-… Harrison viajó a Londres desde Estados Unidos para la première de una película que estrenaba, y se terminaron viendo en una cafetería de Holland Park, cerca de donde Diana y yo vivíamos.
–¿Harrison es el Harrison que imaginamos?
–Sí, Ford.
–Pero de ese encuentro no sólo jamás se vieron fotos: ¡jamás trascendió!
–Bueno, fue así.
“Con Diana podías flirtear, hacerte el simpático, pero no te podías portar mal porque no te daba chance”
Y cuando lo dice, Roberto Devorik (75) dilata sus pupilas, achicando el círculo celeste de su iris. Todo surge apenas Revista GENTE le pregunta si Lady Di tuvo algún amor imposible en su existencia de 36 años, que inició el 1º de julio de 1961 y se apagó en aquel accidente automovilístico del 31 de agosto de 1997, y su asesor de estilismo, amigo y confidente argentino se animó a contestar a su estilo: directo como una flecha rumbo al blanco.
–¿Cuándo, cómo fue aquello con el protagonista de Star Wars e Indiana Jones ?
–Primero, te aclararía que ella nunca tuvo “amores imposibles”, como los llamás, ni amantes. Yo hablaría de amores, a secas.
–¿Y cuándo empezó a tener “amores”?
–Cuando él (por Carlos, hoy rey de Inglaterra) se puso de espaldas en la cama y no le dio más bola y era evidente que su matrimonio ya no se salvaba porque el príncipe ya salía con ella (Camilla), a quien Diana llamaba “el Rottweiler“, y yo “Mister Ed”, por el caballo que habla de la tele de los Sesenta. Entonces…
–¿Entonces?
–Diana empezó a salir con gente espléndida, inclusive con un amigo mío millonario inglés que se dedicaba a las antigüedades y por respeto no lo voy a nombrar, pero era un pibe espléndido. En esos tiempos ya tenía una especie de fascinación por Harrison Ford, a quien no conocía personalmente.
–Y se cruzaron…
–Sí, aunque ella no fue a la première, aconsejada por nosotros, ya que había mucha convulsión por el tema Carlos, que ya se conocía, y demás. Así que se encontraron. A Diana le encantaba Harrison Ford, tenía debilidad por él.
–¿E Indiana Jones se portó bien con ella o la invitó a alguna aventura?
–Indiana se portó bien (risas). Pasa que era una mujer con la que no te podías portar mal porque no te daba chance. Podías flirtear, hacerte el simpático, pero hasta ahí. Si no hubiese sido por la situación de Carlos y demás, supongo que la cosa tampoco hubiese prosperado porque ella estaba harta de la prensa e iniciar algo con Harrison Ford significaba entrar más todavía en el comentario.
“Diana fue a pedirle matrimonio a los padres de su gran amor, pero se lo negaron”
Desde su departamento de Recoleta, que visita un par de veces al años, ya que reside en Viena, Austria, Devorik entonces se extiende en la cuestión relaciones personales de la princesa de Gales, “quien por esos tiempos de Harrison Ford en cambio sí estuvo con otras personas que ustedes no conocen y nunca se nombraron, por lo que pasaron todavía más inadvertidas”, subraya.
–¿Lady Di estaba enamorada del empresario egipcio Dodi Al Fayed, quien murió con ella aquella fatídica noche de hace veintisiete años en la que su auto se estrelló en el Túnel del Alma?
–No, y ella me lo confesó: se lo puso en bandeja de plata su padre Mohamed, y como Diana en ese momento se encontraba en una situación fea, ya que moría de amor por el doctor pakistaní Hasnat Khan. La gente, muy mala, decía, “pero mira qué feo es”. No era buen mozo, no era Brad Pitt, pero era un tipo muy capaz, inteligente y de una humanidad brutal. Ella fue a Pakistán para hablar con sus padres porque se quería casar. Pero ellos le pidieron que no le arruinen la vida a él porque era de otra religión, de otro color de piel y Diana era nada menos que la madre de los futuros reyes de Inglaterra.
–¿Cómo regresó de ella tras el revés?
–Desolada, súper triste. En el período previo a su muerte volvieron a verse, hubo un encontronazo y ella pensó que lo podía arreglar. Incluso Diana fue a París para encontrarse con él. Ella murió un domingo y el viernes previo, si no me equivoco, tipo a las diez de la noche y sin que nadie lo supiera, se encontraron en Battersea Park, al lado del Río Támesis. Hablaron y definitivamente él le puso el corte final a la relación.
–Muchos la acusaron de “usar a Dodi”…
-Error. No fue como se decía: estaba triste y él, como todo árabe, la quería malcriar, agasajar, brindarle todo, aunque ella no aceptara. “·Me pone muy nerviosa, quiere regalarme de todo”, me comentaba. Quizá ella fue el amor platónico de él.
–Y usted, que tantas estrellas conoció, ¿tuvo algún amor platónico?
–Mmmm. A Sofía Loren la conocí, a Ava Gardner la conocí, a Vanessa Redgrave la conocí también… Quizá Jackeline Kennedy. Pero no amor platónico: interés platónico, que es muy distinto. Se trataba de una mujer con tanta fuerza. Pasa que se quedó muy sola en el mundo y debió manejarse como pudo. Quizá vivió una tragedia similar a la de Diana. La diferencia fue que Diana tuvo las agallas para decir “hasta acá llegamos” y Jackie no lo hizo con Kennedy, quien le metía los cuernos a la derecha y a la izquierda. Diana me repetía: “Yo no voy a permitir ser la tercera”.
-¿Y algún “interés platónico”que aún no se cruzó y quisiera?
–Lady Gaga. Y no soy fanático de los conciertos multitudinarios, pero ella me parece increíblemente genial, muy talentosa.
Fotos. Chris Beliera y Archivo Grupo Atlántida
Arte, diseño y retoque de imágenes: Gustavo Ramírez