El domingo pasado la localidad bonaerense de Coronel Vidal se conmocionó tras la muerte de Ernestina Trinidad Mora a sus 2 años de vida. En medio de la denuncia de su madre hacia el Hospital Municipal Eustaquio Aristizábal por mala praxis, se supo que la comunidad estaba atravesando un brote por leptospirosis en dicha ciudad.
En tanto desde la Municipalidad de Mar Chiquita, revelaron públicamente que el informe de la autopsia de la nena no tuvo vinculación con la enfermedad bacteriana que estaba circulando por la zona.
A su vez, Ramiro Anchou, el fiscal que interviene en el el caso, expresó al medio 0223: "La información que descarta de plano la leptospirosis del caso de Coronel Vidal no es así, porque faltan estudios complementarios. Hay que efectuar una anatomía histopatológica sobre las muestras para poder afirmarlo. No podemos ser categóricos: no se puede decir con certeza ni descartar, hasta tanto no se realicen estos exámenes complementarios".
Además, indicó a dicho medio local: "Los informes no van a tardar menos de 20 días hábiles y servirán para poder descartar la existencia de una enfermedad infecciosa o congénita, hay que esperar el resultado final de estos informes. La causa de la muerte fue por una isquemia intestinal pero falta saber el resultado de estos exámenes".
El duro relato de la mamá de Ernestina, la nena de 2 años que murió en Coronel Vidal
Tatiana Lescano, madre de Ernestina, brindó su desgarradora declaración sobre lo sucedido al medio 0223. Allí explicó cómo fueron los últimos días de vida de su hija y expresó su indignación por lo sucedido.
“El jueves 7 a la noche, mi bebé tuvo fiebre y vomitó. Como era tarde, nos quedamos en casa para ir al otro día. A la mañana nos despertamos y le dolía el estómago. Me dijo: 'mamá quiero ir al hospital’, y fuimos. Cuando llegamos, no estaba enterada de que era el Día del Empleado Municipal, estaba todo cerrado, no había pediatra", comenzó diciendo la mujer sobre los primeros síntomas de su hija.
En esta línea, continuó su relato: "La llevé por la guardia, me hicieron pasar y me atendió una doctora. Me preguntó qué tenía y le dije que levantó fiebre y se la baje con paños fríos. La senté y la doctora me dio un termómetro y me pidió: 'Medile la fiebre’. Tenía 35.5 ó 36, no recuerdo bien. Y me dijo: 'Andá y cada vez que le duele la panza, que tome 2.5 de ibuprofeno’. No la revisó, no le tocó la pancita, nada”.
“Estuvo bien el sábado, pero el domingo a la tarde se me cayó. Estaba despierta pero de la nada, me empezó a mirar mal y hablar cosas raras. Me asusté porque pensamos que deliraba. La metí en el agua y empezó a temblar. Llovía mucho, tipo 8 de la noche, y cuando estábamos en la última tranquera, vomita por última vez, hacía un ruido extraño, se quejaba. Yo le decía que ya se iba a poner bien y de repente la camioneta se encajó en el barro. Mi marido fue a buscar un tractor en medio de la lluvia. En ese trayecto, cuando volvió, creo que ya la tenía fallecida en mis brazos”, explicó con dolor.
La fuertísima indignación de la madre de Ernestina se dio cuando se enteró que en el barrio Olga Albarracín en el que vivían habían detectado recientemente 20 casos de perros con leptospirosis. “Ella tuvo vómitos, diarrea con sangre, los mismos síntomas. En ningún momento vi que estaban vacunando perros, como dijeron", cerró.