El 11 de febrero del '90, luego de 27 años alojado en tres cárceles, acusado de conspirar contra el gobierno del Partido Nacional Sudafricano –ejecutor del sistema de Apartheid–, dejó atrás el encierro para convertirse en un referente internacional de la lucha por la igualdad entre los hombres.




"El aspecto más inquietante de la vida en prisión es el aislamiento. No hay principio ni final; sólo tu propia mente, que a veces resulta engañosa"




“Detesto el racismo, porque lo veo como algo barbárico, venga de un hombre negro o de un hombre blanco”




Fotos: Archivo Editorial Atlántida (búsqueda de archivo: Mónica Banyik).