El cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI, que se encuentra en cámara ardiente desde el lunes, será enterrado en una cripta especial que hay bajo la iglesia de San Pedro este 5 de enero. La ceremonia será presidido por el actual Papa Francisco y contará con una serie de eventos sin precedentes en la iglesia católica.
Así, el jueves, en la basílica de San Pedro en Roma, ocurrirá un hecho inédito dentro de la larga historia de la Iglesia católica: un Papa será el encargado de dirigir el funeral de otro Papa.
Benedicto XVI, quien nació en Alemania y cuyo nombre secular era Joseph Ratzinger, fue elegido Papa en mayo de 2005 para suceder al reconocido Juan Pablo II. Sin embargo, en febrero de 2013 renunció al cargo. Algo que no ocurría desde el siglo XV.
Según señaló el vocero del Vaticano, Matteo Bruni: "Será un funeral solemne pero sobrio, porque así lo pidió Benedicto XVI en su testamento". Asimismo, también trascendió que el difunto Papa emérito pidió ser enterrado donde antes estuvo el cuerpo de Juan Pablo II, tras su muerte en 2005 y hasta 2011, cuando sus restos fueron llevados a la capilla de San Esteban, dentro de la basílica de San Pedro.
Los motivos por los que el funeral de Benedicto XVI será inédito
Según destacan los especialistas en las ceremonias y tradiciones del Vaticano, hay tres razones por las que el funeral de Benedicto XVI será inédito.
La primera señala que será la primera vez que el funeral de un Papa será oficiado por otro. Por lo general, los funerales de un Papa recién fallecido son presididos por una figura llamada el "camarlengo", quien se encarga de conducir a la Iglesia católica en los momentos en que no hay un sumo pontífice en ejercicio.
El segundo hecho histórico hace referencia a la elección de un nuevo Papa. Uno de los principales hechos tras la muerte de un Papa es la elección de un sucesor, que debe ocurrir en el menor tiempo posible.
En este caso, ese procedimiento no se realizará, debido a que ya se completó una vez se ejecutó la renuncia de Benedicto XVI en 2013 y llevó a la elección de Jorge Bergoglio como el nuevo obispo de Roma.
Finalmente, otro de los hechos que no se llevarán a cabo será la destrucción del anillo del pescador, elemento que distingue al Papa de los demás clérigos. Este anillo es diseñado exclusivamente para cada Papa, una vez resulta elegido. Así cuando muere se lo destruye con un martillo.
En el caso de Benedicto XVI, no se dio este protocolo, debido a que el anillo del pescador que le había sido entregado en 2005 fue "anulado" en el momento que se hizo efectiva su renuncia, el 28 de febrero de 2013, con una cruz.