Entiendo que no le debe gustar a la otra parte. Siempre me apoyé en datos y expedientes. Yo quería resguardarme porque entiendo que este es un mes especial. Yo lamento mucho lo sucedido como cualquier ser humano lo podría hacer, pero a Aníbal lo vincularon directamente con el fallecimiento de Caprarola cuando se estaba operando en otro lado y fue sobreseído. Todo apuntaba hacia él. Lamento lo que pasó a Mariano, pero no se puede salir con liviandad a tratar de asesino a cualquiera. Con el caso de Silvina pasa lo mismo: no podemos culpar abiertamente cuando no hay pruebas. Yo elegía resguardarme porque cualquier gesto, ya sea de tristeza o de una sonrisa, hace que yo sea juzgada. Y me parece que está mal. Creen que porque me sonrío no la paso mal. Le pongo el pecho a la situación que me toca vivir, lamento lo sucedido y no tiene que ver con que Aníbal o yo seamos responsables de lo que pasó.
-¿Qué mirada tenés de todo lo que pasó hace un año?
-El año pasado fue muy duro para nosotros y para la gente que la estaba pasando mal. La persecución y los ataques que recibimos hicieron que nos mudemos para resguardarnos. Haciendo un viaje para atrás y mirando todo eso me pregunto como soportamos sanos esas situaciones. Fueron muchos meses de estar todos los días en todos los canales. Nunca vi una persecución de esa índole.
-¿Por qué está preso para vos?
-Por la presión de los medios. Había un pedido de la calle muy fuerte, no solo desde el año pasado. Pero después de los dos acontecimientos de agosto (la muerte de Mariano Caprarola y de Silvina Luna), la calle quería la guillotina y lo detuvieron por un supuesto riesgo procesal de fuga a una persona que siempre estuvo a derecho con el pasaporte retenido. No encuadra esta figura. Yo creo que la cuestión social hace a que los jueces, a la hora de decidir, sean influidos. No lo digo yo: los medios no son el cuarto poder, sino el primer poder. El caso de Aníbal tiene 14 años, y siempre surge algo. Nunca le hicieron lugar a la preventiva porque se presentó y cumplió con la ley, pero el año pasado fue difícil.
-¿Cuál es tu rol en el día a día?
-Me ocupo de que a él no le falte nada, lo que lleva mucho tiempo porque no es fácil. Yo a los hijos de Aníbal los llevo los domingos para que lo vean. Los busco en sus respectivas casas y los acompaño para que puedan seguir su vínculo con él. Yo con ellos tengo muy buena relación, y hago esa función de ‘mama luchona’ para que sea más llevadero para él poder transitar este tiempo.
-¿Cómo están ellos?
-Con la nena, que tiene 11 años, tenemos un diálogo muy claro para que ella pueda entender lo que pasó porque está en una edad en donde tiene televisión y celular. Siempre quisimos aclararle a ella todo. Tiene muy en claro todo y cuenta con una supervisión psicológica permanente. Trato de decirle las cosas como son para que pueda sobrellevarlo. El nene de 7 no entiende lo que pasó en la escuela (agresiones o comentarios sobre la situación de su padre cuando el caso tomó alta relevancia tras la muerte de Silvina) y tampoco entiende a dónde va a ver al padre. Desde ese lado no hay problema porque lo va a ver, juega, hay otros chicos y no se da cuenta. En lo que respecta al colegio, las cosas se resolvieron bien.
La embestida de Majo Favarón contra Cristian Pérez Latorre
Esta semana, el nombre de otro profesional de la salud ocupó las páginas de policiales ya que quedó tras las rejas en Los Ángeles por el ejercicio ilegal de la medicina al no contar con el titulo habilitado para trabajar en Estados Unidos. Si bien salió en menos de 24 gracias al pago de una fianza de 150 mil dólares, las denuncias que hay en su contra en Argentina volvieron a tomar relevancia.
“Es de público conocimiento, porque tanto él como Silvina hicieron pública la operación que se hizo en 2016 en Los Ángeles. ¿Nadie se pregunta si en ese momento tenía licencia, en qué lugar lo hizo y cuál fue el procedimiento? Nosotros sí, y lo venimos haciendo antes del juicio oral. Nadie le dio atención porque no era un médico que esté en la mira”, recrimina la mujer de Lotocki.
“Él estaba citado como testigo a declarar porque dijo en tevé que la operó como caso de éxito y que le quitó material. Ella lo dice en el juicio, se pidió que él declare y nunca se presentó. No mostró estudios, pruebas ni material que supuestamente encontró. Tampoco presentó la historia clínica. Si él tiene tanta prueba recolectada, ¿por qué no la muestra? Qué casualidad que justo ahora aparece todo esto que se está dando en Estados Unidos. No es un dato menor que él la haya operado después de Aníbal y que no presente el material probatorio”, agrega.
