Una vez más, la Fórmula 1 vuelve a captar la atención de los argentinos: esta vez con la biopic de Ayrton Senna, la leyenda del automovilismo brasileño, que ya es todo un éxito global en Netflix.
¿Pero por qué la serie tiene tanta relevancia para el automovilismo argentino y cuál es la trama secreta detrás del rodaje de Senna que marcará para siempre a los aficionados nacionales?
Bajo ese marco, revista GENTE conversó con Luciano Crespi, hijo de un pionero en la construcción de autos de carrera en Argentina y miembro activo de Crespi Competición, la fábrica familiar que marcó un hito en el país tras sus 22 réplicas de modelos clásicos de los 80 y 90 de la F.1
Los Crespi: la familia argentina que fue clave para el desarrollo de “Senna”
Además de que el rodaje de Senna se llevó a cabo en su gran mayoría en Argentina, compartiendo locación con Brasil, Uruguay e Irlanda, la realidad es que detrás del ambicioso proyecto se encuentra un negocio familiar argentino que fue clave para crear la mística de la exitosa bioserie de Ayrton Senna.
Estamos hablando de Crespi Competición, una importante fábrica de autos de carrera pionera en el país, que se destaca a nivel mundial por su "handmade work" (trabajo artesanal).
“Somos de las pocas fábricas del mundo que desarrolla "concept cars", y este tipo de oportunidades nos pone en un lugar en el mapa que es muy importante. Sobre todo porque estamos radicados en la tierra de Juan Manuel Fangio, donde conecta el automovilismo histórico con lo artesanal, el respeto que había entre Senna y Fangio”, explicó Luciano la relevancia de la serie para el automovilismo argentino.
Y comentó jocosamente sobre este hito que quedará en la historia de Balcarce: “Si me preguntás, para mí, fue todo digitado desde arriba entre Fangio y Senna”.
Tulio Crespi, un pionero y marca registrada en el automovilismo argentino
Pero no podemos hablar de este negocio familiar sin antes reparar en Tulio Crespi, uno de los constructores de autos de carrera más destacados de Argentina, creador de la mayor cantidad de autos de monopostos que compitieron en la historia del país, fabricando más de dos mil ejemplares en lo que va de carrera.
Hoy con Senna vuelve a marcar un hito en la historia del automovilismo argentino, luego de aquel 1975, año en el que llevó la Tulia y la Tulieta al reconocido Salón de París, ocupando el stand que tenía reservado uno de los equipos más importantes de la F.1, Lotus, que luego el propio Juan Manuel Fangio visitó.
Así la fábrica de autos del constructor de 86 años, que se mudó en el 86 a Balcarce a pedido de Fangio, vuelve a captar la atención internacional con las 22 réplicas de autos de carrera de la Fórmula 1 de los 80' y 90' que hizo en conjunto con sus 3 hijos: Luciano, Sandro y Matías.
“La propuesta reunió a la familia nuevamente en un proyecto en un momento en la que estábamos bien separados por cuestiones de necesidad y de búsqueda personales”, comenta Luciano Crespi a revista GENTE, quien fue el intermediario de la producción de Senna con Crespi Competición a la hora de aceptar el trato.
Sobre el ambicioso proyecto que el negocio de su familia se puso al hombro, Luciano detalló que estuvieron 2 años fabricando los modelos, 6 meses probándolos y otros 6 meses de rodaje.
Y destacó: “Armamos un buen equipo técnico de artesanos de la construcción de autos, toda gente local de Balcarce, para el desarrollo de estos autos”.
Tras ser consultado por lo más difícil de la realización del proyecto, Luciano no dudó en señalar la carrera contra el tiempo: “En cuanto a la fabricación lo más difícil era manejar el volumen de cantidad de autos que veníamos haciendo en simultáneo”.
Continúa: “Habían autos más simples y más complejos. Empezamos con los más simples, que fueron los Fórmula Ford de 1981, y el último auto que dejamos para el desarrollo final con toda la experiencia recorrida fue el Williams de 1994, que era el auto más chiquito, pero a la vez el más complejo porque no era fácil meter toda la mecánica ahí adentro”.
Dónde están y qué va a pasar con las 22 réplicas de “Senna”
Además de la vertiginosa y movilizante historia de Ayrton Senna, la serie destaca por la gran representación de aquellos años de la F.1 y sus increíbles autos de carrera, “los diseños más lindos en su haber”, según Luciano.
