Con una denuncia que hizo en sus redes sociales, fue uno de los responsables de la renuncia de Evo Morales. Después de eso recibió amenazas y se exilió en Suiza. Estaba aterrado de que algo le pasara a él o a los suyos. Volvió a La Paz y luego de entrevistarse con la presidenta, Jeanine Áñez, se descompensó y murió. A pesar de que había alertado de que “mi cabeza tiene precio”, la familia decidió enterrarlo y no hacerle la autopsia al cuerpo.
Hace 50 días, el fotógrafo boliviano Samy Schwartz (55) moría en una ambulancia que lo trasladaba desde su casa en Santa Cruz de la Sierra a la clínica Incor de esa ciudad. Estaba acompañado por su novia, Carolina Forno, la última persona que lo vio con vida. Según contó su hermana Raquel “algo le explotó en el estómago y por eso murió”. Desde su muerte, las redes y los medios bolivianos se llenaron de mensajes de tristeza y dolor. Al cumplirse un mes, la familia hizo celebrar una ceremonia religiosa en su memoria en el Cementerio Israelita, y creó un grupo público de Facebook en el que compartió parte de su trabajo y su obra.
Y hace unos días, la comparsa Socios de Santa Cruz de la Sierra anunció que unos 50 integrantes de esa agrupación llevarán estampado en la espalda de sus camisas el rostro de Samy, para “honrar su vida y rendirle un merecido homenaje por su lucha por la democracia y la defensa de los derechos de los indígenas del TIPNIS”, aseguraron.
Desde Buenos Aires, a 2.338 kilómetros de donde se encuentran los restos de Schwartz, lo que sorprende es la tranquilidad con la que todos –familiares, amigos, conocidos, periodistas– aceptaron las causas de su muerte.
Por eso desde GENTE, el medio donde Samy decidió realizar su primera entrevista desde el exilio, sostenemos que todavía quedan muchos cabos sueltos, muchas preguntas que aún hoy, a 50 días de su partida, no tienen respuesta.
- ¿Por qué no le realizaron la autopsia al cuerpo?
Es la pregunta que nunca tendrá una explicación lógica. En los audios de las entrevistas previas a su muerte, Samy había asegurado que “no podía volver a Bolivia porque le habían avisado que su cabeza tenía precio”, y que estaba muy asustado por todo lo que le podía pasar a él y a su familia. Después de haberle salvado la vida al líder cívico Luis Fernando Camacho, el principal opositor de Evo Morales, se tuvo que exiliar en Suiza. Sin embargo, aceptó la invitación de la actual presidenta, Jeanine Áñez, y voló de Europa a Miami, de ahí a Santiago de Chile, y luego a La Paz para encontrarse con la mandataria. Inmediatamente después de esa reunión, abordó el avión para Santa Cruz y allí comenzó a sentirse mal.
Como antecedente, en la entrevista que había dado en exclusiva a este sitio, Samy contó que un año antes habían intentado asesinarlo. “En diciembre de 2018, cuando el Tribunal Electoral autorizó a Evo Morales a presentarse a las últimas elecciones, la gente salió a las calles a protestar y todo fue un caos. Yo salí a trabajar y me robaron el equipo y la billetera. Camino al hotel, se me acercaron unas señoras con la remera ‘Bolivia Dijo No’ y me dijeron: ‘Don Samy, tómese este juguito y cómase estas empanadas’”.
Dos días después de esto viajó a Miami y fue operado de urgencia en el Mount Sinai Medical Center: “En el intestino me encontraron un hueso tallado en forma de gancho, todo recubierto de grasa. En el hospital no supieron decirme de qué animal era. Estuve diez semanas con una bolsa y luego volví a operarme. Esto no lo sabe nadie. Sos la primera persona, fuera de mi familia, a quien se lo cuento”.
A pesar de este testimonio, del que también está el audio publicado, los familiares de Samy decidieron no hacer la autopsia. Con dolor y angustia velaron sus restos en el Círculo Israelita. Llamó la atención que, por la tarde, un grupo de policías se acercó hasta el lugar para notificar a los familiares de que la muerte del fotógrafo había sido "por causas naturales”. Unas horas después, su hermana Raquel habló con el periodista Jaime Herrera, de Noticias PAT, y le dijo: “Tenía un cuadro complicado de salud. El año pasado había sufrido la perforación del intestino. Cuando llegó de La Paz fue hasta el sanatorio, recibió el alta y se descompensó en su casa. Lo subieron a una ambulancia, pero murió en el camino. La familia, por la religión que profesa, no va a hacer ninguna denuncia y no va a permitir que se le practique una autopsia al cuerpo”.
