“Estoy feliz. Por fin encuentro la tranquilidad entre el amor, el trabajo y mis hijos”. Una frase contundente con la que Carolina Baldini (50) define su presente. después de años en el que se alejó de todo, la ex mujer de Diego Simeone (54) dice estar “plena” y abocada a proyectos como Buenos Aires Denim, su marca de indumentaria, a la que le pudo dar forma luego de tocar fondo tras sortear la soledad y el nido vacío en medio de la pandemia de coronavirus.
“Siempre me mantuve con un bajo perfil. Soy celosa de mi entorno y no me gusta mostrarme mucho porque, aunque no lo parezca, soy tímida. Si me tengo que definir, antes que nada, soy mamá. Siempre quise serlo desde chica, nunca lo padecí y siento que es algo que llevo de forma innata. Veo a mis hijos como mamá, en el trabajo venimos creciendo y encontré una persona que me dio estabilidad”, afirma a Revista GENTE al hacer una pincelada de los aspectos que hoy la mantienen vital.
La modelo y empresaria recibe a este medio en la intimidad de su hogar de Nordelta, testigo de sus épocas más felices y también de las más duras. Se puede decir que ayer integró una de las primeras camadas de botineras en Argentina, y el fútbol va a seguir a su lado por siempre ya que Giovanni, Gianluca y Giuliano decidieron seguir los pasos profesionales por parte paterna.
-¿Te costó entender la decisión que tomaron al irse a buscar un futuro lejos de Argentina?
-Como madre uno quiere que sus hijos avancen, pero me afectó la lejanía. Yo conocí a Diego con 18 años, a los 21 fui mamá y a los 40 me quedé sola en casa. Nido vacío en absoluto. Sin pareja y sin mis hijos porque se fueron a Europa. Lloré, me sentí mal y hasta buscaba en internet cómo hacer para no estar sola. Tuve que hacer terapia. La palabra “sola” era horrible para mí, pero entendí que uno nunca está solo y siempre se encuentra acompañado por uno mismo. Cuando lográs ese punto en el que te sentís feliz con tu propia compañía, es lo máximo. Por eso me volqué a la indumentaria, para tirar ahí toda mi creatividad como mujer. Eso me cambió.
-Pero, a pesar de todo, los apoyaste.
-Nunca le cortaría las alas a ninguno de ellos. El día que mi ex me llamó para decirme que había posibilidades de que el más chico se fuera al Atlético Madrid con 16 años casi me muero. Yo en principio acepté, pero entre ese llamado y el momento en el que se fue pasó un mes. Sucedió muy rápido todo. Pero bueno, un padre tiene que educar para que el día de mañana, cuando no estemos, puedan desarrollarse por sí solos. Controlo y doy libertad. Tengo que enseñarles que sepan qué hacer el día que no estemos.
-¿Evaluaste en algún momento instalarte definitivamente en Europa?
-Por ahora estoy viviendo entre Argentina, España e Italia. Lo evalué. Creo que cuando sea abuela ya me iré definitivamente a Europa porque no soportaría estar viviendo lejos de mis nietos.
-¿Cómo sos como suegra?
-Según mis nueras, lo más (risas). Soy cero celosa de mis hijos. Con ellos llevo una relación muy linda de mamá-amiga porque los tuve de jóvenes. Si yo veo en una mujer que lo cuida, está al lado, es compañera… listo.
-¿La distancia ayudó a ser menos celosa?
-Creo que no cambió nada. Siempre tuve una relación buena, a pesar de ser estricta. Tanto Diego como yo nos alineamos en su educación. Aún así, estando separados y sin hablarnos entre nosotros, los chicos nos cuentan que opinamos lo mismo sobre determinados temas. Confiamos en cómo los educamos, y siempre terminan eligiendo parejas buenas. Cuando se ponen intensos, a veces hasta me pongo del lado de mis nueras, y le enseño cómo hay que cuidar a una mujer y ser caballeros. Eso las chicas lo ven y me aman. Para mí ellas son como segundas hijas.
-Rompés el mito.
-(Risas) No sé por qué tenemos esa fama. Dejemos de competir entre mujeres. No hay nada peor que ser celosas entre nosotras. El día que dejemos de competir, dominaremos el mundo. Con Giulia, Irene y Eva Bargiela nos llevamos súper bien.
