El toque de queda parece ser la alternativa más viable para intentar que los casos de coronavirus no se sigan multiplicando. En Argentina, desde mediados de diciembre a esta parte el virus viene avanzando a un ritmo sostenido. Esto preocupa al Gobierno y al sector de salud, que ve cómo la capacidad ocupacional en los sanatorios se reduce de manera veloz.
Las autoridades se reunieron de manera urgente para discutir los pasos a seguir y el resultado fue aplicar el método que viene funcionado en los países de Europa en los que se llevó adelante. Según los especialistas, la mayor circulación se da de noche, con los jóvenes que no acatan las medidas de distanciamiento ni las de no compartir, en este caso, vasos y botellas.
Según informó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, mediante la medida que se publicará en el Boletín Oficial el toque de queda para limitar la circulación comenzará el viernes 8 y estará vigente entre las 23 y las 6.
“Hubo acuerdo con la necesidad de restringir la circulación en horario nocturno. Las medidas van a estar esta tarde (jueves 7). Ya están definidas y se están redactando”, manifestó Cafiero en la conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por el ministro de Salud, Ginés González García.
La medida fue acompañada por el presidente Alberto Fernández. Se tomó pese a que en primera instancia se analizó el perjuicio que puede causarle a una economía que no logra despegar. El mandatario, que vio con preocupación la multiplicación de contagios, puso como ejemplo el “toque sanitario” implementado en países europeos para frenar la segunda ola, que llegó antes de lo esperado a la Argentina.
A su vez, se aplicarán medidas complementarias. Respecto de las reuniones, se insistirá en que no sean de más de 10 personas y se pondrá mayor énfasis en los controles en los adolescentes (se teme que no acaten el pedido de no circulación).
Por otra parte, el Boletín Oficial dirá que el transporte público volverá a la etapa en la que sólo era para los trabajadores esenciales. En la misma sintonía, pero en lo que tiene que ver con los vuelos, se pedirá un test de PCR a las personas que vayan de una provincia a otra, más allá de que se tratará, por pedido de la Casa Rosada, que no se vea interrumpido el movimiento turístico.