A 32 años del Milagro de los Andes: el día que 14 de los 16 sobrevivientes volvieron con GENTE a la cordillera y jugaron el partido de rugby que la tragedia canceló – GENTE Online
 

A 52 años del Milagro de los Andes: el día que 14 de los 16 sobrevivientes volvieron con GENTE a la cordillera y jugaron el partido de rugby que la tragedia canceló

Hoy 13 de octubre -día del accidente-, pero de 2002, regresaron a Chile para honrar un momento que los marcaría eternamente y para volver a encontrarse con quienes colaboraron en su búsqueda y asistencia. Así lo contaban y mostraban a pura emoción y rigurosidad nuestros enviados especiales.
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-¿Qué asiento te tocó?

-Qué asiento pedí, querrás decir...

-¿...?

-Pasillo. Fila derecha. Junto al ala... Un lugarcito que me regalo Dios hace treinta años y por cábala no pienso abandonar.

Carlos Páez sujeta su boarding pass y cierra la frase con un guiño de ojo. Él, que fue el sostén espiritual del grupo de sobrevivientes de los Andes allá arriba -cuando estaban a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar-, el que se encargó de rezar en voz alta y para todos sus compañeros el rosario entero durante cada uno de los 72 días que permanecieron en medio de la nada helada, hoy se reconoce un ingrato. "Soy creyente y por eso no puedo mentir: me acuerdo de Dios sólo cuando lo necesito. Sin embargo -admite-, y aunque todavía tengo mis ‘cordilleras’ en la vida, confieso que lo molesto bastante poco”, lanzaba el uruguayo.

Así comenzaba la cobertura en octubre de 2002 desde el emotivo y puntilloso tecleo periodístico de Mariana Montini, quien junto a su no menos talentoso y apasionado hermano, el fotógrafo Leandro Montini, cubrieron para GENTE un momento irrepetible para esta historia bautizada al mismo tiempo Tragedia de los Andes y Milagro de los Andes (porque paradójicamente del mismo lugar donde el destino acababa con varias vidas, brotaba una irrepetible epopeya inspirada en la amistad y la subsistencia humana):

Nos referimos al regreso de catorce de los dieciséis sobrevivientes a Chile para jugar aquel partido de rugby que nunca pudo suceder, ante los Old Boys de Santiago. Pero no sólo eso: también para volver a encontrarse con Sergio Catalán (el arriero que los rescató), Wilma Kock (la primera enfermera en atenderlos) y el padre Andrés Rojas (quien celebró aquella inolvidable misa de Navidad en 1972), y para volver a pisar la montaña de la que lograron retornar, no así como otros 29 tripulantes del avión que perecieron allí.

Una cobertura que, a 32 años de consumada y a 52 años acontecida la tragedia, Revista GENTE ahora revive en 22 fotos, muchas de ellas inéditas:

MOMENTOS QUE VAN A QUEDAR EN LO PROFUNDO DEL ALMA (Y DE LA HISTORIA)

Suena el silbato. Gustavo Zerbino (segundo centro en la formación) patea el balón. Roberto Canessa (wing) se despacha con un par de pases maestros y la hinchada alienta. El 13 de octubre de 2002 finalmente se realizaba el encuentro que nunca puso ser.
El equipo uruguayo en una imagen de archivo, con seis de los jugadores que viajaban a Chile y tras el accidente de 1972 no pudieron llegar.
El viaje de José Luis Inciarte a Chile. Sobrevolando la cordillera que le rememoraba el sitio del accidente.
Cuando catorce de los dieciséis sobrevivientes fueron rescatados del Valle de las Lágrimas el 22 de diciembre de 1972. Fernando Parrado y Roberto Canessa los habían guiado al destino.
Laura Canessa, Soledad Inciarte y Susana Delgado: 52 años atrás, las novias de los sobrevivientes; tres décadas luego, en 2002 (fecha a la que pertenece la imagen de archivo de GENTE), sus mujeres.
Coche Inciarte y Soledad apenas regresado tras casi dos meses y medio en la Cordillera de los Andes.
Tras el partido (que duró seis minutos y finalizó 0-0), de pronto el 13 de octubre de 2002, luego de escuchar sonido de dos hélices que los supervivientes reconocieron al instante, aparecieron de entre las montañas los dos helicópteros de la Fuerza Aérea de Chile que los rescataron el 22 de diciembre de 1972. Todos extendieron sus brazos, como lo habían hecho desde el Valle de las Lágrimas.
El lugar exacto del accidente y la vigilia. Primero aterrizó uno de los helicópteros y a los dos minutos, el segundo. De ambos bajaron los socorristas.

