“El camino fue larguísimo, pero siempre estuvimos acompañándonos y dándonos fuerzas”. Con esa frase, Elina Costantini da una pincelada de lo que fueron los últimos meses, embarazada de Kahlo, la hija que llegará en pocos días al mundo fruto de su historia de amor con el empresario Eduardo Costantini. Es la primera que dice que todo se trata de un milagro. Y algo de eso hay. La fecha de parto es para el 25 de enero, pero “parece que no pasa de esta semana”.
En una de las primeras tardes de calor sofocante en Buenos Aires, tras haber llegado de Punta del Este, la modelo recibe a Revista GENTE en la mansión familiar de Nordelta. Va de acá para allá siguiendo todos los detalles de la producción. “Tengo un problema con los vestidos porque engordé dos centímetros y ya no me quedan”, confiesa al equipo.
“Kahlo vino a ponerle el broche a este amor hermoso que tengo con Eduardo, el amor de mi vida. Ella es el resultado de esta historia de amor. Lo estoy viviendo bien, feliz. A veces cuando hablo con mi marido me pongo a pensar y no puedo creer que voy a ser madre. Hasta que no la tenga es increíble”, cuenta.
Y reconoce: “Yo no imaginaba que Eduardo iba a ser el hombre que me iba a terminar convirtiendo en madre. Siempre estaba buscando formar una familia, encontrar a esa persona con la cual poder caminar juntos por la vida y nunca me había visualizado ni casándome con mis ex parejas. Y con Eduardo me costó hacerlo porque me daba miedo ese salto. Pero a los dos meses de conocernos ya se nos empezaron a despertar las ganas de ser padres”.
-¿Sos consciente de lo que significa traer una vida al mundo?
-Si, ni hablar. Lo deseamos mucho con Eduardo y no se daba. Entonces, ahora que va a llegar, parece increíble.
-Te veo ágil y de buen ánimo… aunque en el embarazo no todo es así de color de rosa, ¿en qué momentos la pasaste mal?
-Al principio con las náuseas. Eso me volvió loca los primeros cuatro meses y medio porque me sentía limitada. Aún así, seguí trabajando y dedicándome a las cosas de la casa. También a Eduardo, poniéndole onda a todos los momentos de pareja.
-¿Se conservó la lívido?
-¡Toda! Con Eduardo somos una pareja intensa y muy fogosa. El embarazo te potencia o no. A nosotros nos potenció desde un lado sexual. Sentimos algo idílico. Es una mezcla de cosas porque hay una vida en el medio.
-Siempre me decías en otras notas que “Dios iba a decidir” y decidió.
-Tal cual. Y llegó con los proyectos de las casas, los míos en el trabajo y los de él. Cuando nos enteramos no lo podíamos creer. Tal es así que me hice seis pruebas, y él seguía sin creerlo. “No puede ser, a lo mejor hay una falla”, me decía. Fue ahí cuando me pidió que hagamos el beta-hCG (un análisis que detecta la presencia de la hormona beta-hCG en la sangre, que es producida por el embrión y pasa a la madre a través de la placenta), y aun así no creía. Estuvo resguardándome porque creía que el embarazo era frágil. Yo elegí tomármelo con naturalidad.
-¿Cuáles fueron sus primeras sensaciones? Ya que le toca ser padre desde otro lugar, en una edad madura en donde puede darse el tiempo de compartir más tiempo
-Son etapas distintas. Él esta plantado de otra forma en la vida. Hace tantos, pero tantos años que tuvo a su último hijo que lo vive como una primera vez. Se olvidó de todo. Lo está disfrutando mucho y aprendió. No se perdió ninguna ecografía, hicimos juntos los cursos de preparto. Cuando una persona es más joven no para y siempre está en busca de otros objetivos, y él ahora se encuentra más relajado para abocarse a su hija… aunque tiene mucho trabajo.
-¿Y vos como madre primeriza?
