Luca Martin es todo un as en hacer caras y divertirse posando. Aunque, según cuenta, nunca terminó de estar amigado consigo mismo. El tema de su peso ha sido y sigue siendo algo que no puede controlar y que por momentos lo angustia. Parte del hate que recibe se relaciona con su peso, algo sorpresivo para los tiempos en que vivimos.
"Tuve muchas épocas en las que hice mucho ejercicio y quedé un poco asqueado. Me di cuenta de que hay algo raro, capaz con todos es así o yo estoy hablando para darme una excusa a mí mismo, pero me pasaba que perdía más peso cuando menos lo pensaba, cuando menos me enfocaba en perder peso", dice a Revista GENTE el hijo de Matías Martin y Nancy Dupláa.
Y suma: "El último ejemplo más cercano es de hace un par de meses que me fui a Madrid. Caminé de acá para allá a todos lados. No me tomé un solo auto... Uno dice: `Vas a Madrid, comés de todo´. Comí normal, comí bajito, no comí mucho... Y caminé tanto que había perdido como cinco o seis kilos. Volví y a las dos semanas los gané".
Luca asegura que si bien ha hecho un camino de aceptación, muchas veces los señalamientos le llegan. "Cuando era chico le dije a mi vieja: `Che, quiero bajar de peso´ y ella me dijo: `Bueno, podemos ir a un nutricionista y todo eso, y un personal trainer´. Tuve un personal trainer que por 2 o 3 años me hinchó los huevos y no perdía peso... como que bajaba un poco, subía de vuelta. Bajaba, subía, bajaba, subía, no mejoraba nada. Ahora estoy donde estoy, lo dejé. O sea, probablemente vuelva en un momento, pero no es ahora", cuenta.
Y explica: "Siempre fue un tema el peso en el plan de `no quiero pasar una línea´. Hay una diferencia entre ser gordo y ser obeso. La gente igual en las redes o la gente ignorante siempre va a decir que cualquier persona que tenga sobrepeso es obesa. Eso, obviamente, es incorrecto, pero yo siempre jugué entre esa línea".
Además cuenta que ese fue uno de los únicos momentos en que su madre fue estricta. "Yo le había dicho: `Che no Estoy cómodo´. Si tu hijo te dice que no está cómodo con su peso, ¿cómo no te vas a poner estricta?", dice.
Luca Martin y cómo enfrenta las críticas
Más allá de ser "un experto en bloquear gente" y, si bien el taurino asegura que nunca sufrió bullying en el colegio y que más allá de algunos desencuentros conserva amigos de toda la vida, no es ajeno a las críticas y al hate que a veces recibe.
"Hubo meses o semanas, años, en los que... estuve... en la pandemia, por ejemplo, que he estado gordísimo y después perdés un poco de peso. Y lo más sorprendente es que cuánto más pensás que perdiste peso es cuando más te bardean, te dicen: `Che, qué gordo´. `Uy, boludo, justo ahora que estoy divino´", cuenta.
Sobre cómo se ve ahora describe: "No estoy muy bien tampoco, pero creo que eso es lo más fundamental de mi peso, que no lo pienso tanto como algo que tengo que cambiar. Lo pienso más como algo que algún día aprenderé a amaestrar".
Y suma: "Tengo que dejar de subir y bajar y algún día aprenderé a llegar a una línea en donde supongo que tendré un poco de sobrepeso, pero no seré gordo. Espero".
Con respecto a la mirada del otro, Luca explica: A mí me importa un comino la opinión del otro en ese sentido. A ver, soy una persona que trabaja en los medios. Me gusta hacer música. Me gusta hacer cine. Me encanta hablar de cualquier cosa que puedo pensar, obvio que me importa la opinión de los otros. Pero la verdad no me importa la opinión de los otros sobre algo que para mí es tan banal como mi cuerpo. Yo me mal flasheo más con las apariencias de mi cara. Si alguien dice algo de mis ojos, de mi nariz, de mi boca... Cosas que decís de eso, en serio, no tengo control".
Y concluye: "Si te dicen algo sobre tu peso, decís: `Sí, obvio, ya sé que tengo sobrepeso, lo quiero perder´. Y al mismo tiempo digo: `Pero no lo pierdo porque no quiero perderlo´. Es una gran contradicción".
Luca Martin y qué superpoder elegiría
"Tengo una colección de cómics, no tan grande como quisiera, me faltan muchas cosas que me encantaría tener y no tengo", cuenta.
Y suma: "De muy pendejo, me encantaban las pelis de superhéroes, era muy fácil hacer la transición. A parte recuerdo muy bien a mi viejo regalándome muchos... y mi mamá era de leerme en la cama cuando me iba a dormir. Y no me acuerdo cuándo fue que los empecé a leer solo. Es un muy buen primer paso, yo digo que hoy en día no leería si no hubiera leído cómics de chiquito y si un profesor de lengua en la secundaria no me hubiera reprobado una prueba del Hobbit. `Hermano, es un libro chiquito, terminalo y hace la prueba´". Y lo tuve que terminar y dije: `Che, está bueno leer´. Los profesores son muy importantes".
-¿Cuál fue tu primer tatuaje?
-Empezó con Marvel, tendría 17 yo y me acompañó mi mamá. Me dijo: ´Che, yo me quiero volver a tatuar y si vos querés... vamos juntos´. No me acuerdo si se tatuó o fue para acompañarme. Hicimos el de Spiderman y estuvo muy divertido.
-¿Se empieza con Spiderman?
-Yo creo que sí, la mayoría de la gente es Spiderman o Batman o Hulk, viste cuando sos chiquito no lo racionalizás mucho. Decís: "Che, qué divertido hacer x o hacer y, o tener un poder" y listo te divertís con eso. Yo siempre me relacioné con Spiderman porque me gustaba que era un pibe, estaba en la secundaría. Me gustaba porque decía: "Uh, a mí me puede pasar mañana". "Mañana puedo estar en la calle, me pica una araña y puedo hacer lo que quiero". No pasa con Batman, decís: "No no quiero que maten a mis padres y heredar su fortuna, entrenar en la montaña, con murciélagos" y Hulk, tampoco.
-¿Qúe súperpoder elegirías?
-¿Sabés que lo pienso todos los días? Todos los días lo cambio, pero me gusta la telequinesis, mover las cosas con la mente... A parte de porqué soy muy pajero y me gustaría estar ahí sentado y pasarme lo que necesito pero... más que nada hay una película que se llama Poder sin límite, en la que los flacos tienen telequinesis y aprenden a volar. Te levantás a vos mismo, eso me divirtió muchísimo. Quisiera volar, nomás para ponerme música y volar todo el día. Ir flotando, ir muy alto y caer con una canción energética o nomás flotar pacíficamente. Es una re fantasía. Yo estoy todo el tiempo fantaseando, tengo un déficit de atención muy grande.