Antes de morir, como si se tratara de una premonición, Samy le había confiado a GENTE. “Lo que me pasó fue un intento de asesinato, algo preparado que era cotidiano, muy común en el gobierno de Evo Morales, en el que pasaron muchas cosas raras. Hasta gente que trabajaba para él murió de forma dudosa. Su propia secretaria se ahogó en el río San Mateo y luego la autopsia demostró que previo a eso había recibido un fuerte golpe en la cabeza. También un edecán que formó parte de su gobierno y sabía muchas cosas, murió de una forma muy misteriosa”.
2. ¿Pueden los judíos hacerse una autopsia en caso de que haya habido, como en este caso, una muerte dudosa?
La autopsia está permitida de acuerdo a la ley judía, pero sólo en casos particulares, como por ejemplo el de Samy. Existen varios principios bíblicos que circunscriben el ámbito de la autopsia.
Respetando la integridad del cuerpo. Generalmente, para los practicantes de la religión judía está prohibido profanar un cadáver. Esta prohibición es llamada nivel ha'met (profanación del muerto) y se desprende del pasaje bíblico que instruye cómo manipular el cuerpo de un criminal ejecutado.
Pero en casos en los que se considera que la autopsia honra o trae honor al fallecido o a sus parientes, las prohibiciones de no profanar y no dejar el cuerpo sin enterrar no se interpondrían en el camino. Por ejemplo, la ley judía considera que cumplir con los deseos expresos o asumidos del fallecido es honrarlo. Conociendo un poco a Schwartz y el trabajo y las denuncias que realizó a lo largo de su vida, si a él lo hubieran asesinado habría querido que el mundo sepa cómo y quién lo hizo. Si bien hay opiniones disidentes, la autopsia para identificar al asesino de una persona estaría permitida. Incluso hay un protocolo que indica la forma en que debe hacerse:
“Las autopsias permitidas deben ser realizadas con la misma dignidad con la que se hace una cirugía en una persona viva. La incisión debe ser lo más pequeña posible, el cuerpo debe permanecer cubierto, excepto donde la exposición es necesaria, y todos los órganos deben volver al finalizar la autopsia. El entierro debe realizarse a continuación, lo más rápido posible”.
3. ¿No le llamó la atención a la presidenta de la Nación que Samy haya muerto luego de haberla visitado? ¿No pidió que se investigue a fondo qué pasó con el hombre que tanto hizo para que hoy ella sea la mujer que maneja los destinos del país?
Si analizamos la respuesta que tuvo la presidenta, está más que claro que nada llamó su atención, porque no pidió que se haga ninguna investigación. A pesar de lo convulsionado que estaba el país en ese momento, Jeanine Áñez debió haber volado hasta Santa Cruz de la Sierra, estar presente en el velatorio y pedirle a un fiscal que actúe de oficio. “Muy triste tras el fallecimiento de mi querido amigo y gran luchador por la democracia. Ayer me visitó en Palacio y me acompañó en la sesión de fotos oficiales. Nuestros últimos momentos juntos, fue con mucho cariño y respeto mutuo. ¡Hasta siempre, querido amigo!”, escribió la mandataria en sus redes sociales. Muy pobre para alguien que sabía que Samy volvió porque ella se lo había pedido. “Cuando conseguimos salvarle la vida a Camacho recibí todo tipo de amenazas. Yo manejo una moto Ducati y después de eso, dos o tres veces me tiraron vehículos encima. Comencé a ver autos raros rondando por mi casa y me fui del país por mi seguridad y la de mi mamá Guigha. Por eso mandé a mi mamá a Miami y yo me fui para Ginebra”, le dijo a GENTE en la nota, dejando en claro que tenía miedo que lo mataran.
5. ¿Por qué la clínica Incor no emitió un comunicado a la prensa contando las causas de la muerte de Samy? El fotógrafo sentía tanto dolor que del aeropuerto se fue directo a la clínica. Ahí le realizaron estudios del corazón y lo mandaron de nuevo a su casa, donde se descompensó y murió. ¿No amerita una investigación por mala praxis?
