Juana Viale íntima e hilarante: el día que quedó a cargo de los míticos Almuerzos, cuando se cortó el pelo en altamar y cómo perdió el miedo a conducir en la pandemia – GENTE Online
 

Juana Viale íntima e hilarante: el día que quedó a cargo de los míticos Almuerzos, cuando se cortó el pelo en altamar y cómo perdió el miedo a conducir en la pandemia

Juana Viale en el estreno de su programa
En un imperdible ping pong del que participa Dennis Smith, quien acaba de dirigirla en Virgen rosa, la nieta de Mirtha Legrand cuenta a Revista GENTE anécdotas desconocidas de su vida, revela un proyecto que le gustaría concretar y habla de su relación con el miedo.
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Juana Viale no se define como una persona miedosa. Según dice, no es una emoción que la mueva. Sin embargo tiempo atrás hubo un desafío inesperado que la sacaría de su zona de confort: reemplazar a su abuela Mirtha Legrand en los míticos Almuerzos.

En diálogo con Revista GENTE, Juana cuenta sus aventuras por el Atlántico y revela uno de los momentos en que el miedo la paralizó por unos segundos. "Le pedí a mi hermano que llamara a una ambulancia", confiesa sobre el primer programa al que le puso el cuerpo en la pandemia.

"Sentía que me iba a morir. Mi hermano me decía: `Sí, sí´. `Y Con ustedes Juana Viale, 1, 2... 3`. Mi hermano me hizo el empujoncito y arranqué", recuerda sobre ese momento.

Juana Viale y su postura ante el miedo: no me paraliza

Sentada en uno de los cines del Centro Cultural San Martín, la actriz que está promocionando Virgen rosa, la ópera prima de Dennis Smith que protagoniza junto a Agustín Sullivan y Carolina Kopelioff, se deja llevar por la charla y, de a poco, va deslizando algunas anécdotas.

Cuenta, entre otras cosas, el motivo por el que se cortó el pelo en medio del viaje con su novio el regatista olímpico Yago Lange, y lo hace en un ping pong del que también participa el realizador con el que tiene una conexión llena de risas.

-Hay algo de los desafíos que te mueve, como eso de sumergirte en una aventura por el Atlántico (hizo un viaje ecológico de más de un mes junto a Lange).

Dennis: Hermoso, te cortaste el pelo después de eso.

Juana: Ahí me lo corté.

Dennis: ¿Y por qué?

Juana: Por que, qué voy a hacer, al día 15 era un desastre.

Dennis: Todo el océano contaminado porque tenías el pelo muy largo...

Juana: Un nido de carancho. Ni siquiera se hicieron rastas, era como una cola de castor.

-¿No te dio miedo estar en el medio del mar?

-No, otras cosas mucho más interesantes que el miedo... Como la calma, lo inmenso, la nimiedad, los imponderables, las convivencias, lo humano, el universo. No sé, el infinito, lo finito.

Juana y su travesía en el océano Atlántico.

-Un viaje existencial.

Juana: No sé, muchas más preguntas que el miedo, a mí el miedo no me llena.

-¿No sos una persona miedosa?

Juana: Tengo miedo, pero no me detiene, no me llena.

Dennis: No te toma.

Juana: No. Sin juicios, es lo que me pasa a mí. Tengo personas muy cercanas que son muy miedosas y me intrigan sus miedos porque es como "Faaa. Qué misterio el miedo, ¿no?".

Dennis: Sí... Yo he sido muy miedoso. Soy muy de pensar en lo químico. El miedo es consecuencia de los desbalances químicos, y como estamos sometidos a una cantidad de estrés y a una cantidad de ansiedad, eso debilita el sistema nervioso y te entra la depresión o miedo...

-La famosa ansiedad.

Dennis: O sea que químicamente estás muy bien balanceada, Juana.

Juana: El otro día fui al médico chino y m dijo que no estaba enferma sino que tenía un desequilibrio nomás. Amé el desequilbrio.

Juana y su pareja, Yago Lange.

Dennis: Lo amé. Yo he sido muy miedoso mucho tiempo, pero en la profesión no.

Juana: ¿Pero miedo a qué?

Dennis: A las enfermedades.

Juana: ¿Cómo la pasaste en pandemia?

Dennis: Re bien, solo que una vez me intoxiqué haciendo pan casero, pero eso fue como lo peor.

Juana: Tengo amigos que, en la pandemia, el miedo los absorbió. Era peor que el virus.

Dennis: No... Yo cero. De hecho me fui en el medio de la pandemia a vivir en España. Me tomé el avión de repatriado, porque soy español de nacimiento entonces pude hacerlo.

Juana: Mirá la oportunidad que agarraste.

Dennis: ¿Sabés lo que me salió ese pasaje? Como ochenta millones de dólares.