-Con Eva hicieron una campaña juntas
-Sí. Antes le pregunté a Giani si estaba de acuerdo y ella aceptó enseguida. Andaba súper contenta, feliz de que sea parte del mundo BAD.
-¿Cómo la recibieron en la familia?
-Muy bien. Yo no la conocía personalmente y un montón de gente me dijo que era divina. Es una chica sencilla y creo que a Gianluca le va a hacer muy bien.
El amor, después del amor
Sin querer, hace dos años y medio, la decisión de volver a apostar al amor se dio naturalmente. Llegó Pablo Pereyra (47) tras una relación tóxica que la marcó durante un tiempo y de la que le costó recuperarse. “Encontrar un hombre que de diez patos tenga nueve alineados es un montón... toco el cielo con las manos”, dice muy enamorada a GENTE.
“Cuando lo conocí a Pablo estaba plena. Había transitado una relación tóxica con otra persona y en ese momento, tras superarlo, me sentía muy bien y equilibrada. No buscaba a nadie. Mi amiga Karina Bernard hace travesías en moto y me invitó a sumarme a una en Noruega. Yo me fui a un grupo. No sabía ni quiénes estaban. Sí, te confieso, antes fui chusmeando a los varones por las fotos de WhatsApp. Pero no vi nada que me interesara”, recuerda entre risas.
-¿Y qué pasó cuando se cruzaron personalmente con Pablo?
-Fue amor a primera vista. No te lo puedo explicar. Nunca más nos separamos. Le pregunté dónde vivía, y resulta que su casa estaba a 500 metros de la mía. Vivíamos en el mismo barrio y nos terminamos conociendo en Noruega. ¿Podés creerlo?
-¿Otras coincidencias?
-A lo largo de los últimos diez años estuvimos tres veces en distintos países el mismo día y en el mismo lugar sin conocernos: en Londres, en Estados Unidos y acá, en el gimnasio.
-¿Creés en que este amor pudo haber sido una obra del destino?
-Sí. Ni hablar. Es loco que pase esto.
-Se conocieron en un contexto que no era romántico, ¿Hubo primera cita en Noruega?
-En el viaje no dio avanzar. Él se volvió a Argentina y yo a Ibiza porque uno de mis hijos vivía ahí. Seguimos en contacto a lo largo de un mes a través de mensajes. Mis amigas españolas me decían que parecía una ‘niñata’, por lo enamorada. Cuando regresé al país fuimos a cenar: podríamos decir que ésa, formalmente, fue la primera cita.
-¿Cómo es la relación que tienen?
-Equilibrada. Él entiende mi mundo y yo el de él. Es piloto y muchas veces no está en fechas importantes, pero tenemos la suerte de viajar y nos encontramos en cualquier parte del mundo, porque hay ganas y amor. A veces nos cruzamos en México o en Irlanda, pero nunca pasa más de un mes sin vernos. Es un tetris que se va uniendo. Mis hijos lo conocen y están encantados con él. Lo mismo yo.
-¿De qué forma podés definir su personalidad?
-Acciona como un cable a tierra en mi vida. Destaco su templanza, su tranquilidad… Creo que es propio de su trabajo. Claro, está entrenado para mantener una mente fría y pensar qué hacer ante cualquier inconveniente que surja en el avión. En estos dos años y medio él subió un poco su energía y yo bajé la mía, encontrando un punto en medio que nos queda muy bien.
-¿Hace cuánto conviven?
-Desde el año pasado. Tenemos nuestros espacios, la pasamos lindo.
-¿Familia ensamblada?
-Sí. Tiene tres hijos como yo y nos conocemos todos. Parece que estamos juntos desde hace un montón, pero vamos de a poco porque recién pasaron dos años y medio.
-¿Te volverías a casar?
-Capaz que en la próxima nota que me hagas te estoy anunciando que me caso… pero ahora no sé.
-¿Qué te hace dudar?
-Son miedos que me tendría que sacar. Yo pienso que el casamiento es para toda la vida. En un momento padecí haberme separado y tengo miedo de que, si me caso, me vuelva a suceder.
-¿Quedaron heridas por sanar de esa separación de Diego?
-A lo mejor sí. Las cosas con Diego las tengo sanadas, pero aún me duele haberme separado. Fue en buenos términos, y así y todo me golpeó un montón. No es que estoy agarrada a eso, pero me acuerdo el momento en el que le dije a mis hijos que nos separábamos. Lo superé, sin embargo si lo hablamos me duele, y no quiero volver a pasar por lo mismo. Con Pablo nos queremos y amamos todos los días, pero no sé si me volvería a casar. Nunca digas nunca, algún día. El papel tampoco es que cambia mucho y convivir es un gran paso.
