Tras el duro anuncio que los reyes Guillermo y Máxima Zorreguieta hicieron sobre las amenazas de muerte que recibió la princesa Amalia de Holanda, el Gobierno a reducido drásticamente sus movimientos, hasta casi confinarla en su domicilio.
Sobre esa línea, la reina consorte de Países Bajos señaló con profunda tristeza que su hija tuvo que cancelar sus planes de irse a vivir a Amsterdam -ciudad que escogió para transitar su etapa universitaria- con sus amigas. Según trascendió, la princesa estaría en la diana del crimen organizado holandés.
Sale para ir a la universidad, en Ámsterdam, y después regresa al palacio Huis ten Bosch, la residencia oficial de la familia real de los Países Bajos, en La Haya. Así lo contaron sus padres la semana pasada durante una visita oficial a Suecia.
Detalles de la investigación
Mientras la policía y el Ejecutivo holandés guardan silencio, expertos en seguridad y terrorismo dan credibilidad a la amenaza y ven “altamente probable” que el desafío provenga de grupos criminales ligados al narcotráfico.
Según señalan medios locales, estas amenazas implican un salto cualitativo sin precedentes en un país en el que los criminales han pasado de ajustar cuentas entre sus miembros o rivales a desafiar a la democracia. El primer ministro, Mark Rutte, que suele ir al trabajo en bicicleta, también ha tenido que aceptar mayor protección por amenazas a su vida.
“Este tipo de amenazas se consideraban prácticamente imposibles hace unos años”, remarcan algunos expertos en el tema. En ese sentido, Rutte ha asegurado que “se está haciendo todo lo posible para resolver el problema con rapidez”. no obstante, advirtió: “Aunque no puedo garantizar los tiempos”.
Si bien, no es excepcional que funcionarios públicos reciban alguna amenaza por su función o gestión, pero en este caso “falta el elemento ideológico o un claro objetivo político”, señala Jelle van Buuren, experto en seguridad de la Universidad de Leiden.
Y sostuvo: “Cuando el objetivo ya no es el dinero, sino el Estado, sus símbolos e instituciones, puede considerarse una forma de terrorismo”. El refuerzo de la seguridad a los representantes del Estado se empezó a notar en septiembre, cuando algunos medios locales empezaron a publicar que “se hacía referencia al primer ministro y a la princesa en mensajes encriptados del crimen organizado sobre un supuesto ataque o un secuestro”.
Por su parte, Erwin Bakker, catedrático de Estudios sobre el Terrorismo indicó que le parece, además, que intimidar de este modo a la futura jefa del Estado y al primer ministro supone “entrar en una nueva realidad que pone a Países Bajos a la altura de otros Estados como México e Italia que padecen de atentados severos”. Asimismo, analizó que "el Gobierno se ha dado cuenta de que el crimen organizado atenta contra el orden legal, y de que debe invertir más en seguridad”.