Han pasado 41 años desde que el mundo entero presenció la boda real más grande que se recuerda: la que unía al heredero al trono británico, Carlos de Inglaterra, y una aún semidesconocida Diana Spencer.
Tiempos distintos, en los que no había celulares, ni medios online o redes sociales como en el de ahora donde la televisión era el medio más poderoso en esos momentos. Sobre esa línea, la boda entre el príncipe de Gales y Lady Di fue un evento planeado para que todo espectador pueda connotar grandilocuencia y una historia mágica.
Bajo ese marco, la boda del hijo de Isabel II y la que sería la futura 'princesa del pueblo' y madre de los príncipes Harry y Guillermo fue seguida por millones de telespectadores en todo el mundo. Una boda que además se vio precipitada: su relación con Diana apenas había cumplido unos meses y anunciaron fecha de boda. Solo 12 veces se vieron los novios antes del gran día.
En ese sentido, Carlos tenía sus dudas sobre el futuro de la relación, pero las prisas por alejar un fantasma del pasado que lo podrían separar del trono pesaban más.
Ted Powell, en su libro 'El rey Eduardo VIII: una vida americana' y que recoge el diario 'Express', cuenta: "En su ansiedad por no seguir el ejemplo de Eduardo, Carlos se apresuró a contraer matrimonio con Lady Diana Spencer, con resultados desastrosos".
Qué le confesó Carlos a su círculo más íntimo
Según relatan los historiadores, Eduardo llegó a ser rey, pero acabó abdicando por el amor de una mujer norteamericana divorciada que terminó alejándole de uno de los tronos más poderosos de las monarquías actuales, algo parecido a lo que vivía entonces con Camila Parker -el gran amor de su vida y actual esposa-.
Por lo que, tras dar el paso y casarse, unas horas antes de dar el 'sí, quiero' en el gran evento de 1981, el príncipe se confesó con sus amigos más íntimos. Así lo revelaba el documental del Channel 5 inglés 'Carlos y Di: la verdad detrás de su boda”.
El documental recoge que el príncipe Carlos dijo de su futura esposa: "Es exquisitamente hermosa, una amapola perfecta. Pero muy niña", haciendo evidente la diferencia de edad entre ellos, que era de 12 años. Y añadió: “Ni siquiera parece lo suficientemente mayor como para haber terminado la escuela, mucho menos para casarse”.
Respecto a los dichos, la experta en la Casa Real Ingrid Seward añadió: “Hubo un grupo de amigos de Carlos que vieron que esto podría ser un desastre absoluto. Ella [en referencia a Diana] era como una estudiante de secundaria y él era como un profesor”.
Entre esos amigos también se encontraba la íntima amiga de Carlos, Penny Ramsey, que le planteó sus dudas al que entonces se presentía como futuro rey de Inglaterra.
El propio novio expresó a sus amigos que estaba en un "estado de ánimo confuso, ansioso y aterrorizado" por hacer una promesa de la que más tarde se arrepentiría toda su vida, no obstante, expresó su deseo de “hacer lo correcto por mi familia y por mi país”.