El Peugeot RCZ, producido entre 2010 y 2015, logró en pocos años posicionarse como un clásico instantáneo entre los aficionados a los autos deportivos. Con su estética única y su combinación de elegancia y potencia, este coupé representó el espíritu innovador de Peugeot bajo la dirección de Gérard Welter.
El Peugeot RCZ fue una creación inspirada en el concept car 308 RC Z, y rápidamente se convirtió en un símbolo de la marca. Su silueta, con líneas agresivas y deportivas, se destacaba por elementos únicos como la doble burbuja del techo, un claro homenaje a los autos clásicos deportivos de mediados del siglo XX, especialmente a los diseñados por carroceros como Zagato. Este detalle, junto con su imponente parrilla y líneas afiladas, le otorgaban al RCZ una presencia inconfundible.
A pesar de su imagen deportiva, Peugeot también diseñó el RCZ pensando en la comodidad para el uso diario. El modelo ofrecía una configuración de asientos 2+2 y un sorprendente volumen de maletero, alcanzando los 639 litros con los asientos traseros abatidos. Esta combinación de diseño, elegancia y practicidad lo hizo destacar en su segmento.
El Peugeot RCZ fue lanzado con tres versiones de motorización: una opción diésel 2.0 HDi de 160 CV, y dos motores gasolina 1.6 THP de 155 y 200 CV. Estos motores ofrecían un equilibrio perfecto entre potencia y eficiencia, y permitían disfrutar de una experiencia de conducción ágil y dinámica.
Sin embargo, el modelo que realmente llevó al RCZ a nuevas alturas fue el Peugeot RCZ-R, introducido en 2013 tras un restyling general del vehículo. Este modelo, supervisado por Peugeot Sport, elevó la potencia del motor 1.6 THP hasta los 270 CV, convirtiéndose en el automóvil de serie más potente en la historia de la marca hasta ese momento. Con una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de seis segundos y una velocidad máxima de 250 km/h, el RCZ-R fue la versión más radical del coupé.
Este modelo también incluía mejoras técnicas de alta gama, como pistones de aluminio desarrollados por Mahle, similares a los utilizados en Fórmula 1, un alerón trasero para mayor estabilidad, suspensiones más firmes, y un diferencial Torsen de deslizamiento limitado que mejoraba significativamente el rendimiento en curvas.
En el interior, el Peugeot RCZ-R no se quedó atrás. Los asientos deportivos de cuero y Alcantara, con costuras rojas, ofrecían una sujeción lateral superior para las maniobras más exigentes. El volante de cuero perforado y el pomo de cambios en aluminio aportaban una sensación de control y lujo, que combinaban perfectamente con las prestaciones dinámicas del auto.
El sistema de infoentretenimiento era de última generación, con navegación por satélite, conectividad Bluetooth y un sistema de sonido de alta calidad, asegurando que cada viaje en el RCZ no solo fuera emocionante, sino también cómodo y conectado.
El Peugeot RCZ no solo conquistó las calles, sino también las pistas de carreras. Entre 2010 y 2011, el Peugeot RCZ HDi participó en las 24 Horas de Nürburgring, logrando la victoria en su categoría en ambas ediciones. Este éxito motivó la creación de la RCZ Racing Cup, una competición monomarca que se llevó a cabo entre 2012 y 2016, confirmando el legado del RCZ como un vehículo capaz de combinar diseño y rendimiento en el mundo de las carreras.
Aunque el Peugeot RCZ estuvo disponible solo durante cinco años, su impacto fue tan profundo que hoy es considerado un clásico moderno. Su diseño innovador, su rendimiento impresionante y su éxito tanto en la carretera como en la pista lo han convertido en un icono del automovilismo contemporáneo, dejando una huella indeleble en la historia de Peugeot.