-Yo no parezco una madre primeriza. Lo estoy transitando de una forma muy natural. Siento como si supiera todo lo que voy a vivir, preparada y sin miedo para enfrentar el parto. Quizás hay un poco de inconciencia de mi parte porque soy una lanzada. Estamos a pocos días del parto y estoy confiada en el Universo y en Dios en que todo va a salir bien.
-¿Cómo te ves como mamá?
-Voy a ser dedicada, cariñosa y con el objetivo de darle la libertad de que sea lo que quiera ser. El amor, el tiempo y la diversión es lo mejor que le puedo dar, más que lo material.
-¿A Eduardo como lo imaginas?
-Por lo pronto, ahora está muy conectado con la panza. Le habla y Kahlo reacciona. Es increíble. A veces estoy hablando con él por teléfono y si estoy usando el altavoz siento que se mueve. Ya quiere hacer todo con ella. Su cabeza está llena de proyectos comunes. Hasta te digo que está un poco adelantado en el tiempo: ya piensa en los días en los que la va a llevar a hacer golf, kitesurf. Mientras tanto, piensa dejar de trabajar para estar más tiempo con ella. Algo inédito ya que trabaja de forma ininterrumpida desde los doce años.
-¿Es verdad que hiciste un estudio para conocer la genética de Kahlo?
-Si. dio que es como Eduardo en un 95,5 por ciento.
-¿Te dio algún tips en base a la experiencia de haber transitado siete veces por esta sicuación?
-(Risas) Yo pensaba que me iba a aportar un montón de cosas por la experiencia que tiene... ¡Pero no se acuerda de nada! Estamos como primerizos en todo.
-¿Tus padres como lo viven?
-Bien. Mi familia sabía de este deseo tan grande, así que lo medio que lo tenían asimilado, y cuando la noticia vino, la tomaron como algo normal. Los que lo vivimos a flor de piel somos Eduardo, sus nietos, bisnietos y hermanos. Todos están expectantes sobre lo que va a pasar, esperando que nazca para conocerla y visitarla.
-Veo que hay un mayor diálogo en ese plano de la familia.
-Si, súper bien. Nuestra familia es la primaria, compuesta por nosotros dos, y después vienen los hermanos de él, nietos, bisnietos y amigos.
-¿Cómo imaginas que se va a integrar Kahlo con sus siete hermanos?
-Creo que va a ser muy especial todo. Pensá que ella va a ser tía abuela de las bisnietas de Eduardo. Dentro de la imagen es raro, sumamente loco. Ya quiero ver esa foto. Va a ser una nena que va a traer mucha alegría, más allá de las cosas normales que se pueden generar en una familia en cuento a peleas o enojos. Ellos preguntan cómo estoy, tratan de estar presentes y eso es importante para mí.
-¿Kahlo vino a terminar de cerrar ciertas heridas familiares?
-No sé si definirlo de esa manera. Eduardo y yo estamos en otra etapa, no nos importa nada lo que pueda opinar alguien. No es que antes nos importaba, pero a medida que pasa el tiempo uno crece y está más fuerte. Cuando logras entrar en esa fase, lo demás se acomoda o no. No hay muchas vueltas.
El embarazo de Elina Costantini, una historia de superación
Kahlo va a tener una habitación en Nordelta, Palermo, Miami y Punta del Este en el marco de esta vida nómade que tienen los Costantini. “Ella va a nacer en nuestro país, y vamos a estar instalados en Argentina durante sus primeros meses de vida. Nosotros somos residentes uruguayos, pero vamos a hacer base en Argentina por un tiempo. Mientras esté todo bien, nos vamos a ir moviendo por el mundo. Esa dinámica nos encanta”, cuenta a Revista GENTE la futura mamá.
“En el piso de Palermo hicimos con Juan Solanas (hijo de Pino Solanas), un artista amigo nuestro, un armado de pantallas interactivas. Ella va a aprender hasta a hablar con esas pantallas porque le va a ir reproduciendo voces.
