Siempre fue considerada como una de las distintas de la monarquía. Máxima Zorreguieta se encuentra por estas horas delineando lo que será su futuro, con un trascendental cambio en materia de trabajo. Sí, la reina consorte de Países Bajos mantiene una ajetreada actividad independiente a la del rey Guillermo de Orange, marcando la diferencia con otras casas Reales.
En el marco de la reciente Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) que tuvo lugar hace pocos días en Nueva York, recibió una distinción por los 15 años que lleva como Defensora Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Financiación Inclusiva para el Desarrollo y lanzó una importante definición.
"Mi trabajo como defensora de las finanzas inclusivas ha terminado. Es hora de que me dedique a otra cosa. No significa que el trabajo por las finanzas inclusivas en general haya terminado. Todavía hay que llegar a mucha gente: 1.500 millones de personas, pero otras organizaciones continuarán con esta labor. Mi valor añadido reside en otra parte", afirmó a Hola.
"Tenemos que examinar con gran atención cómo se pueden desarrollar los servicios financieros de tal manera que beneficien directamente a la salud financiera de las personas, de modo que creen un colchón para resistir los choques financieros, seguros para protegerse de los riesgos y préstamos asequibles para invertir en sus objetivos futuros”, sumó la royal nacida en Argentina.
De esta forma, dio indicios del cambio estructural que se viene en su agenda a la hora de refrescar sus áreas de expertise. ¿Por qué es una diferente comparada con royals como Letizia Ortiz, Kate Middleton, María de Dinamarca, Charlene de Mónaco o Silvia Renate Sommerlath de Suecia?
Y para esto, su impronta latina no es la respuesta. Esta solo es una cualidad más que la distingue. Pero, según los especialistas, el carácter y el poder de decisión de Máxima Zorreguieta son fundamentales en cada uno de los pasos que toma con firmeza, especialmente radicados en no ser simplemente un accesorio del rey o, en su momento, del príncipe.
Si bien no definió más detalles, se estima que continuará dentro de la misma rama teniendo en cuenta que en 1988 se graduó en la carrera de Economía de la Universidad Católica Argentina y que uno de sus primeros grandes triunfos en materia laboral dentro del ámbito privado se dio en 1996 cuando se sumó a las filas de HSBC James Capel INC y en Dresdner Kleinwort Benson.
La "cuestionada" agenda financiera de Máxima
“Que una reina consorte esté vinculada a temas que tienen que ver con la agenda de un gobierno no está bien visto. Letizia Ortiz se dedica a temas de salud, Silvia de Suecia a cuestiones vinculadas a abuso sexual infantil y demencia, María de Dinamarca a la inclusión de las personas de la tercera edad. Todas tienen una agenda, pero la única que se mete en una pata del Gobierno es Máxima y esto no causa mucha gracia en las altas esferas del poder político local”, es lo primero que explica Rodolfo Vera Calderón a Revista GENTE.
Y continúa: “El hecho de que fuera una integrante más del gobierno holandés en Davos o que tenga presencia en el G20, no queda bien. El jefe de estado, en todo caso, es su marido. Ella es una persona que ama el dinero, siempre la economía le interesó. Pero la inclusión financiera y los microcréditos están muy criticados porque algunos especialistas lo consideran usura porque se entregan con tasas de interés altísimas”.
“Una reina consorte toca temas que la política no toca. Son las encargadas de visibilizar cosas que la política no pone en agenda porque no traen votos”, insiste el especialista que escribió junto a Paula Galloni el libro Máxima, la construcción de una reina. Quizás se puede hacer un paralelismo con las actividades que una primera dama puede llegar a tener socialmente como en la Fundación del Banco Nación. “Son cuestiones vinculadas al bienestar humano y social de la población, y no hay un negocio detrás”, agrega.