E insiste: “Yo tengo muchas preguntas sobre esto. Que de la cara. Tiene un montón de denuncias acá en Argentina, entre ellas está incluida la de Aníbal por hablar sin saber. Si vos salís a decir que tenes un montón de pruebas, ¿por qué no te presentas? En cambio, mi pareja siempre estuvo a derecho. Yo escuche decir barbaridades por parte de este profesional sobre otro colega. Eso habla de poca ética profesional”.
“Perez Latorre decía que Aníbal ponía productos prohibidos. Victoria Xipolitakis fue a atenderse con Aníbal después de operarse con Pérez Latorre: ella contó que le había colocado hialurónico. Se hizo una extracción y ella se enteró que no tenía hialurónico, sino silicona líquida. Eso no esta aprobado para su uso en estética y mucho menos para ser inyectado en los glúteos. A eso la gente lo pasó por alto porque Aníbal era el que tenía que ser el malo de la película”, ejemplifica.
Por qué está detenido Aníbal Lotocki hoy
“Está convencido de su inocencia, como lo estamos nosotros. Vamos a probarlo. Se habla en plural de ‘las muertes’, pero no es así. Fue sobreseído en el caso de Mariano Caprarola y lo mismo vamos a pedir en el de Silvina Luna que ni corresponde que se investigue porque ya fue juzgado por las enfermedades que dicen haber sufrido las cuatro denunciantes después de que se les aplicó el producto. El juez, en base a las pericias del Cuerpo Médico Forense, dicen que no hay vínculo alguno entre el PMA y esas enfermedades. Por eso es condenado por los granulomas, que es un efecto secundario que también puede ocasionar el ácido hialurónico”, afirma Lifschitz a Revista Gente.
“Eso es cosa juzgada, pero como abogado no quiero eso porque sería lo mismo que el caso de Jey Mammón, que está sobreseído por prescripción y nunca se juzgó el caso. Yo quiero que se juzgue y se diga si tuvo o no que ver, que los medios vean que no aplicó un producto con la intención de causar un daño”, dice.
“Vamos a presentar más de cien testigos, que son pacientes operadas por Aníbal y tienen el producto, para que digan cómo están hace más de diez años. No sé por qué no se llamó a declarar a otras pacientes y se puso el foco en las que denuncias”, detalla.
Las frases más fuertes del abogado de Lotocki
- “Él está cumpliendo una prisión preventiva por el caso de Cristian Zárate, que no tiene nada que ver con las operaciones por PMMA. Al igual que él, están procesados tres médicos más y la dueña de la clínica. Todos en el mismo grado de responsabilidad esperando el juicio oral”.
- “Las condenas que juzgaron el caso de Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis, Gabriela Trenchi y Pamela Sosa el juez no aceptó anotarlo en la preventiva porque la sentencia no está firme. La decisión de la Sala de Casación Penal está en revisión para que se haga un proceso de revisión horizontal en otra sala porque lo condenan por un delito de estafa, del cual había sido sobreseído. Trenchi dijo que se operó pensando que era cirujano plástico y no estético, pero se probó lo contrario”.
- “No es normal que te den cuatro años de prisión porque te dicen que habrías actuado con dolo eventual ocasionando unos granulomas que son lesiones en el cuerpo a cuatro personas y que por el delito de estafa a una sola (Gabriela Trenchi) te den cuatro años más. Por eso lo revisa otra sala y estamos convencidos de que vamos a tener una determinación a favor”.
- “Las denuncias por asociación ilícita, homicidio por envenenamiento y organización criminal no tuvieron acogida favorable por parte del fiscal, porque era algo demencial. El abogado Roberto Cazorla es un payaso que no sabes cuando actúa de abogado y cuándo de panelista. Tiene más de nueve denuncias en el colegio de abogados. Solamente se investigan posibles causas de lesiones por los granulomas que dicen presentar estas personas que se presentaron por medio de él, en su mayoría”.
- “De los casos conocidos hay cinco sobreseimientos, entre los que se encuentran los casos de Mariano Caprarola y Rafael Dufour. Este último habla en televisión, pero cuando se le pide que vaya al médico, no va a pesar de que se los intimó. Ni aportaron estudios. Las denuncias en donde estaba involucrada Majo fueron desestimadas o resultó sobreseída. Hay una en donde hablan de promocionar la prostitución, una cosa de locos”.
- “Eduardo Fiuza denunció que le robaron, y hasta habló de acoso. Lotocki fue sobreseído. Mintió, y lo dice el juez, sobre la denuncia de amenazas. No se pudo comprobar nada. Es un mentiroso compulsivo. Nosotros mandamos a pedir la historia clínica en el Hospital San Camilo porque ahí hizo un juicio a un médico que lo operó de la clavícula”.
Las pruebas de la defensa de Aníbal Lotocki
Fotos: archivo Grupo Atlántida, Christian Beliera
y material cedido por la defensa de Aníbal Lotocki.
Arte de portada: Darío Alvarellos.
Dirección de video: Ramiro Palais.
Video: Mailén Mascui.