Manu Fanego recuerda a su padre: el noble gesto que tuvo con él, la forma en que se despidió y qué lo llena de orgullo – GENTE Online
 

Manu Fanego recuerda a su padre: el noble gesto que tuvo con él, la forma en que se despidió y qué lo llena de orgullo

En diálogo con Revista GENTE, el hijo de Daniel Fanego, que se luce en el Metropolitan con "Modelo vivo muerto", habla de los últimos días del consagrado intérprete y asegura que va a honrar su legado. "Teníamos muy buena relación. Estos meses fueron devastadores", dice.
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Manu se emociona al hablar de Daniel Fanego, su padre, quien murió hace un mes. Si bien para los medios fue algo repentino, la familia tuvo tiempo de despedirse y, según cuenta, el reconocido actor se fue en paz.

"Realmente fue un papá hermoso. Compartía conmigo como con nadie. Teníamos muy buena relación, tanto que me costó separarme de él. Estos meses fueron devastadores", dice Manu sin avanzar en explicaciones.

En una entrevista con Revista GENTE, el también actor, que tomó visibilidad por ser parte de las biopic de Fito Páez y Cris Miró, recuerda anécdotas y asegura que si bien son parecidos físicamente su forma de actuar es bien distinta.

"Me siento muy privilegiado siendo una persona que nació con unas condiciones muy excepcionales y lo agradezco muchísimo. No creo mucho en la meritocracia, creo más en algo budista que tiene que ver con encarnaciones, karmas y cosas que venimos a solucionar", opina sobre cómo logró hacerse conocido.

Su camino empezó en la música, siguió en el mundo de los clowns, donde creó junto a otros artistas la compañía Bla Bla. Hoy está haciendo Modelo vivo muerto en el Metropolitan, donde el grupo recrea parte de lo que hacía en las varietés pero a gran escala.

Manu asegura que tenía un vínculo estrecho con su padre y que está aprendiendo a asimilar su ausencia física.

Manu, quien se define como no binario, saca algunos de esos recuerdos que marcaron su niñez y que de alguna manera lo acercaban a su destino.

"Me acuerdo de una cena en el año 1987 que organizó Enrique Carreras, que en ese momento era director teatral de los filmes de Olmedo y Porcel y mi viejo estaba trabajando en una comedia en Mar del Palta con él. Fuimos a esa cena y atrás mío estaba Olmedo. Lo conocía por No toca botón, que era el programa que tenía. Para mí era alguien famoso, entonces me doy vuelta, lo miro y estoy casi toda la cena mirándole la nuca al pobre que estaba hablando en la suya. Cuando se dio cuenta de que tenía una garrapata mirándolo se dio vuelta y me guiñó un ojo", cuenta.

Y dice: "Es una especie de estampita que me guardo".

Cómo fue la despedida de Daniel Fanego, según su hijo

Daniel Fanego fue despedido en la legislatura porteña, pero antes estuvo acompañado por su pareja actual y sus dos hijos, quienes no se despegaron de él hasta el momento de su partida.

"El día que fue su su fallecimiento, que tuvimos que ir la casa funeraria, apenas entramos había una televisión de atrás prendida. Daban la noticia de lo de mi viejo y hablaban con tanto amor... Fue como conectar con ese lugar público que yo con mi hermana y su compañera no lo teníamos. Despedirlo de esa manera fue muy pero muy hermoso", relata.

Manu en la despedida de su padre.

Y suma: "Sentí que queda viva la parte que va a estar siempre de él, en las películas, en todo lo que hizo y en los recuerdos de los compañeros con los que trabajó. Fue re fuerte porque nadie habló mal y es re loco porque él tenía un re temperamento, era picante, muy estructurado, decía lo que le pensaba. Eso también lo corrió de muchos lugares".

Según cuenta Manu su padre arrancó como actor y recuerda uno titular de Revista GENTE que apareció entre los recortes que tenía de notas. Decía: "Daniel Fanego, el galán que coquetea con la actuación".

"Iba a ser un abogado. El banco donde trabajaba como cadete estaba pagando su carrera y se topó con el teatro y dejó todo: le dijo que no a la carrera. Él mismo decía que podría haber terminado la carrera, le faltaba un año", cuenta su hijo quien reconoce que fue esa misma "rebeldía" la que le permitió abrirse lugar y conquistar su propio territorio.