-¿Y qué cosas van a proyectar en sus primeros meses de vida?
-En las paredes colocó dos pantallas LED que llamamos “milagros” en donde van a verse imágenes que tienen que ver con el Cosmos, el Universo y la fuerza de la naturaleza. El concepto fue una decisión del artista y me encantó porque creo mucho en eso. En el techo hay otra pantalla proyector que llamamos “Constelaciones” y muestra imágenes reales del cielo, que fueron grabadas durante varias noches en Uruguay. Cómo Solanas es director de cine, agregó algunos detalles ficticios como caballitos para que a ella se le recree la imaginación. Pero es impactante cómo el video termina siendo tan real porque en esas grabaciones hasta aparecieron estrellas fugaces.
-Quien lee esta nota puede decir “tiene 4 habitaciones impersonales”, pero esto que me contas ya rompe con esa idea.
-Nosotros nos dedicamos a todos los detalles. Elegimos los muebles, los objetos, los juguetes… son cosas muy importantes como para dejarlas libradas al azar.
-¿Cómo se pusieron de acuerdo con el nombre?
-Fue simple. Eduardo tiene siete hijos así que le dije que el nombre lo iba a elegir yo. Yo soy super fanática de Frida Kahlo, y él también. Como la palabra Frida tiene una carga de sufrimiento, me quede con Kahlo que se puede adaptar a cualquier sexo. Me inspira fuerza, y valentía. Ella no había podido ser mamá porque perdió tres embarazos, y en algún punto me identifico porque me deja la constancia de que la vida sigue. Yo averigüe en donde la vamos a registrar y me dijeron que no hay limitaciones. A él mucho no le gustaba, pero después aceptó la idea y optó por Milagros como segundo nombre… porque realmente esto fue un milagro. Era casi imposible que yo pudiera quedar embarazada.
-Vos la sufriste.
-Si. Me hice muchos estudios porque soy joven. Fueron unos 36, y luego descubrí con mis médicos que tengo un tema genético que me generaba problemas a la hora de fecundar. Después me salía que era muy fértil, pero que la cantidad de óvulos era limitada. Eduardo en los estudios daba bárbaro… 99,8 o 98,7. Yo a Eduardo todo el tiempo le decía que íbamos a quedar embarazados. Y fue casualmente en México que me empecé a sentir mal. Pensé que era salmonella y el médico me dijo que la salmonella “tenía patitas y que la iba a llevar por nueve meses”.
-¿Para Kahlo hicieron un tratamiento?
-No, vino de forma natural.
-¿Cómo fue el trabajo interior que hiciste para prepararte para ser madre al poco tiempo de haber perdido un embarazo?
-Me apoyé mucho en mi analista y conectándome con la naturaleza. Todo se sana con la cabeza.
-¿En algún momento llegaste a perder la esperanza?
-Para nada. Tenía en claro que era una decisión de Dios y que iba a llegar cuando el lo determine. Cada una de las cosas que me tocaron transitar estuvieron guiadas por él. Soy una mujer de fe y le pedí a la Virgen de Guadalupe, a la de Fátima, y hasta a San Expedito poder ser madre.
-Pensando en el futuro, ¿ves a Kahlo como heredera de tu faceta de modelo?
-No lo sé. Refuerzo esto que te decía de que quiero que crezca en un ámbito de libertad en donde sus elecciones sean prioridad, pero desde ya te cuento que hay marcas que me ofrecieron hacer campañas de fotos cuando tenga aproximadamente seis meses. Una locura porque todavía ni nació.
La gran historia de amor de Elina Costantini y Eduardo Costantini
“Siempre estoy proponiéndole aventuras para vivir la vida porque es corta y hay que pasarla intensamente”, afirma la modelo sobre la premisa que los invade a la hora de encarar la historia de amor que comenzó en 2019. A pesar de las cuatro décadas de edad que los separan, ambos lograron forjar un intenso vínculo que perduró a lo largo del tiempo.