-¿Él quiere?
-Sí… igual no me dijo nada. Estamos hace poco tiempo como para conocer del todo a una persona. Con la inmediatez que vivimos hoy, igualmente, es un montón.
-Recién hablaste de una relación tóxica, ¿qué podés contarnos de ella?
-Salí unos años con una persona que no me hizo bien, pero logré salir. Fue una situación de maltrato psicológico. Agradezco todo eso que viví porque me hizo ser la mujer de hoy. Dentro de lo malo de cada persona, hay que tomar lo bueno.
-Pienso en dos hechos muy contundentes: una relación de veinte años y la siguiente, una mala experiencia que definís como tóxica ¿Cómo le abriste de nuevo las puertas al amor?
-Estuve casada desde chica. Cuando me divorcié salí al mundo de vuelta y me encontré con un zoológico. Muchas veces me choqué con la pared porque soy de confiar. Cuando me topé con esa persona venía de un momento de carencia afectiva, y cuando no estás bien atraés a gente de la misma vibración. Agradezco a todas las personas que pasaron por mi vida, que no fueron muchos. Cuando hacés todo el proceso, estás nuevamente lista. Aunque te repito que Pablo llegó en un momento en el que no estaba buscando nada en especial.
Carolina Baldini habla de Diego Simeone, su exmarido
Si bien pasó mucha agua bajo el puente, la separación entre ambos fue tema nacional. Sin embargo en su momento ella decidió correrse de todo. Hubo tiempos en donde su vida fue un verdadero enigma para los medios.
-¿Te molesta el apodo de ‘La Chola’?
-No (risas). Diego fue parte de mi vida, una de las personas más importantes, el padre de mis hijos. Lo quiero un montón y siempre voy a estar ligada a él y al fútbol porque tengo tres hijos que siguieron sus pasos.
-¿Cómo está tu vínculo con él hoy?
-Lo justo y necesario. No nos hablamos mucho porque los chicos son grandes.
-¿Y con Carla Pereyra, su novia?
-(Se hace un silencio) En la respuesta escribí la palabra "risas".
-¿Cómo te pegó que él esté con una mujer veinte años más chica que vos?
-No me impactó para nada. Yo creo que el amor no tiene edad. Uno se enamora del alma de la persona, sea más chica o grande.
-¿Te arrepentís de algo?
-No. Ni de haberme separado. Si lo mismo que me pasó a mí le hubiera pasado a uno de mis hijos, le diría que se separe y sea feliz. Hice las cosas de la mejor manera que pude. Me costó saldarlo, pero ya me perdoné.
-¿Cuáles eran esos errores de los que te culpas?
-De cómo se manejaron ciertas cosas con Diego a lo largo de la separación. Hice lo que pude, te lo repito, y él también. Me costó mucho perdonarme… ¡Años!
-Te alejaste de todo.
-Más de diez años. Todo este tiempo estuve evolucionando y aprendiendo.
-Hace un tiempo se estrenó la serie de Diego y hubo una omisión de tu figura a pesar de las dos décadas que lo acompañaste, ¿la viste?
-Muchos me dijeron eso. No la vi. Solo unos fragmentos que me mandaron mis hijos en base a una participación que tuvieron. No hace falta ver la película para saber todo lo que yo viví con él y cómo lo vi crecer. Él tenía 22 años cuando lo conocí. Eso que se contó lo transité en carne y hueso.
-¿Te dolió no ser parte?
-Entiendo que era sobre su carrera deportiva y yo no tenía nada que ver ahí. Creo que refleja más que nada el aspecto deportivo. No pasa nada, y no me dolió.
Carolina Baldini analiza el mundo de las botineras hoy
“Yo no creo que el término sea despectivo”, opina cuando se la define como una de las primeras botineras de Argentina. “En el Mundial de 1994 de Estados Unidos coincidí con Claudia Villafañe. Las de antes estábamos más abocadas a la familia y los hijos”, recuerda.
-¿Y las de ahora?
-Andan con el Instagram, se muestran más, trabajan… No está bueno ni una cosa ni la otra. Pensá que dejábamos nuestro lado de mujer para abocarnos a la profesión de nuestros maridos. Pero tampoco veo positivo esto que pasa ahora en donde los dos trabajan, uno anda en Europa, otro acá en Argentina y los hijos de esa pareja quedan como colgados ahí en el medio. Es un denominador común que se ve.