VIMOS UNA MONTAÑA A TRES METROS DE LA DERECHA. ENSEGUIDA VINO EL GOLPE. EL ALA SE DESPRENDIÓ, CORTÓ LA COLA DEL AVIÓN Y CINCO PASAJEROS SALIERON VOLANDO ATADOS A SUS ASIENTOS" (COCHE INCIARTE, UNO DE LOS SOBREVIVIENTES)

Sonó una trompeta de la banda de la Fuerza Aérea y con ella apareció, desde el otro extremo de la cancha, un arriero a caballo. Era Sergio Catalán, el chileno que encontró a Fernando Parrado y a Roberto Canessa al otro lado del Río El Azufre y cabalgó ocho horas para decirle al mundo que los uruguayos estaban vivos. Los sorprendió con su sombrero de ala ancha y su sonrisa de raleados dientes. Canessa salió a su encuentro. Catalán tiró de las riendas para frenar al animal y bajó por el estribo izquierdo con la misma agilidad de hacía 30 años. Pronto Zerbino y Alfredo Delgado lo saludaron.
El arriero Sergio Catalán Martínez fue quien halló a Fernando Parrado y a Roberto Canessa en 1972.
El abrazo de Catalán y Canessa.
La carta que Roberto Canessa y Parrado le entregaron al arriero: "Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor. No podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?".

LO PEOR DE LA VUELTA FUE TENER QUE ADMITIRLE AL MUNDO QUE HABíAMOS COMIDO CARNE HUMANA. FUE ALGO DURO. ALGUNOS NOS MIRABAN COMO SI FUÉSEMOS CANÍBALES" (CARLOS PÁEZ)

El padre Andrés Rojas, quien contuvo a los supervivientes espiritualmente cuando bajaron de la cordillera, esta vez, en 2002, les dio la comunión y llevó a la ceremonia un cinturón del Fairchild FH-227D, el avión que cayera, para homenajear a sus compañeros muertos.

Sábado 23 de diciembre de 1972, 12 del mediodía, Capilla de San Fernando. Ocho de los dieciséis sobrevivientes escuchan emocionados la misa del padre Andrés Rojas.
A tres días de su rescate, los dieciséis sobrevivientes de la Cordillera de los Andes pasaron juntos el 24 y 25 de diciembre de 1972, la Nochebuena y l Navidad. Hacía apenas dos días que habían sido rescatados. En el hotel Sheraton de Santiago de Chile brindaron por la vida.
Canessa y Páez junto a Catalán, el arriero que los encontró, y a Wilma Kock, la primera socorrista que los curo. "¡Pero qué gorditos están!, ya ni los reconozco", fue lo primero que les dijo ELLA entre risas.
Álvaro Mangino y José Luis Inciarte apenas rescatados. Derecha: La enfermera Wilma Kock.
Los sobrevivientes -desde la izquierda- Roy Harley, Alfredo Delgado, Coche Inciarte, Carlos Páez y Roberto Canessa- conmemoraron al aniversario número treinta en soledad y silencio.
Las jornadas en la nieve y los hierros del Fairchild como refugio.
Domingo 13 de octubre de 2002, 15:30 horas: el momento exacto del accidente pero 30 años después. Desde la izquierda: Roberto Canessa, Alfredo Delgado, Roy Harley, Gustavo Zerbino, Adolfo Strauch, Carlos Páez, José Luis Inciarte y Eduardo Strauch en
Valle Nevado. De fondo, los Andes, donde quedaron 29 compañeros.
EL 22 de diciembre de 1972, luego de 72 días en el desierto helado, de desesperación por hambre y sus consecuencias extremas, 16 personas fueron encontradas con vida. La tragedia hacía su entrada en la literatura, en el cine, en la historia.

SOY DIRECTORA DE UNA FUNDACIÓN QUE LUCHA CONTRA EL MAL DE ALZHEIMER Y QUIERO QUE SEPAN QUE USTEDES ME CAMBIARON LA VIDA: DESDCE QUE LOS CONOCÍ YA NADA ME LIMITA" (LA ENFERMERA WIRA KOCK, QUIEN ANTES QUE NADIE CURÓ LAS HERIDAS DE LOS SOBREVIVIENTES)

Fotos: Archivo Grupo Atlántida

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