Aunque el ídolo nos dejó un 4 de enero en 2010, la pasión sigue intacta en decenas de clubes de fans, no sólo en la Argentina sino en toda América. Entre las más fieles están las Nenas de Sandro para todos, programa que se emite los sábados por una radio de Lanús Oeste.
En el estudio radio Cadena, de Lanús Oeste, todos los sábados se cumple un ritual. Las Nenas exhiben fotos, entradas a recitales, tapas de discos, pequeñas esculturas y posters autografiados del hombre al que idolatran y que cada semana vuelve a vivir en el aire. “Aunque hace 10 años que no está con nosotros, su imagen está presente. Sandro no es sólo de sus Nenas; es un ídolo que trasciende las barreras de las generaciones. Siempre lo recordamos con alegría y emoción”, cuentan Rita Cersócimo (62) y Mabel Armentía (62), dos de las fans.
Mabel sigue al Gitano desde muy joven: fue una de las primeras socias del Sandro Internacional Fans Club de la Republica Argentina. “Lo creamos en 1978. Nos juntábamos una vez por mes en la casa de alguna de las chicas o en una confitería del Centro –memora–. Teníamos información exclusiva de las actividades de Sandro: los horarios de sus llegadas o partidas, sus giras, dónde eran las filmaciones y también hacíamos sorteos de sus pertenencias, como una camisa o el traje blanco que usó en un recital. Incluso pagábamos una cuota social para poder hacer donaciones. También participábamos de las reuniones que Roberto armaba, donde nos pedía que todo lo que recaudábamos lo diéramos a los más necesitados. Una vez nos fuimos a la cárcel de Marcos Paz a llevar una silla de ruedas”.
DE LA REALIDAD A LA FICCION. “Yo lo empecé a seguir a los siete años. Estaba mirando Sábados circulares, de Pipo Mancera, por Canal 13. De pronto, lo vi cómo se movía en escena y me cautivó. ¡Me volví loca! Empecé a tirarme de los pelos y a gritar. En casa pensaron que me había pasado algo... Entonces, yo sentía que era una transgresora. Con el tiempo descubrí que a los siete años me había enamorado de Sandro –cuenta Luisa Paz (62)–. Insistí tanto que mi papá me empezó a llevar a sus recitales en los clubes. Como era tan chiquita, me alzaba en sus hombros para poder verlo”.
Mabel Armentía, además de tener en su casa cientos de recuerdos del ídolo, aparece en Sandro de América, la serie éxito de Telefe, interpretada por Verónica Gerez, una de las Nenas en la ficción.
“Es el mejor showman de América. Y cuando conocí a Roberto Sánchez, a Sandro lo quise mucho más, porque más allá de ser un seductor, era una persona generosa. Lo conocí el 20 de abril de 1978 en la puerta de Canal 13, cuando fue a Mónica presenta. Se acercó, me dio un beso... ¡y no pude decirle nada! Desde ese momento hasta que le hablé pasó un año, aunque lo seguía a todos lados. ‘¡Hablaste, Mabelita! –me dijo sonriendo–.Pensaba que eras mudita’. Unos años más tarde comprobé en persona toda su generosidad. Yo sufro de asma y necesitaba un aparato que sólo se conseguía en los Estados Unidos. Roberto se enteró y me lo trajo, después de una gira a Nueva York. Durante más de treinta años lo seguí a todos lados que podía. Era un caballero y hasta nos llamaba para nuestros cumpleaños. El mío es el 26 de febrero y este año lo festejé en un restaurante de Costanera. ¿Y sabés quién vino? ¡Agustín Sullivan, el Sandro joven de la serie!”.
SANGRE GITANA. La pasión se hereda, indudablemente. Por eso Silvia Silberman (60), otra de las Nenas que tienen su propia colección de recuerdos, muestra una foto que se tomó junto a Gabriela, su hija, con Sandro. “Lo empecé a seguir cuando tenía trece años. Una vez tuvimos un problema con la primera mujer de Roberto; llamó al club de fans para quejarse porque le mandábamos cartas a su marido. En cambio, con Olga (Garaventa) siempre nos llevamos bien. Fue una enorme felicidad que se haya casado con ella, porque Roberto estaba enamorado”, cuenta Silvia, quien desde hace años lleva una rosa colgada en su cuello, y que por su ídolo llegó a dormir siete noches en la puerta de la casona de Banfield, para poder saludarlo el 19 de agosto, día del cumpleaños.
“Desde la cuna lo sigo –confiesa Susana Scola (58)–. Cuando cursaba la primaria, definitivamente me enamoré. En el colegio era bastante burra, pero sus temas me los sabía de memoria. En esa época iba a las peluquerías para robarme las fotos de Sandro que salían en GENTE, Radiolandia, Claudia y todas las revistas en que aparecía”.
Para co-conducir Sandro para todos en radio Cadena, Hilda Rivera viaja los sábados desde Villa del Parque a Lanús Oeste, con la misma emoción que el primer día. Antes el programa se llamaba A todo Sandro (nació en 1999) y el ídolo solía llamar para contar al aire sus novededades. Esa emoción también hacía participar a Hilda en las míticas “Batallas del 19”, tal como habían bautizado al cumpleaños del Gitano. “La primera vez que fui llegué de noche, a las cinco de la mañana. Cientos de fans montábamos guardia frente a la casona de Banfield, bailando y cantando, hasta que se presentaba la oportunidad de entrar al locutorio –el lugar donde Sandro las recibía después del mediodía–. ¡Esa era una verdadera batalla! Pero por Roberto cualquier sacrificio valía la pena. Por eso lo queremos cada día más”.