No se sabe bien por qué la clínica no emitió un comunicado para que los periodistas pudieran decirle al mundo “de qué murió el señor Schwartz”. Desde el Departamento de Prensa entendieron que “no era necesario”. Lo único que sabemos, por boca de su hermana, es que “algo le explotó en el estómago y por eso murió”. Poco serio si tenemos en cuenta que hace un año habían intentado matarlo con una empanada con hueso, y que Samy tenía miedo de que le pasara esto. Tampoco hubo ningún pedido de parte de la familia o de un organismo oficial para que los médicos que lo revisaron por primera vez y le dieron el alta expliquen por qué lo dejaron ir y a las pocas horas murió.
6. ¿De qué vivía realmente Samy?
En la entrevista que brindó, Samy confesó que él “no cobraba por sus fotos”. A pesar de que estaba cubriendo casi todos los conflictos políticos que había en Latinoamérica, más del 90 por ciento de las fotos que publicaba se las regalaba a los medios.
“Soy uno de los fotógrafos más odiados por Evo Morales y su gente. Todos los medios publican mis fotos, pero lo tengo que hacer bajo un nombre falso. No necesito trabajar, porque yo creé la primera empresa de Internet en Bolivia en 1998, hice un montón de cosas. Yo no uso computadoras y tengo tres celulares codificados, porque todos estos años he sido hackeado”, confesó en la entrevista.
7. Cuando la nota de GENTE se viralizó en toda Bolivia y el mundo (de 194 países, se leyó en 161), el diputado nacional boliviano Tomás Monasterio realizó un pedido a la Fiscalía y a la Policía de su país para que actúen de oficio e investiguen cómo murió el reportero gráfico. ¿En qué quedó ese pedido?
Luego de que el diputado Monasterio realizara el pedido de investigación, lo llamamos por teléfono y hablamos con él. Ahí nos confirmó: “Estoy muy consternado... Samy fue amenazado de muerte por el gobierno del ex presidente Evo Morales y nosotros vamos a tomar las medidas para que los fiscales actúen de oficio. La nota de GENTE Online nos despertó a todos. Éste no es el primer antecedente de amenazas que sufrieron fotógrafos y periodistas de mi país. Es muy importante que se le haga autopsia al cuerpo con un grupo de profesionales del más alto nivel. Yo le prometo al pueblo boliviano, por la memoria de Samy, que voy a investigar hasta el final y vamos a llegar a la verdad para saber qué le pasó”.
Pero después de esta nota que se publicó en la edición número 2838, del 11 de diciembre de 2019, las conversaciones con el diputado fueron escasas y la promesa de realizar una entrevista telefónica nunca se concretó. El último contacto fue ayer, pasadas las tres de la tarde, vía WhastApp. Ante la consulta de si "había podido avanzar algo con el tema de la muerte de Samy y el pedido de que los fiscales actúen de oficio”, la escueta respuesta fue: “Estamos en ello…”.
8. Samy contó en qué lugar, hace un año, unas mujeres le dieron unas empanadas e intentaron envenenarlo. ¿Alguien le hizo un pedido formal a la Policía para ver si existen imágenes de ese día, así descubren quiénes son las sospechosas que quisieron matarlo?
El hecho ocurrió en diciembre de 2018 en la Plaza Abaroa de La Paz, frente a la Corte Electoral. Sin embargo, a pesar de que la noticia se viralizó, ningún funcionario actuó de oficio ni pidió las filmaciones (la marcha BOLIVIA DIJO NO la cubrieron todos los canales, organismos del gobierno, servicio de inteligencia y las cámaras de la ciudad), ni intentó reconstruir qué pasó ese día.
Final
Cuando se cumplió un mes de su muerte, su hermana Raquel se refirió al trabajo del audaz fotógrafo y destacó su transparencia y patriotismo. “Tu audacia para combatir las injusticias no tenía límites, tu transparencia era clara, tu lucha fue digna de un patriota que no medía peligros ni sacrificios”, expresó quien también es directora de la galería de arte Kiosko, de Santa Cruz de la Sierra. Increíblemente, todas estas cualidades son las que la familia de Samy no tuvo cuando murió. De otra forma hoy, a cincuenta días de su muerte, alguien estaría investigando qué pasó.