En ese sentido, tras ser consultado por su paradero, Luciano contó: “Esos autos son todos nuestros, están guardados en la fábrica. Los tenemos puestos en salones de exhibición donde algunas personas ya pueden venir a verlos”.
En cuanto al destino final de estas réplicas señala: “Le vamos a dar el destino que junto con la Fundación Senna decidamos hacer. Vamos a tomar la decisión en conjunto para ver qué hacer con ellos, si algunos van para Brasil y otros se quedan acá, tenemos que definirlo”.
El modelo de negocio que surge de “Senna” que podría impactar en el automovilismo argentino
“En todo este año desde que dejamos de grabar y el lanzamiento, armamos una unidad de negocio nueva en la empresa, Crespi Fórmula Concept, que se dedicará a fabricar autos de época inspirados en los grandes clásicos del Fórmula1”, sostuvo Crespi.
Y agregó sobre quizás el momento donde nació la idea: “La primera vez que probamos los autos que hicimos para la serie, después de dar unas vueltas, le dije a mi hermano: ‘Matu ni bien podamos nos hacemos un par con potencia para jugar porque esto es alucinante’”.
Sobre esa línea, Luciano comentó que dicha experiencia ya es viable para cualquier aficionado del automovilismo en el país: “Hace poco lanzamos el primer auto de esta línea, que consiste en estos autos de colección profesionales: unos clásicos hechos al mejor nivel, con los mejores proveedores de la Argentina, con una potencia de 250-300 caballos. Es un producto divino para manejar y coleccionar”.
Tras ser consultado por la comercialización de estos autos, Luciano reveló que ya hay modelos vendidos: “Ya vendimos algunos. Lo loco de esto es que las personas que los compran vienen como a comprar un juguete que te llevan a un nivel profesional de conducción”.
Tomando en cuenta que el automovilismo es uno de los deportes más costosos, sin hablar de los autos de carrera de la F.1, Crespi menciona que el precio dependerá mucho del modelo y el equipamiento con el que cuente, y aunque no quiso revelar un precio estimativo, deja ver que no será un gusto que todos puedan hacerse.
Cómo podrían impactar estos autos en el automovilismo argentino
Ahora bien, si la experiencia de estos autos es semejante a la de un nivel de conducción profesional, Luciano contesta la pregunta que muchos se habrán hecho: ¿No podrían servir para competir?
“Pueden servir obviamente para un campeonato argentino de tipo Súper Fórmula, una Fórmula 1 argentina tranquilamente”, comentó el expiloto. Y explicó: “El auto no lo diferencias con un auto europea de ese nivel, es lo mismo. La construcción de estos autos está pensada en que todo lo que puedas tener en un auto moderno lo tengas en estos autos de diseño clásico. Lo lindo de esto es claramente tener la libertad de diseño”.
En cuanto a los posibles campeonatos nacionales que ya ilusiona a los fanáticos del automovilismo, Luciano aseguró a revista GENTE: “Si uno vuelca todo esto a un campeonato nacional, perfectamente podríamos tener un campeonato de muy alto nivel. Podría ser un campeonato para estos autos clásicos, o con esta misma tecnología que usamos, ponerlo en el desarrollo de un modelo moderno, con las últimas reglas de seguridad como para estar dentro de normas internacionales”.
Tras ser consultado por este tipo de campeonatos, que se podrían comparar con la calidad de los de la Fórmula 1, Crespi aclaró: “Convengamos que F.1 hay sólo una. No me animaría a tanto paralelismo”.
Sobre cómo conseguir estos autos, y su comercialización, Luciano dio detalles clave: “Para este 2025 vamos a entregar 6 autos a lo largo del año. Nuestra producción es pequeña y personalizada, y es también un poco nuestra idea, hacer producciones muy exclusivas. Estas primeras unidades vamos a venderlas únicamente en Argentina porque queremos tener control de los autos y lo que podamos hacer en pista junto con ellos”.
Si bien Crespi Competición ya recibió pedidos de Italia, Brasil y Estados Unidos, Luciano destacó una filosofía sólida que tiene su familia: “El europeo está acostumbrado a ver estos autos, el argentino no, y tiene una necesidad enorme de poder tener algo similar a eso, por eso nos gusta que los primeros autos queden en el país, porque me parece una linda manera de poder compartir con los aficionados, y la posibilidad de tener autos de colección profesional de ese nivel. Y si nosotros nos enfocamos en hacer entregas a otras partes del mundo, no le devolvemos nada al público argentino”
Fotos: Cortesía Luciano Crespi