-¿Coincidís en que la que siempre posterga es la mujer?
-Sí. Te pongo el caso de mi hijo. ¿Cómo hace Giulia para trabajar? Imaginate si se pone un negocio ahora en Nápoles y al año que viene él se va a jugar a otro lado. ¿Cómo hace? ¿Qué estabilidad tiene? La única opción es lo online y no siempre aparece. Yo nunca me quejé de ser la mujer de un jugador, pero hay que reconocer que todo tiene sus pro y contra.
-Wanda tiene una empresa de cosméticos, y en su caso logró tener una actividad por fuera de la vida de ama de casa...
-Yo a ella la admiro. La conocí cuando su ex, Maxi López, jugaba en el Catania y mi ex estaba como técnico. Construyó un imperio y es una madraza. Va y viene con sus hijos por todos lados. Yo no trabajaría en ese extremo como ella porque no me daría la energía, pero creo que Wanda es muy inteligente.
El presente de Carolina Baldini con su propia marca y el gran objetivo de meterse en la alta costura
“No nací en cuna de oro. Sé lo que es ayudar a mi mamá en casa desde chica, limpiar, cambiarle los pañales a mi hermano. Cuando llegaba del colegio, como no iba a doble escolaridad, era la primera que estaba en casa y me encontraba con una lista de cosas para hacer. Mi mamá me dejaba la receta de lo que debía cocinar y a las 20 tenía que estar todo listo para cuando llegaba el resto. Era muy estricta”, afirma.
Y para adentrarse en lo que significa haber lanzado su propia marca de ropa -llamada Buenos Aires Denim-, agrega: “Soy una mujer sencilla que quiere ayudar a los que tiene alrededor. Mi frase de cabecera es 'no olvidarme de donde vengo'”.
-Me imagino que este proyecto es mucho más que un negocio, es una vuelta al ruedo después de una separación complicada y todos esos momentos de angustia que estuviste contando, ¿cierto?
-Uno va creciendo como persona y va teniendo nuevas experiencias, así que lo importante es mantenerse en el eje para no creérsela. A muchos nos cambio la pandemia. Hace dos años y medio que empezamos este emprendimiento con Julieta, mi socia, y nos queda mucho por aprender. Tenemos fe en el país y espero que de a poco nos vaya bien. Es otro hijo más.
-¿Cómo surge ponerte a hacer una actividad que estaba lejos de tu zona de confort?
-Yo empecé a trabajar desde los 15 años, pero cuando me casé dejé todo por cuidar a mis hijos y acompañar a quien era mi marido en su momento. No me arrepiento para nada. Aposté por estar con mis hijos. Cuando a los 40 quedé sola porque ellos se fueron, busqué una actividad para distraerme y poder colocar allí toda mi creatividad. Desde ahí empecé a ver qué hacer. Siempre me gustó la moda y se me dio la idea de llevar el jean a la alta costura. Por eso tenemos metalizados, bordados y vamos de a poco buscando que en Argentina se eleve el concepto del jean.
-¿Cómo se logra?
-Con el diseño. Estamos muy acostumbrados a usar el jean con una remera básica y listo. Y hay que jugársela por ejemplo por un traje entallado hecho en denim. Vas a Europa y es normal ver algo así. Pero acá no. Cuesta un montón cambiar ese concepto, estamos yendo de a poco. Logramos hacer un calce de jean súper bueno con el que no tenemos devoluciones.
-¿Te encontraste con alguna dificultad en este camino?
-El género. Cuesta mucho más trabajarlo, por la dureza de la tela. Hicimos una falda en gajos con pruebas que efectuamos durante ocho meses para que esté a punto, porque acá en Argentina es un género que no se usa fuera de los pantalones clásicos.
Fotos: Chris Beliera
Video y edición: Cande Petech y Ramiro Palais
Producción y estilismo: Jazmín Ochoa
Peinó: Miguel Genaro @miguegenaro
Makeup: Carolina Pesce @caritopesce_maquilladora
Agradecemos a Natalia Antolín @nantolin, Claudia Arce @claudiaarceok, Buenos Aires Denim @bad.buenosairesdenim, Luciano Marra @lucianomarraok, Valdez @valdezshoes y a Duvet Home @duvet-home.ar