"Se la ganó el solito, no tenía contactos Empezó muy de abajo y lo eligieron. Fue elegido, hizo su primer trabajo cuando yo estaba naciendo. Conmigo recién nacido, vieron en el hospital el segundo capítulo de Romeo y Julieta que era un especial de teatro que se hacía en ATC", suma el actor y muestra cómo su destino estaba escrito.

Afiche de Romeo y Julieta, con Daniel Fanego y Andrea Del Boca.

Su nacimiento coincidió con un hito en la carrera de su padre. "¡Qué loco! Era su primer gran presentación en la tele y yo estaba naciendo en ese momento y lo estaban viendo con mi mamá en el sanatorio", dice.

En esa ficción, Andrea del Boca era Julieta y Daniel era Romeo. En el afiche, detalla, se veía a su papá de espaldas a Andrea, en la clásica pose de Shakeaspere.

"A partir de ahí fue un galancito y empezó a hacer ese trabajo más de galoncito hasta que rompió con eso y se empezó a dedicar más a los trabajos que le apetecían", cuenta Manu.

El día en que Daniel Fanego dejó su ego de lado para que aplaudieran a su hijo

A los 28 años, Manu se dio cuenta de que más allá de la música, que era el camino que había elegido, había un actor dormido en él. Fue después de hacer un curso de clown y a partir de ahí las cosas cambiaron para siempre.

Ese arte que acompañó de forma lateral durante años también latía en él pero de manera diferente. Él hacía varietés a la gorra y un teatro donde lo absurdo y la pavada eran centrales. Algo de eso no era sencillo de entender para Daniel, aunque siempre apoyó a su hijo. "Entiendo que no entiendo", le decía cuando tenía que analizar lo que había visto.

Recién, cuenta Manu, avaló lo que hacíamos cuando vio Modelo vivo muerto. "Me dijo que éramos unos genios", confiesa con una sonrisa.

Padre e hijo, en una de las últimas fotos que subió el consagrado actor en redes.

En 2012 un proyecto los unió: hicieron una obra para Teatro por la Identidad. El texto giraba en torno a Pablo Podestá, el hijo menor de una familia de cómicos que de alguna manera inaugura el Teatro Nacional en el 1800.

Manu cuenta que Podestá traiciona de alguna manera a su familia porque pasa de la tradición circense al teatro. "El monólogo hablaba sobre él. Es un actor que se vuelve loco en escena y lo tienen que sacar del escenario. Lo llevan directo al nosocomio y cuatro días después muere de sífilis, enfermedad que lo habría llevado a la locura", sostiene Fanego.

El monólogo contaba los últimos momentos de Pablo Podestá en su lecho de muerte. "MI viejo hacía de Podestá en la cama del hospital y yo hacía de su conciencia que se iba apagando", recuerda sobre esa experiencia que describe como hermosa en donde él recitaba todo el texto mientras su padre estaba en la cama.

A sus 43 años, Manu conquistó el streaming: fue parte de El amor después del amor (Netflix) y de Cris Miró (TNT/Max/Flow).

"Me acuerdo un gesto muy fuerte que tuvo mi viejo. Cuando terminamos esa obra, el teatro Cervantes estaba lleno, estaban las abuelas de Plaza de mayo. Toda esa sala para alguien que solo había hecho cursos de clown... Y entonces, cuando vamos a saludar, él me empuja para adelante como diciendo él es el protagonista", relata.

También, con ojos tristes y pensativo, asegura que su tema ahora es procesar esa conexión que ya no está. Aunque encuentra que hay otras conexiones que surgen con su partida.

"Me preguntan por él, me van a hacer una nota porque se fue él. Siento que es como: `Bueno ahora miren a mi hijo, el Fanego es él´. De alguna manera llevo su apellido, con orgullo, no desisto de ser el hijo de", dice. Y agrega: "No reniego de ser el hijo de él, nunca renegué y no lo voy a hacer ahora".

Aunque advierte que tiene sus particularidades, su forma de contar la vida y expresarse a través del arte siempre va a estar conectado con su padre.

"Amo entender esa conexión como lo que es, la honro, la estoy alimentado, le estoy dando amor y la estoy reconociendo como algo no solamente profesional sino vivencial, por lo que significa trabajar de algo en que invertís mucha energía de tu vida. Honro la profesión que me quedó como legado", expresa.

Manu asegura que si bien él hizo su propio camino sabe que el apellido de su padre lo ayudó.

A un mes de haber despedido a su padre, Manu dice que se fue "absolutamente en paz con sus cosas y con lo que tenía que decir".

"La verdad es que hasta en eso tengo el orgullo de ser su hijo", cierra Fanego.

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