La pareja se conoció por casualidad una tarde de lluvia, cuando mendocina ingresó al café del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Ella se encontraba muy concentrada en su merienda cuando alguien irrumpió en escena y quedó flechada.
Eduardo se acercó a Elina y, luego de una dulce charla que se prolongó por horas, decidieron quedar para verse otro día y continuar con sus pláticas para seguir conociendo. Todo fue tan frenético que, el 22 de febrero de 2020, poco antes del comienzo de la pandemia, se casaron en el marco de una ceremonia íntima de la que formaron parte unas 50 personas. La gran fiesta aún sigue pendiente.
“Nuestra relación está basada en el respeto y la confianza. La sociedad no ve bien que te cases con un hombre grande, pero es algo que viene desde hace años cuando las mujeres se casaban con hombres mayores. Nosotros nos acompañamos, respetamos los tiempos de cada uno y somos fuertes frente a todo lo que nos pasó. Luchamos contra viento y marea por nuestra relación”, afirma ella.
Y él, define: “Elina es un crisol de colores con su inteligencia y belleza. El amor es una energía inexplicable que te invade en milésimas de segundos. En el primer momento que la vi dije que era un milagro”.
-¿Qué es lo mejor que tiene Eduardo?
-Muchas cosas: es un hombre brillante que nunca para. Tiene un proyecto y siempre quiere superarse e ir por más. Es una persona muy generosa.
-¿Lo peor?
-La falta de paciencia (risas).
-¿Cuáles son los condimentos de tu personalidad que suman a la relación?
-Que soy una persona que se adapta a todo, que puede vivir en cualquier país y que le pone mucho humor a las cosas, algo que está bueno. Aunque tengo como contra la ansiedad.
-¿Son de estar muy pegados o logran tener espacios de independencia?
-Yo suelo pasar tiempo con amigos o en soledad, nos encanta tener espacios propios. Él, por ejemplo, hoy estuvo acá en casa y mientras estamos haciendo esta producción salió un rato para jugar al golf.
-Entre tanto momento lindo, ¿Hay discusiones?
-Ahora no. Los dos somos personas impulsivas y aprendimos a salir de esas situaciones charlando entre nosotros.
A la espera de la mudanza
“Los recibo para hacer esta producción en medio de la obra”, cuenta entre risas. El olor a pintura se siente en los pasillos de la propiedad ubicada en el barrio que el empresario creó en zona norte. Las tareas van a contrarreloj y se duplican con las que se están llevando a cabo en el piso de Barrio Parque para que todo quede a punto con el objetivo de recibir a la beba.
Pero, mientras tanto, el foco de ambos está puesto en José Ignacio ya que esa será la residencia oficial de los tres. “Estimamos que en septiembre u octubre vamos a viajar para instalarnos en Uruguay y para fines de este año tendremos terminada Nuestro Amor II, que termina siendo la primera casa que armamos desde cero juntos”, detalla.
“Si bien yo le fui poniendo mi impronta a las propiedades porque Eduardo me dio vía libre para redecorar, este proyecto es especial porque lo pensamos en pareja. Se trata de una construcción que siempre ideamos de forma en que los ambientes estén integrados, incluyendo a nuestros hijos, para que a la vez todo sea funcional a él o a ellos”, dice.
La casona está emplazada a pocos metros de donde se encuentran depositados los restos de José Ignacio, el español que fundó ese balneario uruguayo situado en el municipio de Garzón del departamento de Maldonado, hoy uno de los epicentros que reúne al jet set rioplatense y sudamericano. Obviamente cuenta con vista al mar y amplios espacios al aire libre que terminan de generar un broche de oro al concepto de edificación sustentable que eligieron.
Ping pong con Elina Costantini
Fotos: Chris Beliera
Retoque: Darío Alvarellos
Edición de video: Candela Petech
Maquilló y peinó: Martin Blanco @martin.blanco.makeup
Elina Costantini usó diseños de Carolina Herrera, Javier Saiach y Ménage à Trois.