“Yo no me imagino a Letizia en Bolivia vendiendo créditos de un banco”, opina. “Ella, al ser nombrada embajadora por la ONU, le da poder de acción para beneficiar intereses de la corona. Hay conflicto de intereses. Y esto no significa no tener un rol activo en la política, porque hay ejemplos como el de Rania de Jornania, que se metió de lleno como miembro de una familia palestina a luchar por sus derechos. Pero eso tiene más que ver con una pata humanitaria en donde no hay un interés mayor que el bien común y la vida de la gente”, dice.
“No digo que la inclusión financiera esté mal, pero no es el lugar que tiene que ocupar una reina consorte. Es una tarea que tendría que emprender, en todo caso, el Banco Mundial. Yo entiendo que la vida financiera puede facilitar el día a día, pero detrás de eso hay un gran negocio. Su interés va por ahí. Le gusta mostrarse como el padre, que también tenía ese gusto por el poder. Ella es una mujer que ama el dinero, y estar inmiscuida en la ONU le da poder. Todo lo que hace está avalado por su marido, el rey”, continúa.
Qué le pasó al abuelo del rey de Países Bajos por su afición al poder
Fallecido en 2004, el príncipe Bernardo fue el esposo de la reina Juliana, abuela de Guillermo de Orange y madre de la ex reina Beatriz. Su nombre llega a la mente de Rodolfo Vera Calderón al abordar que la afición por el poder no es un caso ajeno a la monarquía neerlandesa.
En esta historia, el final fue escandaloso. “Hacía negociados con las fuerzas armadas locales. Él cobraba comisiones para que el gobierno comprara aviones. Fue tal el escándalo que le retiraron sus títulos y la asignación. Era un hombre ambicioso que le trajo muchos problemas a la corona”, explica a Revista GENTE.
Hace referencia a la dimisión que tuvo que hacer en 1976 de su cargo como Inspector General de las Fuerzas Armadas ya que se descubrió que recibió un millón de dólares de la empresa estadounidense de aviación Lockheed Martin.
Si bien la investigación se extendió a lo largo de varios años y los resultados no fueron contundentes, el propio príncipe confesó haber recibido dinero con el objetivo de influir sobre el gobierno neerlandés para que se le compre material rodante a esa empresa.
Más allá de mostrarse apenado, dijo que usó esos fondos para el Fondo Mundial para la Naturaleza, una organización que él mismo fundó en 1961. Pero no se supo nada más al respecto.
“Claramente, Máxima no llega a ese punto, pero se inmiscuye en temas del gobierno. Esto es algo noble que tiene que ver con ayudar a los pobres bancarizándolos, pero roza la relación con la corona”, aclara Vera Calderón.
La visión de Máxima Zorreguieta sobre la economía de Argentina
Si bien no tiene desde hace tiempo actividades oficiales en Argentina, y solamente visita al país por motivos personales (como el último cumpleaños de su madre, María del Carmen Cerruti Carricart), Zorreguieta hace un tiempo se refirió a cómo ve a su tierra natal tras el cambio de gobierno con la llegada de Javier Milei a la presidencia de la Nación.
Apelando a su área de interés, la reina se refirió al crecimiento de la inclusión financiera en Argentina y aseguró: “Están ahora en el 73%, cuando empecé estaban en el 40%, así que el progreso está ahí y estamos seguros que vamos a seguir a trabajando con todas las presidencias”.
En uno de sus últimos viajes latinoamericanos tuvo como objetivo apoyar los esfuerzos de inclusión y fortalecer la salud financiera en todo el país en los grupos tradicionalmente carentes de servicios como personas pobres, pequeños agricultores y empresas y poblaciones rurales.
“La cuestión del ahorro se queda muy atrás, nos hemos enfocado mucho en el tema del crédito mientras que la gente también necesita ahorrar. Solamente un 13% de la población en Colombia ahorra de manera formal. Cuando uno ahorra de manera formal, va a tener más acceso a créditos”, afirmó.