Juana Viale y Dennis Smith coquetean con llevar un clásico al teatro

Además de charlar de forma fluida, Dennis y Juana coquetean con volver a trabajar juntos.

La pandemia no solo expatrió a Dennis sino que la puso a Juana Viale a conducir. Como su abuela estaba dentro de la población de riesgo, la nieta díscola asumió un papel al que le escapaba y no solo lo hizo sino que logró ganarse un lugar y conquistó a una nueva audiencia con su forma relajada de conducir.

-A vos la pandemia te puso a conducir.

Juana: Así es.

Dennis: ¿Pero vos ya habías conducido?

Juana: Una vez, cuando la abuela se había quebrado la tibia y el peroné.

Aunque ese desafío le generó bastante estrés y si bien ella dice que le gustan las cosas que la sacan de la zona de confort, los primeros Almuerzos lograron ponerla nerviosa.

Dennis: Ese día debe haber sido... Ahí te querías morir un poquito

Juana: Me quería morir. Y el día en que arranqué en pandemia a conducir también me quería morir. Ese día tuve miedo, le avisé a mi hermano que llame una ambulancia a la puerta.

Dennis: ¿Por las dudas?, ¿por si te desmayabas?

Juana: Porque sentía que me iba a morir.

Dennis: Ay, eso es pánico.

Juana se adueñó de los Almuerzos de su abuela.

Juana: Eso es miedo. Y mi hermano me dio un empujoncito.

Dennis: Lo lograste.

-¿Había algo de lo que significa el programa que te daba vértigo?

Juana: No sé, no lo medía así. Me daba miedo como... yo conduciendo ¿qué? No sé, me daba miedo.

-¿Porque no lo había hecho?

Juana: Claro, no sé, no lo había curtido.

Dennis: ¿Y ensayaron un poco?

Juana: No.

Dennis: Es que ese es el miedo, yo creo que cuando uno ensaya un poquito se acomoda.

-¿Quiénes fueron los primeros invitados?

Juana: No me acuerdo... un infectólogo.

Juana Viale arrancó haciendo un reemplazo por pandemia y terminó conquistando su propio lugar.

Dennis: Una víctima de Covid...

Juana: El señor Covid... No me acuerdo quiénes fueron, pobrecitos los que me padecieron.

-¿Y qué desafío te quedan pendientes?

Juana: Miles... ¿desafíos en la vida?

-¿Y laborales?

Juana: Todavía no lo sé, los que se presenten, los que desarrolle... Los que vengan van a ser desafíos, el que llegue va a ser un desafío seguro.

Dennis: PacaMambo.

Juana: Yo estoy grande.

Dennis: ¡Qué vas a estar grande!

Juana: ¿Vos decís que podré? Pacamambo tiene 15, chicos, ya sé que es algo que podemos recrear pero.

Dennis: Hay un perro parlanchín

Juana: Y la luna que baja. Qué lindo... ¿la hacemos?

Dennis: Hagámosla. Yo la quiero dirigir. Desde que te dirigí, soy fan.

En Virgen rosa Juana interpreta a Jose, la mayor de tres hermanos que tuvo que tuvo que hacerse grande para cuidar a los más chicos.

Juana: Voy a recuperar el contacto de Wajdi Mouawad. Es un iraní que se fue a vivir a Francia, no le dieron la nacionalidad, entonces se fue a Canadá. Escribió todas su obras en francés.

Dennis: Una obra muy poética. Es el autor de Incendios.

Juana: Sí, de Incendios, de Padre... Tiene una trilogía durísima pero divina. Querés hacer todo cuando lo leés. Pacamambo a mí me encanta porque es una visión de la muerte muy especial, muy bella.

Dennis: Ves la muerte, digo, ahora estoy bien, pero la muerte me ha dado miedo, mucho miedo.

Juana: ¿Ah sí? ¿de morirte? ¿o de enfrentarte a la muerte?

Dennis: No... De lo que viene después.

Juana: Para qué te preocupás por eso si tenés que vivir.

Dennis: Bueno, pero lo hago... Ahora ya no tanto, pero de adolescente también hubo una muerte medio traumática en mi familia. Una tía estaba viendo los Premios Martín Fierro, se fue a tender la cama en el corte y cuando volvió la trasmisión le gritaron: Lele, Lele" y nunca apareció... se había muerto.

Juana: ¿Y a quién le habían entregado el premio antes?

Dennis: Qué sé yo, pero nunca más quisieron ver los Martín Fierro en esa familia. Vinieron a mi casa y me avisaron y trajeron a mi prima Patita, pobrecita, estaba tipo consternada porque su abuela se había ido a tender la cama y al minuto estaba muerta. Hubo algo de eso que a mí me paniqueo, tenía 15 años, pero con los años lo fui ablandando.

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