En medio del aislamiento forzoso para evitar la propagación del coronavirus Covid-19, China anunció un aluvión de divorcios tras el encierro. ¿Correremos con la misma suerte?
Cómo crees que acabarás esta cuarentena? A) Embarazada. B) Con diez kilos de más. C) Divorciada”, inquiere uno de los memes que circula por los grupos de WhatsApp durante esta pandemia. Así entre broma y broma, la verdad asoma.
Luego de que China, epicentro del coronavirus, informara que tras la cuarentena se multiplicaron los casos de divorcio, batiendo records de separaciones en el país –“un veinticinco por ciento más de lo habitual” según le contó el abogado Steve Li de la firma Gentle & Trust a Bloomberg–, cabe preguntarse: ¿Qué impacto puede tener este encierro obligado en las relaciones de pareja?, ¿ocurrirá lo mismo en la Argentina?
“Desde que comenzó la cuarentena recibo aproximadamente una llamada por día con consultas acerca de los trámites de divorcio y así le sucede a varias colegas”, apunta Guadalupe del Pilar Guerrero – abogada especialista en Derecho de Familia–, quien incluso durante los primeros quince días del aislamiento llegó a cerrar un acuerdo de divorcio “mediante una teleconferencia con las partes al momento de la firma y con envío de los papeles mediante un remise al domicilio de uno de los abogados”.
La especialista, que recomienda “no tomar decisiones compulsivas o apresuradas”, advierte que la mayoría de los casos que lleva actualmente son preexistentes a la cuarentena, salvo algunas excepciones. “Una de mis clientas se enteró en estos días que el marido le era infiel y ya tenía reservado un departamento para mudarse con su amante. Así que quiso iniciar el trámite cuanto antes. Otros no tienen problema de esperar a que termine la cuarentena”, cuenta.
Para Guerrero el aislamiento es una “prueba de fuego. En la vida normal no es muy común convivir las 24 horas. Ahora la convivencia es 24x7, y de forma obligada. Esto nos expone a todos y estamos más desnudos que nunca frente al otro. Para muchas parejas que ya venían con roces esto probablemente acelere la decisión de separarse, aunque, claro, si no tuviéramos wifi el índice de divorcios sería aún más alto”, entiende.
¿QUÉ PASA CON LAS EMOCIONES?
“Nadie se preparó para esto, que nos llegó como un tsunami”, reflexiona María Dahl, psicóloga y terapeuta especializada en pareja y familia, quien advierte que al “aislamiento se le pueden sumar tensiones como el home office, la división de las tareas domésticas, la atención de la educación de los hijos y las angustias económicas. Estas tensiones pueden disparar conflictos de pareja, pero no son desencadenantes de un divorcio. La gente se divorcia porque ya estaba mal, no por culpa de la cuarentena”. Entonces, ¿porqué la convivencia forzada y prolongada dispara los conflictos de pareja? “En la cuarentena surge una verdad emocional en la que todo se hace más evidente. Estar obligados a transitar un aislamiento forzoso intensifica las emociones, tanto positivas como negativas. Al no tener factores de distracción –como salir a trabajar, encontrarse con amigos, hacer tareas recreativas y deportivas en grupo– empezamos a tener más claridad de nuestros sentimientos. Por eso cuando hay conflictos, éstos se notan aún más”, puntualiza la terapeuta.
Conclusión: algunos pueden vivir la cuarentena como unas vacaciones, y otros, como un verdadero calvario. “Si me enojo porque mi pareja lavó mal los platos o no compró lo que le pedí en el súper es muy probable que algo se esconda detrás. La reacción desmedida ante una pavada puede indicar temas subyacentes que incluso tal vez no hemos podido llevar al consciente”, dice Dahl y recomienda hacer de esto una oportunidad: “la conexión con las propias emociones, aunque no sean constructivas, son aclaratorias para el que las vive. El aislamiento pone de manifiesto nuestros sentimientos con mayor claridad. Después cada uno verá que es lo que hace con ellos”.
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