La pandemia de coronavirus atravesó la vida de las personas de una manera impensada: el mundo entero cambió su ritmo y sus reglas. Mientras los científicos buscaban las claves de este nuevo virus que obligó a "quedarse en casa", muchas familias exploraban nuevas formas para mantenerse en pie. Los vínculos resultaron ser una herramienta clave para formar redes de contención afectiva, económica y social.
Hombres y mujeres de los cinco continentes debieron cambiar hábitos: desde incorporar la mascarilla como accesorio imprescindible –en algunos lugares a riesgo de ser multados por no usarla– y el alcohol en gel como ítem clave en la cartera, hasta adaptar las formas de trasladarse y adoptar el trabajo a distancia en los casos en los que fue posible.
Madres y padres se convirtieron en docentes y los maestros reconvirtieron su forma de enseñar para estar cerca de sus alumnos, aun en los lugares en los que las telecomunicaciones fallaron. Con estrategias diversas, la mayoría de los países intentaron mantener abiertas las escuelas tanto como fuera posible, marcando así la importancia de la educación y las instituciones como espacio de desarrollo y socialización.
La comunidad científica tuvo un protagonismo inesperado: desde el análisis de este nuevo virus hasta la búsqueda de remedios y el desarrollo de una vacuna. Incluso quienes se dedican a la estadística estuvieron en el centro de las miradas: la sociedad estaba ávida de información en medio de la incertidumbre. El mundo celebró el avance de las vacunas. De hecho, el año termina con campañas de vacunación en diversos países.
Aun quienes lograron sacar provecho en estos meses, ya sea por la oportunidad de tener más tiempo para compartir en familia, disfrutar de actividades recreativas, desarrollar un negocio, animarse a emprender o adquirir nuevas habilidades y conocimientos, entienden que muchos –la mayoría, si no todos– se quejen de este 2020.
No llama la atención que "Adiós 2020" sea tendencia y vaya –salvo en contadas ocasiones– acompañado de expresiones y memes con connotación negativa. Tampoco sorprende que, aun entre quienes declaran no ser supersticiosos, los rituales de Fin de Año estén más vigentes que nunca.
¡Preparar la mesa!
Hay una creencia que señala que blanco, verde y rojo deben ser los colores dominantes en la mesa, para atraer a la buena fortuna. Pero no se pude elegir cualquier cosa: el verde –símbolo de la vida– debe estar presente en elementos naturales (puede ser una rama, una hoja o un arreglo floral). El rojo debería ser –preferentemente– de seda.
Quienes adhieren a esta creencia detallan que el blanco tiende a atraer lo positivo, el verde es símbolo de prosperidad y atrae al dinero y el rojo simboliza el amor. Además, sugieren complementar la decoración con amarillo o dorado, que debería servir para los negocios o para tener un golpe de suerte –como ganar el Quini– y azul, clave en los tiempos que corren, ya que se lo relaciona con la salud.
La suerte más dulce
Otra opción, también ligada a la decoración, consiste en colocar velas como centro de mesa (se pueden elegir los colores por su significado) y colocar alrededor granos de azúcar y café cuyo sentido es "endulzar" a la fortuna. Un dato clave a tener en cuenta siempre que se utilicen velas como decoración es que deben estar encendidas, ya que de otra forma alejan a la buena suerte.
El efecto mágico de la sal
Dicen que la sal marina tiene un efecto inigualable para atraer lo bueno y alejar lo malo. La práctica, tan antigua como simple, consiste en esparcir granos de sal marina en diversos rincones de la casa el 31 de diciembre. Al barrerlos el 1° de enero se los debe sacar por la entrada, a fin de alejar lo negativo y abrir la puerta a lo positivo.
El poder del deseo
Un rito que, más allá de las creencias, sirve para cerrar el año con esperanza es que cada invitado reciba un papel en el que anote tres deseos que tiene para el 2021. Deben ser personales, no para otros. Cada uno debe tener su papel consigo durante la comida.
En esta misma línea está la creencia de que es importante recibir el año nuevo de pie y calzado, ya que según la tradición recibir el año descalzo es señal de que uno andará todo el año pisando mal. Incluso hay quienes van más allá y señalan que a las 12 es clave tener puestos zapatos de fiesta.
¿Cómo se relacionan ambos ritos? Es que al dar las 12 cada uno debe pisar su papel de deseos con el pie izquierdo y luego del brindis quemarlo. Dicen quienes creen en la suerte que si el papel se quema por completo es que los tres deseos se harán realidad en los próximos meses.
Adiós a lo viejo y lugar para lo nuevo
Hay una variante del ritual de escribir los deseos, según la cual cada uno debe recibir dos papeles: uno para anotar lo negativo y otro para escribir los deseos. El primero se quema, mientras que el otro se guarda en un sobre cerrado.
Motivos para brindar
Ya sea porque hay motivos o con la esperanza de que los tiempos cambien, en todas las casas se levantarán las copas. Los que saben sostienen que el brindis debe realizarse en círculo. Comienza la persona mayor de la casa pidiendo por la felicidad de todos. Choca su copa con la persona que tiene a su derecha y mirándola a los ojos le desea felicidad. Ésta sigue con la ronda, que debe terminar en quien empezó. La ronda asegura que todos los presentes tengan un año de felicidad y prosperidad.
Doce uvas, una por cada campanada
Es una tradición heredada de España y cada vez más difundida. Indica que al dar las 12 se deben comer 12 uvas, pidiendo con cada una un deseo. Los más previsores arman su lista de deseos antes de la comida, para tenerla a mano cuando comiencen a sonar las campanadas que dan la bienvenida al nuevo año.
Un anillo para el amor y la suerte
Otra de las estrategias para atraer la buena suerte es colocar una joya –preferentemente un anillo de oro– en la copa, justo antes de brindar. Dicen que ése sería un ritual imprescindible para atraer el amor y la buena fortuna.
La clave para viajar
Hay una tradición colombiana que dice que para garantizar un año lleno de viajes sólo hay que tomar una valija y salir con ella a dar la vuelta a la manzana cuando den las 12.